Lifetime | Rivers y tú |

Capítulo 2: Una vida entera juntas

flashback
POV'S CHIARA

Iba tarde a clase, no había escuchado la alarma y mamá no acostumbraba a levantarme porque decía que si lo hacía no sería capaz de hacerlo sola y me volvería dependiente, tenía razón pero no era algo que en este momento me hubiera ido de perlas.

Terminé de peinar mi cabello, parecía mentira de lo mal que estaba, pero apenas terminé salí corriendo de mi habitación directo al salón. Papá estaba allí, poniéndose su abrigo mientras miraba su reflejo en el espejo. Mamá por otro lado, estaba en la cocina, lavando los platos que ensució haciendo el desayuno para ella y papá, porque claro, si ella lo hacía por mi, me volvería dependiente, pero... ¿no era normal ser dependiente a todos si tienes 15 años?

—— ¿Keeks? —— Mi padre llamó mi atención. —— ¿Qué haces aquí aún? ¿El autobús no pasó hace media hora? —— Preguntó un poco preocupado. Escuché a Mamá reír desde la cocina.
—— Me he quedado sobada, no he escuchado el despertador. —— Vi como papá negó con su cabeza.
—— Pues empieza a caminar, cariño. —— Mamá hizo presencia en el salón. —— Yo iré a despertar a Andrew que ya Juls está duchándose. —— Mamá dejó un beso en mi cabeza antes de dirigirse a la habitación de mi hermano menor.

Tomé mi mochila del perchero junto a las llaves de casa que estaban en la mesa de la entrada y me dirigí a la puerta para poder empezar a andar, llegaría tarde de todas maneras.

—— ¿Dónde vas? —— La voz de mi padre me hizo girarme. —— No vas a irte andando, vamos que yo te llevo. —— Sonreí.

Mi padre era el mejor hombre del mundo. Lo amaba con todas mis fuerzas. Era totalmente distinto a Mamá, siempre estaba para mi, me ayudaba en lo que pudiera y me daba muchos mimos aún sin tener mucho dinero, él hacía lo posible por vernos felices, a mi, mis hermanos y a mamá.

—— Eh, eh. —— Papá bloqueó las puertas del coche antes de poder subirme en el asiento de copiloto. —— Solo los mayores de 18 van de copilotos. —— Dijo mientras bajaba la ventana para poder escucharle mejor. —— Atrás, pequeñaja. —— Bufé. —— ¿O prefieres andar? Porque no es mi problema. —— Rodé los ojos y le hice caso. Me senté en los asientos de atrás. —— Perfecto, ahora sí podremos irnos.
—— Eres tonto. —— Él rió como respuesta y le subió el volumen a la canción que pasaba por el radio que casualmente era nuestra ultima obsesión musical, NNAVY de LuanxGyota.

Papá y yo compartíamos muchas cosas, la música era una de ellas. Gracias a él había tomado interés en componer, en cantar, en la guitarra, en el piano y en muchas cosas. Era algo totalmente nuestro y lo amaba.

—— Te quiero, Papá. —— Noté como sus ojos se arrugaban. Estaba sonriendo.

Y con esa sonrisa.
Esa hermosa sonrisa, se giró hacia mi, para poder dedicarme lo que sería su última. Solo un segundo bastó para que mi vida cambiara irremediablemente.

El rugido de motores y el bullicio habitual de la vida se desvanecieron en un instante cuando el sonido de neumáticos chirriando y metal retorciéndose llenó el aire. El choque, como un eco ominoso, resonó a través del paisaje tranquilo, dejando tras de sí un rastro de caos en una escena que antes había sido idílica.

Dentro del vehículo, el destino de mi padre, se selló en un instante de caos y colisión. Mientras las fuerzas de la física jugaban su cruel juego, el coche se convirtió en un capullo de desesperación, su carrocería retorcida contando una historia de destrucción que ningún lamento podría deshacer.

Los servicios de emergencia acudieron rápidamente, pero su presencia no pudo alterar la trágica realidad. La parte frontal del coche había sido la más afectada. El había quedado atrapado en una telaraña de metal, luchó en vano contra la ineludible marcha hacia la oscuridad. El sonido de las sirenas y las voces apresuradas solo amplificó la gravedad de la situación.