Lifetime | Rivers y tú |

Capítulo 4: Las madres más chingonas.

POV'S VALENTINA
9:20 a.m

Este día era especial; íbamos al orfanato en el día de adopción. Estábamos nerviosas pero emocionadas por conocer a los niños que podrían convertirse en parte de nuestras vidas. Aunque aún no podríamos adoptarlos, tendríamos que pasar unas semanas con ellos, ver si todos nos sentimos a gusto y cómodos conviviendo para que al final, la decisión caiga en nosotras.

—— ¿Amor? —— Amaba el "nuevo" apodo que mi esposa me había dado hace algunos años. Aunque prefería más sus otros apodos. —— ¿Estás lista? —— Escuché su voz a la lejanía. —— Tus hermanos me llamaron a preguntarme que si podían venir a visitarnos cuando volvamos. —— Fruncí mi ceño.
—— ¿Te han llamado a ti y no a mi? —— Pregunté confundida, escuché una risa traviesa como respuesta. —— Serán cabrones.
—— Dice que no por pendejos. —— Reí. Hubo un silencio corto. —— Va, nos vemos a esa hora entonces. —— Terminé de darle los últimos retoques a mi maquillaje.
—— Venga, estoy lista, vámonos. —— Dije mientras tomaba las llaves del mesón antes de salir.

Salimos de casa tomadas de la mano, como normalmente lo hacíamos. Entramos a nuestro coche con rapidez, yo conduciría esta vez, por lo que Samy puso el gps hasta el lugar donde tenemos que ir.

Al llegar, nos recibió Sarah con una sonrisa y nos guió a un pequeño parque que había en la parte de atrás del edificio.

Habían mucho niños, me sorprendió ver tantos y supuse que a Rivis también porque tomó mi mano y la apretó con fuerza. Cada niño tenía un especie de sticker en su ropa con su nombre y su edad.

Los niños corrían y jugaban entre sí, habían muchas parejas también que estaban allí, igual o más perdidos que nosotras.

No sabíamos que hacer o cómo acercarnos a ellos, todo se sentía un poco extraño, algo que no me gustó mucho. El sentimiento era raro de cojones.

—— Te amo. —— Escuché la voz de mi esposa a mi lado. Y me giré para observar su rostro. —— ¿Damos una vuelta? —— Asentí con una sonrisa. —— Vamos. —— Le dije devolviéndole el apretón que me dio al entrar.

Eso me hizo recordar aquellos apretones que Samy siempre me daba mientras tomaba mi mano cuando escuchábamos música juntas, como aquella vez en mi coche, con una canción de Billie Eilish, creo que era Halley's Comet. Una de las favoritas mi esposa.

Rivers siempre apretaba mi mano en ciertos puntos de la canción, siempre hacía eso y siempre me ha hecho pensar que esa es su forma de decirme que ella siente lo mismo que los artistas cantan en esos momentos determinados. Aún lo hacía y era algo que me derretía por dentro.

Paseamos un rato por todo el lugar, hablamos con unos cuantos niños y adolescentes pero ninguno lograba captar nuestra atención. Hasta que Samy les vio.

Tres niños en un salón, totalmente apartados de todos pero parecían estar felices o bueno, al menos cómodos con su presencia.

Sin pensarlo mucho nos adentramos al lugar donde estaban ellos. Al entrar, pude ver como cada uno de ellos estaba dentro de su propio mundo. Eran dos chicas y un niño.

Una de ella estaba en un piano con cascos puestos, la otra estaba también con cascos puestos pero pintaba un lienzo y a su lado había una agenda y por último, el niño que parecía ser el menor de todos, estaba en su móvil, jugando videojuegos asumí.

—— Hola. ——Una voz reconocida tras de nosotras nos hizo saltar. —— Veo que habéis visto a los Oliver
—— Hostia, Lucas. —— Le dije en forma de susurro. —— Que puto susto, tío. —— Mi esposa rió ante mi reacción.
—— Lo siento. —— Hizo una pausa. —— ¿Queréis que os presente? —— Samy y yo asentimos. Lucas pasó a un lado de nosotras y se hizo en medio del salón.
—— Chicos, un momento de atención, por favor. —— Sin decirlo dos veces, los tres pequeños se giraron hacia él. Al vernos la chica del piano sonrió débilmente. —— Ellas son Samantha. —— Señaló a mi esposa. —— Y Valentina. —— Me señaló a mi. —— Y quieren hablar con vosotros, así que aquí os dejo. —— Terminó de decir y apenas lo hizo, se fue, dejándonos solos.