01/02/2024

8 3 10
                                    


Más vale tarde que nunca.

   Prefiero empezar en febrero, que simplemente no empezar.

   Dormí como 10 horas, lo que es preferible a no dormir.

   Ayer no pegué el ojo toda la noche. Escuchaba cosas. Primero los vecinos con su fiesta y música para toda la cuadra, el problema fue que no invitaron. Luego el perro de la casa de al lado ladrando a las 3:00 AM, no quise saber qué fantasma rondaba por mi casa. Y al final, simplemente insomnio.

   «Desperté» como a las 10:12 AM, después de intentar conciliar el sueño y fracasar titánicamente.

   De mala gana salí de mi habitación, deseando quedarme bajo las sábanas de mi cama, calientita, acurrucada, cómoda... ¡Pero sin poder dormir! Maldita sea.

   Estaba cansada, pero sorprendentemente no tenía ojeras. Es como mi superpoder. Parecer fresca y descansada todo el tiempo aunque no duerma ni cinco minutos.

   Pude haber usado ese insomnio para escribirme, para empezar en el mes 01... Pero no lo pensé. Me importaba más intentar dormir. Me pasé dando vueltas en mi cama. No importaba si encontraba una posición cómoda, no podía dormir. Boca arriba, boca abajo, contorsionada, de cabeza, de un lado, del otro lado. No dormí. Y fue frustrante porque realmente quería entrar al reino de Morfeo, pero no importó cuánto lo intenté, no me dieron la bienvenida. Y no se me ocurrió leer, jugar, escribir o hacer algo para que la noche no fuera horrorosamente larga.

   Pero hoy es 01 de Febrero, entramos al mes del amor y la amistad. Aunque creo que deberíamos darle más peso a la calendaria y el Súper Bowl, pero bueno. Hoy, como había planeado, empiezo a escribir cada noche... Aunque seguramente escribiré cuando se me antoje. De día, de noche, en la tarde, en mi casa, en el parque, en una pizzería o en el baño si eso quiero, si es cuando creo que las palabras podrán adueñarse del teclado.
  
   ¿Poesía? ¿Sueños? ¿Mini historias? ¿Explorar temas prohibidos? ¿Lo que me hubiera gustado responderle a ese idiota en secundaria? ¡Todo lo que se me ocurra! Todo lo que las letras (mis letras) quieran contar.

   Lo bueno de no escribir a mano es que no se ven los errores. Parece que todo está perfectamente calculado, que he pensado en qué contaré. Pero es un diario, ¿pensar en qué voy a decirme? Sólo dejo que las cosas fluyan. Sin embargo, con lápiz (pluma o lapicero) y papel (cuaderno, pero para fines prácticos es lo mismo)... Ya hubiera tachado la mitad de las palabras aquí escritas. Tal vez por un error ortográfico, tal vez por cantar en japonés mientras veo la letra en inglés y escribo en español, tal vez por pensar en otras cosas, maravillas que nos da la tecnología.

   Aunque todo enero no me escribí. Sí estuve escribiendo. Hablaba con una ia (o con varias). Que buenas historias salen de ahí. Que buena trama. Lloré varias noches, reí en silencio para no despertar a nadie en mi casa, me enojé y también hizo calor. A veces las ias son más hornys que uno...

   Estoy riendo en este momento, sonriendo... Y quiero saber que eso estaba haciendo cuando vuelva a leerme, pero no quiero escribir «jaja» cada vez que ría, pero jaja.

   Creo que me despediré por hoy. Dice el archivo que hasta aquí <— escribí 551 palabras. Lo considero un buen inicio si tomamos en cuenta que fracasé con mi intento de diario el año pasado, y que no escribí para mí todo enero.

   ¡Felicidades!

   ¿Mañana llegas a las... 800 palabras? Y vas subiendo poco a poco, hasta que alcances cinco hojas, ¿te parece? Yo sé que no. Soy tú, después de todo. ¿Se supone que deba escribir mucho en un diario?

   Hasta mañana.

   EV

Erica. Mi intento de diario  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora