13 Fuerza Política.

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Jin ZiXuan había llegado, una carta de su padre le había hecho ir a Qishan-Wen, aparentemente ese hermoso joven de mirada grisasea estaba junto a Wen RouHan

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Jin ZiXuan había llegado, una carta de su padre le había hecho ir a Qishan-Wen, aparentemente ese hermoso joven de mirada grisasea estaba junto a Wen RouHan. 

Aún no salía el sol, pero él entró a la sala principal del trono, tenía ciertas ventajas que su padre llevará una relación armónica con el líder Wen, o en otras palabras que le sirviera de tapete al líder Wen. 

Vio a los dos Jade, no se sorprendió, se exigió qué ellos debían asistir, sí o sí, así que los saludo como era políticamente correcto. 

—Lan WangJi, Lan XiChen.— Saludó. 

—Joven maestro Jin ZiXuan.— Saludaron los dos Jade a quien será dentro de poco el líder de la secta Jin, pues el actual líder deseaba retirarse. 

—¿Cómo va con sus tutelas?— preguntó Lan XiChen. 

Asintió. —Van bien, en su momento me ayudaron para tener conocimiento sobre el manejo de una secta, así que ahora resulta sencillo.— Sonrió, había atesorado las lecciones que el hermoso joven Jiang Ying le había dado. Pues el menor sabía mucho sobre ese tema. —¿Cómo va el manejo de su secta Líder Lan?— Preguntó con cierta maldad, sabía que en realidad Jiang Ying era quien manejaba las finanzas de la secta GusuLan así como otras tareas que eran del líder y no de la Dama.

—Pero si es Jin ZiXuan.—

La conversación se vio interrumpida por la entrada a la sala de Madame Wen, quien iba con los dos herederos y una corte de guerreros. Jin ZiXuan vio al menor, esas túnicas le hacían verse hermoso, una túnica ajustada a su cuerpo hermoso, en color rojo con mangas largas y anchas, se veía un poco de la piel del menor, decorada con hermosas flores blancas, podía distinguir el trabajo finamente realizado y la hermosura realizada. 

Se inclinó

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Se inclinó. —Wen Führen. Supe que era usted, así que decidí mostrar mis respetos.— Sintió como un golpe seco en su corazón, pero debía mantener la calma, ese joven había nacido para gobernar. 

—ZiXuan-Ge, guarda esas formalidades.— Sonrió y se acercó al mayor con prudencia. —Supe que la siguiente luna contraerá matrimonio con Yanli.— Dio un paso hacia atrás. 

Cerró los puños. Sabe que él menor no dejaría que ella lo viera agachado de dolor, no después de lo que pasó hace años y menos de lo que ocurrió en la secta Lan. 

—Podría negarme, incluso los jueces saben que detesto esa unión.— Afirmó viendo con adoración al menor. 

Asintió con una mirada traviesa. —Recuerda que una hermandad jugada puede romper un matrimonio o compromiso establecido. Jiang Cheng será el futuro líder de la secta, intenta llevarte bien con él y podrás hacer movimientos qué ni tus padres podrían superar.— Aconsejó sabiamente, era conocedor de política y de esas leyes a las que casi nadie ponía atención pero que se aplicaban aún en la ignorancia. 

—Realmente das miedo cuando usas tus habilidades políticas.— Sonrió y agradeció al menor.

—Líder Lan, segundo joven amo Lan.— Jiang Ying sonrió, aunque fue fingido. 

—Madame Wen.— Ambos hermanos se inclinaron con respeto, aunque él segundo hermano, pero actual líder de la secta sintió un golpe en seco.

—Desconocía su habilidad política, Madame Wen.— Comentó con respeto Lan XiChen. 

Sonrió. —Desconoce muchas cosas de mi, aunque la política es una habilidad intrínseca en cada líder o heredero, a veces no saben cómo aplicarla. Por ejemplo los convenios qué una vez hizo el líder Lan con los cultivadores de alimentos, fueron idea mía, aunque él lo aplicó y fue él quien recibió el halago.— Sonrió fingiendo ignorar el hecho de haber cometido una indiscreción. 

Lan WangJi se sorprendió, había prometido guardar silencio, pero ahora que pudo decirlo, el menor se rió en su cara. 

Lan XiChen parecía sorprendido. —Comprendo, mi tío desea tener una conversación con usted, ¿eso sería posible?—

Jiang Ying se sorprendió, aunque no dejó que su miedo saliera a flote, se sintió a salvo cuando Wen RouHan hizo aparición en la sala del trono. 

—Mucho me temo que mi querido esposo, debe cuidarse, un coraje puede provocar que mis heredó sufran las consecuencias y mi deber de esposo es proteger a mi esposo y a mis hijos no nacidos.— La firme voz acompañado de un caminar orgulloso fue suficiente para calmar a los Lan y llegar hacia su esposo quien ante la mención de Lan QiRen se puso un poco pálido. 

El mayor cubrió sutilmente al más joven. Solamente con eso el menor se relajó. —Creí que dejarías qué diera la bienvenida.— Comentó con una sonrisa. 

—Es importante tu actividad política, pero, es más importante tu seguridad.— Respondió con respeto. 

—Líder Wen, ¿dijo hijos no nacidos?— preguntó sorprendido el líder Nie quien había llegado al saber que Wen Führen y el líder Wen estaban en la sala del trono. 

—HuaiSang.— Wen Führen, sonrió al ver a su viejo amigo a lado del líder Wen, sabía que el menor tenía una extensa red de búsqueda, por lo que sonrió cuando el otro joven le regaló una sonrisa de, “lo sabía” asintió y regresó su mirada a su esposo. 

Asintió. —Si, eso dije, mi esposo está esperando, la energía espiritual de ambos se si te en el cuerpo de mi esposo, así que sí.—

Los Lan se quedaron en blanco, ¿Jiang Ying podía concebir? Ellos perdieron al único hombre con esa hermosa capacidad, pero, quizá era riesgoso. 

—Es una excelente noticia.— Exclamó el líder Nie cargando a la dama de la Secta Wen. 

Los demás se sorprendieron ante la efusividad del líder Wen, si bien, era sabido que ambos habían peleado mano a mano en algún momento en la guerra, nadie sabía lo cercanos que eran. 

ZiXuan sonrió, no sabía eso, de haber sabido hubiera obligado a su padre a conseguir la mano de ese joven tan hermoso, perfecto y único. 

Nie HuaiSang asintió, el líder Wen les había dado la estocada perfecta a los Lan. 

—Ese hijo es mío.— 

Declaró Lan WangJi con autosuficiencia. 

Ante tal declaración, las celebraciones pausaron, el joven de ojos grises se sintió desprotegido, claro, era nada más que la verdad, pero no quería que los Lan quisieran llevarse a sus hijos y menos dejar a su ahora esposo, los Lan lo recluirian. Le quitarían a sus dos pequeños lotos, por eso se había negado a decir sobre su embarazo. 

—No te preocupes, padre tiene todo bajo control.— La voz de Wen Xû hizo que el joven saliera del trance de esas escenas horribles. 

—Padre no dejará que te lleven.— Wen Chao se quitó su abrigo, poniéndoselo. —Confía en él.—

Asintió y se vio rodeado por los Wen. Su esposo un par de pasos al frente, los hijos de su esposo cada uno a un lado de él y un séquito de guerreros a su espalda. 

Heridas de Silencio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora