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Un grito salió del pequeño heredero mientras saltaba seguidamente al sentir toda su ropa mojada.

—traigan algo para secar al principe— una sirvienta corrió donde estaba el equipaje para buscar un trapo —mi príncipe no se mueva— cargo al heredero para alejarlo un poco del agua.

Jung indignado cruzo sus brazos e hizo un puchero observando al niño que aún en el agua se reía de él, sus ojos cafés fueron cogiendo un rojizo intenso y cuando el pequeño iba a hablar la sirvienta intervino secando el cabello del heredero.

—Ese niño me mojó— apuntando al castaño quien sonreía mientras salía del agua con tan solo su ropa interior —merece un castigo— el otro solo lo miraba con burla lo que hizo sentir a Jung aún más enojado.

—Solo es agua no entiendo porque te alteras— dijo el castaño haciendo que el guarda lo mirara de una y el pequeño príncipe abrieran un poco la boca en asombro ¿Es que acaso no sabe quién es él? Y como saberlo si nunca había salido de la Posada —Tu pelo es rojo, es muy raro—

—No es raro es diferente niño tonto— él príncipe se soltó de la sirvienta y camino hasta quedar al frente del castaño —Tu pelo es muy— se puso la mano en la cabeza para expresar que estaba pensando y de repente trono los dedos —muy aburrido, no sorprende — dijo con total burla para empujar al castaño dejando que caiga al agua y reír en voz alta. El castaño saco la cabeza y miro con odio lo cual puso feliz al heredero —Solo es un poco de agua, no te alteres— ríe y se da la vuelta para volver al carruaje seguido del guardia y la sirvienta.

El carruaje avanzó y los respaldos también, aún faltaba bastante para llegar al palacio

Palacio Jung

El reino estaba movido, todos esperaban la llegada del heredero y poder ver por primera vez a su heredero. El palacio recibía a reyes, caballeros y mujeres prestigiadas que querían ver al heredero por primera vez.

—Que opinas— el rey salió del vestidor siendo observado por un guardia quien asintió la cabeza al ver el atuendo del rey —No se ni para que les preguntó.

Salió de la habitación y se dirigió a la gran puerta del castillo esperando a su principe.

Después de un largo tiempo se observó como una carroza se acercaba al palacio y todos los pueblerinos empezaban a saltar y emocionarse, el rey que desde el balcón observaba también emocionado dejo de sonreír cuando vio de quién era el carruaje.

El pueblo murmuraba al ver a el príncipe Jun-ho con su inusual traje blanco bajar de la carroza con una gran sonrisa, camino hacia el rey y con voz burlona saludo.

—Su majestad. Me enteré que el pequeño príncipe, hijo del Omega Kim He-jin y el rey de la dinastía Jung— volteó al pueblo que miraba atónitos —¿Será un Alfa o un Omega? ya que es tu único heredero deberías de tener fé— ríe a carcajadas mientras los murmullos del pueblo se hacían presentes.

—¿Que hace un príncipe Min en mis tierras?— pregunta el emperador con total naturalidad.

—Quiero conocer al heredero—

—A conocer, tu invades mis tierras como si fueran tuyas, eres príncipe en tu reino no aquí— con mirada neutra hablo, sin miedo a indignar al principe Min —no fuisteis invitado y estás aquí de agregado— se escuchó una fuerte risa de príncipe —pero no me molesta tener a un Omega de 20 décadas con un lustro sin un alfa en mis tierras, eso es normal ¿diga?— el príncipe abrió la boca como muerto, indignado por lo dicho —

Emperatriz Jung Hoseok Donde viven las historias. Descúbrelo ahora