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— H-hazlo por favor... — Dijo el menor entre gemidos.

—¿Quieres que lo haga? — Preguntó Christopher refiriéndose a lo que Seungmin le insinuaba. — No tenemos protección.

— No me importa.

Christopher sonrió y bajó sus pantalones para quitarlos junto a su ropa interior. Tener relaciones sexuales en un acuario era bastante exótico, pero nunca es tarde para nuevas experiencias locas, ¿verdad?

— ¿Estás seguro?

Christopher quería hacerlo, claro que quería. Pero lo que no quería era que Seungmin se arrepintiera, o que le hiciera daño y no le gustara. Tenía que asegurarse primero, hacer feliz al rubio era su prioridad.

— Si. — Afirmó el contrario subiéndose encima del mayor, alineando su entrada con el miembro de quien lo agarró del trasero al instante de subirse.

— ¿No quieres que te prepare primero? Puede dolerte.

Sin mirar al pelinegro, volvió a tumbarse y dejó que Christopher hiciera lo que se le viniera en gana con él otra vez. Estaba deseando tenerlo adentro de él, y si eso significaba esperar, Seungmin desde luego podía ser todo un profesional.

Christopher comenzó a besar los labios de Seungmin antes de actuar. Pensó en prepararlo con los dedos, pero sería algo que tardaría bastante y le podría llegar a doler.

Así que se decidió por algo un poco más exótico. La preparación de ese método podría hacerlo llegar a un orgasmo, pero todavía tenía que esperar para tener al mayor dentro de él.

Christopher se separó de los labios de Seungmin y fue besando todo su cuerpo hasta llegar a sus genitales. Le abrió un poco más las piernas y lo volteó, exponiendo todo su culo para poder obtener las vistas que deseaba.

El pelinegro besó la entrada del menor y la preparó con su lengua, sacándole al rubio un gemido tras otro, cada vez más fuerte y agudo. Cuando Christopher tocó el punto dulce de Seungmin, cosa que hizo al otro estremecerse, comprendió que ya estaba del todo listo.

Ver como un hilo de salvia salía del mojado trasero de Seungmin, hacía que el contrario se sintiera como un completo pecador. Pero para que mentir, amaba esa imagen.

Seungmin se dio la vuelta y dejó que Christopher volviera a colocarse encima de él, sintiendo como iba entrando poco a poco, mordiendo su labio inferior para poder escuchar los gemidos del mayor, los cuales eran bruscos y se provocaban con cada embestida que hacía.

Un rato después, los dos llegaron al orgasmo, corriéndose al compás del otro. Christopher se tiró encima de Seungmin con cuidado para no hacerle daño, pero tampoco quería que el menor manchara el suelo del lugar.

Christopher, quien no tuvo otra que hacerlo sin protección, se corrió en el interior de Seungmin. Que al separarse de él, vio como sus fluidos salían por la entrada de este, sintiéndose aún más sucio que antes.

Después de limpiarlo todo, volvieron a vestirse y se acurrucaron juntos para irse a dormir.

Seungmin se sentía culpable por haber hecho algo como eso en frente de los amenazantes animales marinos, así que no pudo evitar que se le saliera una pequeña lágrima que Christopher limpió con un pequeño beso al lado del ojo.

— ¿Por qué lloras? — Le preguntó el mayor.

— No quería que ellos me vieran haciendo esto. — Respondió con un tono suave y débil.

Beluga// ChanMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora