𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 6

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𝐸𝑙 𝑟𝑒𝑠𝑐𝑎𝑡𝑒 𝑑𝑒 𝑀𝑎𝑖

Yuji se despertó confundido, mirando alrededor de su habitación. ¿Cómo había terminado en su cama? Recordaba haber dormido en el sillón la noche anterior.

Se sentó, frotándose los ojos, y se levantó con una sonrisa perezosa. Bajó las escaleras, y el silencio de la mañana lo envolvió. El sol comenzaba a salir, iluminando la habitación con una luz cálida.

Al llegar al salón, vió el televisor encendido, emitendo un zumbido suave. Su mirada se posó en el sofá, donde Mai dormía profundamente, rodeada de cojines y mantas.

Yuji suspiró, sonriendo. Se acercó al televisor y lo apagó, sumiendo la habitación en un silencio aún mayor. Luego, se sentó junto a Mai y la acobijó con una manta.

—Eres adicta a las películas, ¿eh? —dijo Yuji, sonriendo— Esta es la tercera vez que te quedas dormida viendo películas toda la noche.

Mai murmuró algo ininteligible, pero no se despertó.

Yuji se rió suavemente y se levantó. Habían pasado más de siete días desde que Mai se había despertado, y ya se había convertido en una rutina verla dormir en el sofá después de una maratón de películas.

La mañana seguía avanzando, y Yuji decidió preparar el desayuno. La cocina se llenó con el aroma a café y pan tostado, y Yuji esperó a que Mai se despertara para compartir un nuevo día juntos.

Yuji se sentó en la mesa de la cocina, con su mirada perdida en el vacío mientras esperaba a que Mai despertara. La luz matutina se filtraba por la ventana, iluminando la habitación con un tono cálido. Su mente estaba llena de pensamientos y dudas.

De repente, se puso serio y suspiró.
—Sukuna, ¿fue buena idea contarle sobre tu existencia a Mai? —preguntó, su voz era baja y seria.

Una boca emergío sobre su mejilla.
—No hay problema, Itadori —dijo Sukuna, con su voz baja y confiada.

—¿Seguro? —dijo Yuji, sorprendido.

—Sí, aprovecha mientras dure —respondió Sukuna.

—¿A qué te refieres? ¿No era que queríamos pasar desapercibidos para el mundo de la hechicería? —preguntó Yuji.

Sukuna se rió suavemente.
—Itadori, la era de la ignorancia ha terminado. Reencarné en esta época por una razón. La humanidad ha cambiado, pero su sed de poder y control sigue siendo la misma.

—¿Qué quieres decir? —preguntó Yuji.

—En esta época, los humanos con energía maldita son escasos. Si te descubren, te obligarían a unirte a ellos. Y una vez que sepan de mi existencia... —Sukuna hizo una pausa— La caza será inevitable.

Yuji se puso tenso.
—¿Y Mai? ¿Qué papel juega en todo esto? —preguntó.

—Mai es solo el comienzo —dijo Sukuna— Su conexión con el mundo de la hechicería nos pondrá en el radar de aquellos que buscan poder. Tarde o temprano, nos encontrarán.

La cocina quedó en silencio, solo interrumpido por el tictac del reloj. Yuji se sintió envuelto por una sensación de inevitabilidad.

—La confrontación es inevitable, Yuji —dijo Sukuna— Pero no te preocupes, estoy contigo.

Yuji suelta un pesado suspiro, con su pecho subiendo y bajando con la respiración. La luz matutina se reflejaba en su rostro, resaltando su preocupación.

—Me esforcé por mantener tu existencia en secreto, tal como me pediste —dijo Yuji, con su voz llena de frustración— Pero, ¿por qué te dejaste ver ante Mai cuando me dormí? De verdad que no lo entiendo. Por eso aprovechemos que está dormida y hablemos que pasará cuando nos encontremos con los hechiceros.

Sukuna... ¿es bueno?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora