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Christopher se encaminó hacia donde estaba el chico, y esperó hasta que este comenzara a andar hacia la entrada. No dijo nada, solo seguía al rubio mientras le daba vueltas a lo que le había dicho anteriormente su mejor amigo, todavía extrañado por las instrucciones que este le había dado.

Iba a decir algo, pero luego recordó lo que dijo Changbin sobre hablar. "Es mejor que no hables mucho" Y se quedó callado hasta que Seungmin se dignó a hablar. Que fue nada más y nada menos que al llegar al recinto de las nutrias.

— ¿Sabías que las nutrias duermen mientras se dan la mano? — Comentó el menor posando su mano derecha sobre el cristal.

— ¿Ah si? Pues qué monada, yo también quiero que me den la mano mientras duermo.— Dijo Christopher, viendo como una nutria se acercaba a la mano de Seungmin.

— Y como las bebes son muy pequeñas para eso, se suben encima de su madre y pasan toda la noche abrazadas a ellas. — Prosiguió el chico sin mirar al contrario.

Chris dejó de mirar a las nutrias para mirar a Seungmin. Era tan lindo como un atardecer en la playa, tan delicado como una ola chocando contra las rocas del mar, tan adorable como un cachorrito aprendiendo a nadar... Pero, sobre todo, era tan listo como una beluga.

— Creo que es más divertido venir al acuario contigo que con cualquier otra persona. Además de ver animales extraordinarios, tengo un guía personal que lo sabe todo sobre ellos. No tengo que buscar en internet, solo tengo que callarme y dejar que te llenes de confianza para soltar todo aquello que sabes relacionado al mar.

Quizá se excedió un poco, ya que los mofletes de Kim Seungmin no tardaron mucho en colorarse por culpa de sus cariñosas palabras.

— ¿No lo pasarías mejor con Changbin? Es tu mejor amigo. — Espetó Seungmin, ahora si consiguiendo al fin hacer contacto visual con el mayor.

— Nah, se estaría riendo de los peces feos y haríamos chistes tontos sobre ellos. A estos sitios prefiero venir solo, o con alguien con quien realmente merezca la pena venir. El acuario es un lugar mágico, ayuda a relajar la mente. Pero, sobre todo, es odiosamente romántico. Cada pasillo por el que paso, esa oscuridad combinada con la luz tenue del reflejo azul que hace el agua sobre las paredes... Me dan ganas de enamorarme, de amar, de abrazar, de besar... — Mientras Christopher explicaba todo lo que sentía cuando visitaba aquel lugar, Seungmin se dio cuenta del tipo de persona que era Christopher en verdad. La dulzura y el cariño invadían su corazón. Era empático y sincero, pero por alguna razón, toda esa sensibilidad desaparecía cuando se veía rodeado de gente.

Y con eso, Seungmin recordó algo al instante.

— Eres como un tiburón. — Espetó el chico, sonriendo.

Christpher dio un paso atrás. ¿Un tiburón? Acababa de abrirse y mostrar su lado más vulnerable. ¿Como que un tiburón? Los tiburones son amenazantes y violentos. O eso pensaba Christopher, claro.

— La empatía y el amor recorre por tus venas, pero la gente te juzga por como te ves. Eres atractivo, fuerte e imponente. Eres un tiburón. Y los tiburones no comen personas, ni son así de macabros. Son igual que tú. Ellos también aman que les den caricias y los mimen, ¿sabes?

Seungmin siempre confundió los sentimientos de los demás. Era incapaz de sentir empatía en algunas ocasiones, ya que el simple hecho de entender que una persona estaba feliz, o triste, ya era un reto de máxima dificultad para él.

A pesar de eso, supo desde el primer momento que Christopher no era como los demás. Si otra persona se hubiera chocado con él en su lugar, no habría vuelto a ver esa beluga. Si el mejor amigo de su primo hubiera sido otro, no habría comenzado a comer todos los recreos y a lo mejor habría tenido un accidente de coche por culpa de Changbin.

Beluga// ChanMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora