Capitulo 4

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Adora's POV

24 de diciembre del 2003

Mamá preparaba sus maletas para viajar a Inglaterra, reunirse con mis hermanas Perfuma y Frosta, es prioridad en estas épocas.
-Vas a llegar tarde madre- Pude sentir la mirada reprochante de Linda Grayskull mientras cerraba su apretada maleta.
-Seria más rápido si me ayudarás, cariño- Dijo bajando la maleta de su cama y colocándola suavemente en el suelo, deje salir una leve risa nasal y se acerco a mi llenándome de besos todo el rostro.
-Te voy a extrañar mi Adora- Sostenía mi rostro con ambas manos y me miraba fijamente con los ojos algo llorosos -Solo serán 5 días mamá, la tía Glenda puede cuidar de mi perfectamente, se que no me extrañaras tanto cuando estés en el avión- La miraba sonriente, deseaba que ella se quedará un poco más y aprovecharla el tiempo que quedaba para que su avión despegara.
Ella beso mi nariz levemente roja a causa del frío y frotó su pulgar en mi mejilla -Tienes razón mi niña, estarás bien- Sus ojos llorosos inundaron mi corazón y la envolví con mis brazos por última vez en lo que sería una semana. Ella salió minutos después con la maleta de ruedas arrastrandola sobre la acera, quería estar con mi familia durante navidad, con la separación de mis padres y las graduaciones de mis hermanas no pude cumplir mi deseo en su totalidad, al menos estaría el día de mañana con mi tía Glenda por la noche.

El silencio que habito mi hogar con la salida de mamá rápidamente se hizo notar, suspire profundo y subí a mi habitación tomé mi libro favorito "Bajo la misma estrella" y lo hojee un poco... Oh Adora, tan inocente y nada discreta.

-¡A QUIEN MIERDA QUIERO ENGAÑAR!- El grito ahogado por mi almohada sonó aún mas alto que si hubiera salido de un megáfono, levante ligeramente mi cabeza y mire a la pared más cercana a mi cama, lágrimas de desesperación corrieron por mi rostro.
-3 DÍAS MIERDA, Y NO SE NADA DE ELLA- Catra estaba cada segundo en mi cabeza, ni siquiera un poco de buena lectura puede distraerme de pensar en ella, creí que al hacer este movimiento conseguiría algo de su atención aunque no podría estar más equivocada, sabía que Catra era una chica muy lista solo que algo distraída (bueno, bastante distraída) y tal vez no lo habría notado pero eso no quito mis esperanzas de que lo hiciera, me recosté boca arriba y cerré levemente mis ojos.

¿Qué podría hacer para que ella hable minimamente conmigo?...

-¡BINGO!- Dije saliendo de mi habitación a parar en la cocina, mamá me a dicho que una de las cosas que la hicieron conquistar a papá fue su dote en la repostería, cosa que no tardó en enseñarme: Hiba a hacerle unas galletas a Catra, obviamente no le diré que las hice para ella ya que serían muy obvias mis intenciones, creo que así ella podrá sentir un poco más de confianza conmigo y tal vez poder ser su amiga.
Una de las cosas que me a quitado el consejo desde que formó parte de él a sido la oportunidad de interactuar con alguien fuera de la sala de reuniones, no solo por el trabajo si no por el "prestigio", mis chicas del consejo creen que si hablo o me hago amiga de algún alumno fuera del consejo caeré y no podré mantener mi postura como Presidenta, con Catra estoy dispuesta a romper todo este lio, quiero acercarme a ella y demostrarle que soy más que una cara bonita o algo parecido, quiero que ella me conozca como "Adora" y no como "Adora Grayskull"...
Tomé una de las recetas de mamá, una sobre muñecos de gengibre y me puse manos a la obra, la verdad es que terminé algo tarde para ser unas galletas, todas estaban decoradas con ojos negros y a propósito hice 2 bicolor, todas tenían lindas bufandas y un mechón en la frente, emocionada guarde las galletas en una bolsa de celofán y la até con un listón rojo con dorado.
Estaba orgullosa de mi trabajo, realmente se veían muy lindas y creía que le encantarían, observe la barra de la cocina desordenada y algo sucia, debía limpiar ese desastre, si mamá ve una mancha en su preciada cocina creo que las esferas colgadas en el pino navideño
y yo haríamos competencia.
Saque una sola bolsa grande, la barra estaba impecable y el suelo con aspecto de ser recién colocado, decidí sacar aquella bolsa negra al basurero, no quería que llegase a apestar la cocina.
Abrí la puerta, lo primero que vi fue a una chica sentada en las escaleras de el frente de la casa, pensé que sería alguna de mis vecinas ya que suelen hablar por teléfono ahí cuando quieren privacidad.
-Hola- Dije lo más cordial que pude, la pase de largo y deseche la pesada bolsa en el basurero, al darme la vuelta me quede helada por unos segundos, la chica que me había quitado mi tranquilidad estos días estaba frente a mi puerta casi muerta de frío.
-Hola- Dijo con una leve sonrisa y sin parar de verme, me acerque a ella como siempre lo había hecho y con seguridad (algo que claramente ya estaba perdiendo).
-Catra ¿Cierto?- Sonreí, me encanta ver la expresión cuando digo su nombre, sus ojos irradian un brillo intenso y sus mejillas coloradas por el frío de la noche le daban un tono dulce y tierno enormemente.
-¿Que haces por aquí?- No es usual encontrarme compañeros de mi preparatoria por esa área, y menos por la noche.
Me preocupaba que se encontrará de mal estado, estaba helando y ella solo llevaba una ligera "chamarra" casi transparente, buscaba alguna señal de que se encontrará enferma.
-Yo... Venía de regreso de una cena e iba a casa caminando, quería calentarme un poco.- Hablo con una tímida y dulce voz, no pude evitar verla todo el tiempo, ella siempre a sido jodidamente atractiva pero verla acurrucada sobre sus piernas, tamblando levemente e intentando mantenerse caliente, erizo mi piel.
Me levante intentando mantener mi cordura y no abrazarla ahí mismo hasta que se le pasara el frío, estaba estática y sin duda debía buscar alguna excusa para salir de la situación.
- Te llevare a casa- Las palabras salieron por si solas, sus ojos se abrieron en grande y me observaban atentamente, parece que actuaba inconscientemente porque mi mano sostenía la suya y no pude evitar jadear de sorpresa al ver lo que hacía.
Su mano estaba helada, tamblaba levemente y su nariz se encontraba super roja, recordé que estaba fuera de casa, podría traerle un abrigo y así acompañarla más tranquila y cómoda a su hogar.
Corrí al interior no quería dejarla esperando mucho tiempo, tome mi abrigo negro aterciopelado y tome lo primero que encontré en mi armario, bajando rápidamente las escaleras pensaba en que sería más cómodo para ella: caminar o ir en algún vehículo, me quede mirando un poco a aquellas llaves y después las tomé decidida.
Abrí la puerta del garage, dejando a la vista mi motocicleta negra (fue un regalo de mi mamá la navidad pasada, solo la uso en ocasiones especiales ya que me da miedo dañarla), me subí en ella y prendí el motor, suspire de alegría cuando encendió, creí que no tendría gasolina, estire mi brazo con el abrigo estampado a la figura pequeña qué me veía expectante por las sombras.
- Abrigate por favor- dije sonriendo -Te congelaras si andamos por ahí y solo usas tu corta remera- la mire tomarlo con timidez, pude ver su alivio al tenerlo, me hizo sentir muy feliz y no evite reírme levemente.
Ella llevaba un tiempo sin moverse, creí que no se sentía segura y le ofrecí mi mano para brindarle un apoyo y logrará subir.
-A donde vamos, Catra- Fui saliendo poco a poco del garage, me quede sobre la acera e intentaba bajar lentamente a la calle, -Puedes dejarme cerca de la escuela, puedo llegar a pie en poco tiempo- Sin demorar más encendí mi motocicleta y acelere un poco, sentía el frío chocar con mi rostro y me lamente por no llevar algún casco, paso poco tiempo de que arranque y note que la chica detrás mio se sostenía fuertemente al asiento y se tambaleaba, desacelere y me detuve a la mitad de la calle, ella cerraba fuertemente sus ojos y sus labios, tome sus manos firmes qué rápidamente se entregaban al toque y las lleve a mi cintura, sonreí al verla tan dulce y tierna.
Volví a acelerar, su pequeña cabeza sobre mi espalda y como se aferraba al agarre, todo mi cuerpo se erizo por el contacto, tardamos un poco en llegar, descendimos levemente y apague las luces, la gran entrada del instituto estaba frente a nosotras, pensé en dejarla e irme, pero no podía, al sentir que ella me soltaba solo podía pedir un momento más, de nosotras.
Volví a mirarla, sosteniendo su rodilla evitando que ella bajara de mi motocicleta, me miraba confusa -¿Que pasa?- No podía dejar de mirarla, me tenía hipnotizada pero no quería verla mucho tiempo, podría incomodarla y baje la mirada, estaba jadeante, no podía controlarlo.
-No te vayas aún, voy a dejarte en tu casa- La mire nuevamente, una sonrisa pequeña se dibujo en sus labios, correspondí por supuesto, volví a encender el motor, señaló a una casa azul cielo (preciosa si me lo preguntan, cortinas blancas y un pequeño jardín, bellísima) mantuve una leve aceleración por 2 minutos (y eso que intente bajar la velocidad para extender el tiempo), llegamos y ella no tardó en bajarse, corrió a su puerta y se quedó parada unos segundos, luego volteo a verme: Era como estar flotando, sus labios se abrían y cerraban rápidamente, vapor salía de ellos, su cabello ondulado parecía brillar con la luna, sus ojos brillaban intensamente, mi corazón latía muy fuertemente (¿QUE DIABLOS ESTABA PASANDO CONMIGO?), ella se miró su atuendo, después vino corriendo a mi, parecía que ella estaba por hablar pero rápidamente sus labios se cerraron, ella sostenía mi abrigo y lo extendio para que lo sostuviera, juro que en ese momento me parecío ver a una bella gatita frente a mi con sus orejas bajas, una escena SUPER TIERNA, tome mi abrigo pero no la dejaría irse, no sin que ella dejara pasar esto otra vez.
Mis manos sostuvieron su brazo y la acerque a mi, quede a pocos centímetros de su boca, incluso casi llegando a besarla (DIOS ES INCLUSO MÁS BELLA DE CERCA), quería que supiera sobre mis sentimientos, sobre mi, sobre que también puedo ser graciosa y linda fuera del instituto, coqueta y bastante, no dude y fui a parar a su oído, "te veo después gatita" la gran frase que me devolvería mi ansiedad nocturna, ella respiraba rápidamente (linda), sus ojos estaban cerrados casi apretados, bese su mejilla (creí que podría cambiar su actitud un poco), ella se sobresalto, no pude evitar sentirme nerviosa y partí.
La puerta de mi recamara se vio cerrada de golpe, mi corazón golpeaba mi pecho, miraba el techo de la habitación, las luces apagadas me hundían en lo sucedido...

¡¿POR QUÉ HICE ESO?!

Di vueltas sobre mi cama y tome una almohada intentando calmarme un poco.

-Mierda... creo que no dormiré esta noche-

Dios Catra, lo que provocas en mi me confunde...

Nuestra Luz [CATRADORA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora