MILLIETH
A la hora de la comida es puro silencio, solo la leña crujiendo entre el fuego y el roce de los cubiertos contra los platos resuenan en el comedor, me duele al estar sentada y mi cuerpo pide que me acueste pero no pienso perder una comida y menos con la noticia de mi madre. El cuchillo corta el pedazo de carne y lo llevo a mi boca cuando Mikhail ajusta su garganta y pasa comida.
— Tomaré lo que pueda de pedidos para cazar, buscaré grandes presas y ver si puedo conseguir el dinero exacto, todo estará bien madre... — comenta con una pizca de malestar a mi madre, tratando de quitarle cierta preocupación.
Mi madre suspira y deja los cubiertos, apenas ha tocado la comida y yo ya voy por terminar mi plato— Aunque hagas eso, no vamos a tener lo suficiente Mikhail, veré si puedo convencer al Consejo de que nos lo dejen pasar solo por esta ocasión.
Me levanto de mi silla con plato en mano y lo dejo en el zinc, camino hacía mi madre y me arrodillo un poco para estar a su altura, apretando su hombro levemente y cuando me dirige la mirada le sonrío genuinamente— Todo saldrá bien mamá, ya veremos que se nos ocurre, pero para eso debes de comer, no has tocado casi nada tu comida...¿Es por esto que últimamente has estado con más ojeras? No puedes dormir... — un suspiro deja sus labios después de relamerlos, ella toma el tenedor y toma un pedazo de carne— Come un poco, mañana verás que se nos ocurre algo— deposito un ligero beso en su frente y rodeo la mesa, dandole una pequeña palmada al hombro de Mikhail en mi trayecto.
Subir las escaleras fue un infierno, pero el llegar a mi cuarto hizo que valiera la pena, cojeando llego al baño y lo primero que hago es romper el brial que traigo puesto dejándolo caer, abriendo la llave de la tina me deshago de las demás prendas y dejo caer mi cuerpo dentro de la bañera, el baño es pequeño pero siento que es el lugar mas inmenso del universo, me siento diminuta en esta tina, poco a poco el agua va llenando el espacio y mi corazón empieza a latir más rápido de lo normal, mi mirada está fija en el techo mientras el agua empieza a tapar mis oídos seguido del flote de mi cabello, paz recorre mi cuerpo y mente, estando a segundos de ser cubierta completamente debajo el agua mis labio se parten y tomo una bocanada de aire, el agua me cubre por completa.
⇷♕⇸
Las campanadas resuenan y yo vuelvo a salir de "La Casa del Cielo", el brial encordado de mi madre es igual de incomodo del que me deshice anoche, el dolor no ah disminuido y la ansiedad de que esos chicos vuelvan a atormentarme, da vueltas en mi estómago. No son cualquier grupo de pueblerinos, son los hijos de los de El Consejo.
6 Hijos.
6 Integrantes.
Y pensar yo llegué a ser una de ellos...
Cambiando mi ruta habitual, evito la plaza, todo mundo pasa por ahí y algo dentro de mi me dice que ellos rodean entre la multitud, esperando a su presa y atacar. Los callejones siempre son fríos, sucios y el sentimiento de ser observado te deja los pelos de punta, no son de mi agrado, pero prefiero sobrevivir a esto, que a otra golpiza. Un ruido sin procedencia me detiene y mi cuerpo tiembla al sentir un escalofrío bajando por mi columna, mis manos se congelan y dirijo mi atención a la daga debajo de mi falda.
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Palabras del Pasado
Teen FictionLibro [1] del universo de Skystead. Una guerra, solo puede ser evitada con la profecía sagrada que queda a manos de cuatro jovenes, donde la desgracia y secretos los cubren y solo uno, es la clave. El milagro del mundo para que no caiga en pedazos...