Hace algunos años...
Aunque cansado, Akimitsu regresaba a casa tras un difícil día de clases, como siempre dando la espalda al atardecer. El resplandor del sol delataba su uniforme sucio y desalineado y su rostro lastimado. Había sido golpeado por un grupo de bravucones durante el receso escolar por tener algo que ellos querían, pero que no pudieron conseguir gracias a la campanada de clases. Para su mala fortuna, no posee la fuerza suficiente para oponérseles ni la seguridad para hablar con los profesores sobre el tema. Temía recibir una paliza más grande si decía algo al respecto.
Mientras caminaba sucumbido en la duda de si hablar con alguien de lo ocurrido o no, a la altura de un callejón, una silueta se pone en su camino y le dirige la palabra.
BRAVUCÓN 1. —Aquí estas —Dice mostrando una sonrisa malvada, cortándole el paso diciendo—: No creíste que habíamos terminado, ¿verdad?
BRAVUCÓN 2. —Eso de antes sólo fue cortesía por estar en la escuela —Agrega soltando una risa al igual que el primero.
AKIMITSU. —(Maldición...) —Piensa, maldiciendo a la vida por no dejarlo en paz.
Pronto, se vio rodeado por cinco estudiantes de su escuela. Todos de segundo año, pero con una notable diferencia en cuanto a musculatura y tamaño. Viéndose superado en número y fuerza, Akimitsu no pudo hacer más que recibir golpe tras golpe hasta que por fin le quitan lo que buscaban, una carta rara, y lo dejan en paz.
BRAVUCÓN 1. —Rayos, si que te haces de rogar —Se queja mientras acomoda su uniforme y lo sacude debido a la conmoción de la "pelea".
BRAVUCÓN 2. —Todo por un simple pedazo de cartón —Comenta, burlándose de la resistencia casi nula de Akimitsu por conservar lo suyo, agregando—: Deberías darnos las gracias. Podemos hacer mucho dinero con ella. Aunque, claro, tu no verás ningún billete por ella.
Su comentario provoca la risa entre el pequeño grupo de abusivos, pero produce ira en Akimitsu y un alto deseo de que se hiciera justicia. Pero no había nada que él pudiera hacer o decir más que:
AKIMITSU. —¿E... Eso es todo... lo que tienen...? —Pregunta poniéndose de pie, tambaleante y sin fuerzas para soportar otra golpiza.
BRAVUCÓN 3. —¡¿Qué dijiste, tarado?! —Pregunta impulsivo al comentario, tomando al chico del cuello de su camisa con ambas manos y levantándolo ligeramente del suelo.
????. —Miren lo que trajo el gato —Comenta una voz al final del callejón.
BRAVUCÓN 1. —¿Quién demonios anda ahí? —Pregunta con intriga.
Como si de un espectro se tratara, de lo más profundo y oscuro del callejón se muestra una nueva silueta. Se trata de una chica, Nao, cuyos ojos resplandecen en la oscuridad, como los de un depredador cuando acecha desde las sombras.
AKIMITSU. —(¿Una... chica?) —Se pregunta.
BRAVUCÓN 3. —¿Acaso quieres ser la siguiente? —Pregunta a modo de amenaza.
NAO. —¿Violencia? —Pregunta formando una sonrisa— Me gusta. Pero hay una violencia que va más allá de los golpes —Menciona, al mismo tiempo que, revela su Disco de Duelo.
AKIMITSU —(Eso es... ¿Duel Monsters?) —Reconoce.
BRAVUCÓN 1. —¿Estás segura? —Pregunta menospreciando el reto con su confianza— Con esta carta rara en mí Deck, no hay forma de que pierda. Además, te superamos en número. Perderás —Proclama.
NAO. —Eso ya lo veremos —Dice sin retractarse o titubear.
Pocos segundos después, el Duelo comenzó. Pese a la ventaja en número, ninguno de los presentes habría esperado la forma hábil y despiadada de jugar de aquella chica. Minutos antes, fue el sonido de los golpes lo que se apoderó del lugar, pero ahora era el sonido de los gritos desgarradores de los bravucones los que resonaban en el callejón. Tardó sólo un par de turnos para derrotarlos a todos, y una simple jugada para inutilizar aquella carta que los bravucones tomaron como centro de su confianza.
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Yu☆Gi☆Oh! Pendulum of Victory
FanficLa historia toma lugar en Dream City, una metrópoli que ha incorporado el Sistema de Visión Sólida Real al Duelo, una avanzada pieza de tecnología capaz de crear materia sólida que permite a los Duelistas llevar los Duelos al siguiente nivel. Y gira...