¿𝐸𝑝𝑖𝑓𝑎𝑛𝑖𝑎? 𝑁𝑜, 𝑒𝑠 𝑒𝑙 𝑓𝑢𝑡𝑢𝑟𝑜…
Naobito se despertó con un sobresalto, jadeando como si hubiera corrido una maratón.
—¡¿Qué fue eso?! —exclamó, sentándose en su cama con un movimiento brusco.Su corazón aún latía con fuerza, y su mente estaba nublada por la pesadilla que acababa de tener. Trató de recordar detalles, pero solo podía ver la imagen borrosa de una mujer que se parecía a Maki, con los ojos de Toji reflejados en su rostro, masacrado a su clan.
Naobito miró su mano, como si esperara encontrar alguna pista que explicara el sueño.
—Con razón —murmuró, sonriendo débilmente— Bebí de más anoche.El alcohol siempre le había jugado una mala pasada a su subconsciente.
Suspiró aliviado de que solo haya sido un sueño, pero su cuerpo aún estaba tenso por la adrenalina. Miró hacia la ventana, donde la oscuridad de la noche aún reinaba. No había amanecido aún, así que se recostó nuevamente sobre la cama para volverse a dormir.
Pero no pudo relajarse.
—Si tan solo fue un sueño... ¿Entonces, por qué estoy temblando? —dijo viendo fijamente su mano inquieta, que poco a poco el temblor se hacía más visible, hasta el punto de no poder respirar adecuadamente.El miedo comenzó a apoderarse de él, y su mente empezó a dar vueltas.
—No, eso no fue un sueño. Fue algo peor que una pesadilla, ¡fue una epifanía! —exclamó, sentándose de nuevo en la cama. Y al parecer acertó, ya que no tardó en ver todo con claridad en su habitación. Como si el destino intentara decirle algo.
—¿Así que el destino me está dando una mano, eh? —dijo, mirando alrededor de su habitación con una mezcla de miedo y asombro. La oscuridad parecía haberse disipado, y todo estaba claro ahora. Demasiado claro.
Para Naobito, la decisión era clara. Tendría que matar a Maki antes de que ella acabase con todo su clan. La idea le revolvía el estómago, pero sabía que no tenía otra opción. Maki era una de las vergüenzas de la familia, y no podía permitir que su sed de venganza destruyera todo lo que habían construido.
Naobito se levantó de la cama y se acercó a la ventana, mirando hacia la oscuridad de la noche. La luna llena iluminaba su rostro, y por un momento, pareció que la duda lo invadía. Pero luego, su expresión se endureció. No podía mostrar piedad, no ahora que sabía lo que Maki era capaz de hacer.
«Aunque sea una niña», pensó, «tendría que hacerlo». La idea le desagradaba, pero sabía que no tenía otra opción. Maki era una amenaza, y debía ser eliminada.
Naobito regresó a la cama, y se acostó con un suspiro.
—Bueno, por lo que ví, Maki hará su masacre dentro de unos años. Todavía tengo tiempo, así que supongo que no pasará nada si le doy una semanita más de vida —dijo, cerrando los ojos.Su conciencia se aligeró un poco, y por un momento, se permitió sentir una pizca de compasión.
—Si... que viva como una niña normal antes de morir —murmuró, y con eso dicho, caería rendido ante el sueño.Pero de sueño solo tendría el nombre, ya que Naobito estaba temblando nuevamente, y su cuerpo era sacudido por convulsiones incontrolables…
Estaba enfrente de un pelinegro, una figura imponente y aterradora que no llegó a distinguir su rostro, pero lo que sí percibió fue su aura oscura y su gran reserva de energía maldita, que lo estaba sofocando con su intensidad.
La sensación de poder que emanaba de aquel ser era abrumadora, y Naobito sentía que se ahogaba bajo su peso. Pero lo que más lo aterrorizaba era la ira indescriptible que sentía hacia su clan, una ira que parecía consumirlo por completo.

ESTÁS LEYENDO
Sukuna... ¿es bueno?
FanfictionUn humano puede convertirse en maldición, ¿pero una maldición puede convertirse en humano? Ese tipo de preguntas no le dejan dormir a Kenjaku. Y si es necesario, moldearía el destino para conseguir su respuesta.