12 Promesas De Un Líder.

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Los invitados estaban expectantes, el joven ahora tenía el puesto más alto, además de que el Líder Wen era temido y respetado por todos, tenía un nivel de cultivo altísimo

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Los invitados estaban expectantes, el joven ahora tenía el puesto más alto, además de que el Líder Wen era temido y respetado por todos, tenía un nivel de cultivo altísimo. Un poder político y de guerra sin precedente. 

Jiang Ying, ahora Wen Führen estaba frente a su esposo, ambos tomados de la mano para caminar uno junto al otro frente a los demás líderes de las sectas principales. 

—Estaba tan perdido, pero llegó él.— Pensó el menor mientras caminaba de la mano de su ahora esposo, Wen RouHan. 

—¿Sucede algo?— Preguntó el mayor viendo a los ojos a su hermoso esposo

Negó sutilmente. —Sólo cosas que traigo en la cabeza. Nada importante.— Afirmó lo último. 

—Quizá ahora no sabes como enfrentar las cosas, pero puedes creer que al menos hay formas en las que puedo protegerte. No dejes que te afecte lo que la secta GusuLan pueda pensar.— Explicó Wen RouHan mientras abrazaba a su esposo de su hermosa cintura. 

—Todos pensaran mal de ti.— Externo su miedo. 

Una risa se escuchó en la sala, todos se sorprendieron, ¿desde cuando el líder Wen RouHan reía abiertamente?

—Eso jamás me ha importado, saben que nada les pasará mientras respeten las instrucciones que se les da.— Explicó con calma.

Wen RouHan se levantó orgulloso sobre los escalones, con su ahora esposo a su lado derecho y a sus dos hijos a su izquierda. —Mi esposo, Wen Führen les dará un discurso, él habla por la secta y su palabra es ley, para mis hijos, la secta y para mí.—

El menor se levantó. —Aprendí el amor de familia con mis padres y mi hermano mayor, aprendí sobre la disciplina de la mano de mi madre y el liderazgo de mi padre, así como el amor de hermano gracias a mi hermano Jiang Cheng, con mi ahora esposo estoy aprendiendo la protección, así que agradezco a la secta Wen y sobre todo a mi familia por sustentar cimientos fuertes para mi. De esa forma llevaré el cargo como Wen Führen, confiando en que las grandes sectas harán honor a su palabra. Siendo así, me presento como Wen WuXian, Wen Führen.— Se inclinó y todos le regresaron la reverencia. 

Después de unas horas, ambos esposos se fueron a sus aposentos, la celebración del primer banquete sería al día siguiente cuando el sol estuviera en su punto más alto. 

El líder Wen llevó a su esposo por todo el trayecto, cargándolo en sus brazos desde la sala del trono exterior hasta su habitación nupcial. Dejando a todos sorprendidos, pues el líder jamás había hecho eso en el pasado. 

Acostó a su esposo con delicadeza, sonriendo en el proceso. —Eres realmente hermoso.— Retiró el velo para admirar a su pareja. 

Sonrió y le quitó la túnica exterior a su esposo sin ningún inconveniente. —Tu eres muy guapo, esposo.—

Asintió, entendiendo lo que su esposo buscaba. —La secta Wen no tiene una cinta o algo para demostrar el amor, pero existe una forma.—

El líder Wen se alejó unos pasos y sacó una hermosa daga dentro de su empuñadura, después se hincó frente a su esposo mismo que lo veía expectante. 

—Anteriormente no me case, al menos no como lo hice contigo, por lo que no me vi en la obligación de consagrar mi unión con nadie más, por lo que él harem fue un capricho.— Explicó y sacó la daga de la empuñadura. Tomando suavemente la mano de su esposo. —Mañana, antes que el sol nazca nuevamente, el harem será disuelto, mis hijos fueron enviados a una purificación, pues jamás podrían verte siquiera de seguir teniendo los residuos de su vida antes de tu llegada, yo me purifique ayer, por eso no me viste. Pero para la secta Qishan-Wen entregar una daga, significa que eres el único capaz de reclamar mi vida si falto a mi juramento. La túnica qué llevarás mañana es una de las muchas que tendrás, todo lo que desees será mi ley, así que usa esta daga para protegerte de mi.— 

El líder soltó las manos de su pareja y se hinco con humildad. Dejando sorprendida a su pareja. 

Se levantó, había escuchado un poco sobre las costumbres de su nueva casa gracias a los ancianos y a los dos jóvenes herederos. Si bien, Wen Xû y Wen Chao son mayores que él, siempre se vieron respetuosos a su persona. Así que se hinco a lado de su esposo. 

—La vez que vine a explicarte la situación que estaba atravesando, vi que estabas dispuesto a ayudarme, aunque fue un corto periodo, sentí que me protegias. Wen Xû y Wen Chao actuaron con diligencia y controlaron lo que se les pidió, aunque jamás imaginé terminar siendo el pañuelo de lágrimas de los dos.— Sonrió. —No tengo ni la menor idea de cómo supieron lo que Lan WangJi hizo conmigo, así que sólo me queda agradecerte. Esposo, tus ojos brillan y me gustó la forma en la que me veías cuando venía como discípulo.— Sonrió y abrazó al mayor. 

Ambos se fundieron en un abrazo, aunque Wen RouHan estaba muy sorprendido, por el abrazo, por las palabras del menor y por las sonrisas que este le había dado desde que comenzaron a llevarse bien. 

—Todos pensaran que me raptaste, quizá qué me hiciste algo, pero me encargaré de poner en algún el nombre de la secta.— Habló sin miedo. 

—Te habría raptado antes, sino me hubieras dicho que amabas al Lan, tan idiota por dejarte ir, y él tan imbéciles por no saber apreciar la preciosa joya que tenía a su lado, frenaste mi ataque a GusuLan, un día lo sabrán y rogaran por ti. Eres todo lo que desees en una pareja, y pronto me darás dos hijos más.— Sonrió y cargó a su esposo, dándole un beso en el vientre donde estaban sus hijos menores. —Puede que la semilla sea Lan, pero serán todo lo que representa a la secta Wen. Y por ende los príncipes. 

Ambos rieron nuevamente y se dedicaron a platicar, pues en la secta Wen se cuidaba a la pareja embarazada, por lo que ambos debían esperar para disfrutar de su momento de pareja hasta que los dos nuevos soles, nazcan y puedan estar a cuidado de una doncella. 

El sol comenzaba a dar sus primeros rayos, despertando a Wen RouHan quien había dormido de maravilla por primera vez en muchos años, a su lado estaba su esposo acostado sobre su pecho, sonrió y besó los labios de su amado esposo. 

—Hermosa Luna, es hora de despertar.—

El menor comenzó a moverse con cuidado. —Hola.—

Esa es la daga.

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Heridas de Silencio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora