Nueva vida

301 5 8
                                    


El español no es mi primera lengua. Si encuentras un error en mi español, por favor, deja un comentario o enviame un mensaje y podrás suregir un castigo adecuado. 


Con mi nueva diosa tenía nuevas reglas.

Ya no podía dormir en mi cama. Cada noche tenía que dormir con mi diosa.

No podía venir sin su permiso, pero me venía al menos una vez cada dos días.

No me podía llevar ropa ropa dentro de su cuarto.

Tenía que llevar la ropa que decidió mi diosa.

Tenía un horario muy estricto, que incluía desde cuándo me despertar, cuándo y cómo hacer mis ejercicio, cuándo estudiar, cuándo iba a clase, qué comer, cuándo podía usar el baño y cuándo podía relajarme.


Mi diosa me cuidaba muy bien. Siempre me cuidaba después de los castigos y me daba mucho cariño. Me dijo que todo era para mi propio beneficio. El horario era para que pudiera estudiar bien y el ejercicios era para ponerme musculoso para que mi diosa pudiera disfrutar mi cuerpo más. Seguía con mis lecciones con Esmeralda, pero ya no era mi ama. Me explicaron que habían planeado todo para que yo fuera un buen esclavo para mi diosa. Me gustaban las nuevas reglas y complacer a mi diosa. Todo estaba funcionando, había ganado músculo, perdido grasa y estaba estudiando muy bien; mi diosa parecía muy feliz.

Todo seguía así, re bonito, hasta que viniera la semana de vacaciones del otoño. Mi diosa no me había dado el horario de la semana. El primer día fuimos a la pista de carreras. Casi todos los días tenía que dar varias vueltas en la pasta hasta correr uno o dos kilómetros. Pero, ese día mi diosa me dijo que siguiera corriendo. Corría y corría durante dos horas y había corrido 18 kilometros, pero no podía seguir más.
"Diosa", le dije, "ya no aguanto más. No estoy acostumbrado a correr tanto, necesito agua".
Mi diosa me dio una bofetada. "Puedes hacer lo que digo que puedes".
"Necesito agua. ¿Cuánto más tendré que correr?".
"Vas a cumplir media maratón. Has corrido 18 kilómetros y vas a cumplir 21".
"Por favor diosa, necesito algo de agua para seguir".
Mi diosa sacó una botella y llenó un vaso y me lo dio. Cuándo terminé de beber el vaso, mi diosa derramó lo que quedó. "Iba a darte la botella de agua cuando hubieras terminado, pero como necesitaste agua temprano tendrás que aguantar sin agua después".
Yo terminé los tres kilómetros que me faltaban. Cada paso me dolía y ya estaba agotado, pero sabía que si podía terminar mi diosa estaría decepcionada. Cuándo terminé casi caí al suelo.
"Diosa, por favor, tengo sed. Necesito agua".
"Deberías haber pensado en eso antes de tomar tu agua temprano".
"Por favor, haré cualquier cosa".
"Hmm, creo que tengo un poco de agua para vos".

Mi ama me llevó al cuarto y se quitó sus pantalones.

"Estoy mojada, lamame. Ahí está tu agua". Le chupé a mi ama hasta que viniera a mi boca.

"Hiciste un buen trabajo". Me dijo. "Esclavito, te daré más para beber". Mi diosa me dio un vaso más de agua y el horario para la semana.

"Ah", comencé, "creo que hay un problema".
"No", me respondió, "tu diosa no cometa errores".
"No tengo tiempo para comer o hacer ejercicio en este horario".

"Claro que no. No te haré hacer ejercicio cuando no hayas comido".
"Pero, ¿por qué no estaré comiendo?".
Mi diosa me dio una bofetada. "Todo se ha llevado muy bien, pero creo que estás olvidando tu lugar como mi perrito, mi esclavo, mi juguete. Te haré sufrir y ganar lo que necesitas para vivir durante esta semana. No te olvides a quién perteneces".

El español no es mi primera lengua. Si encuentras un error en mi español, por favor, deja un comentario o enviame un mensaje y podrás suregir un castigo adecuado.  

El esclavo gringoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora