UNTIL I FIND YOU - Chaelisa/Jensoo

UNLESS IT'S YOU

Lisa lanzó la pelota con la mano que le colgaba a un lado del sofá para que Love fuera a buscarla y luego repetir la acción nuevamente. Había estado así ya por un buen rato, recostada boca abajo en aquel lugar, tratando de pasar el tiempo jugando con el único compañero que tenía en esa gran casa, comenzando a contemplar la posibilidad de volver a trabajar, tomar algunos pequeños proyectos solo para poder ocupar su tiempo y mente en algo.

No había tenido contacto con Rosé desde la fiesta de Jennie, y no porque no quisiera. Había intentado llamarle y enviarle mensajes, pero no había obtenido respuesta alguna. No quería abrumarla, porque siendo honesta, era más que obvio que cuanto más trataba de acercarse a Chaeyoung, ésta más la alejaba, así que simplemente se dio por vencida. Esperando que en algún momento ella decidiera responder uno de sus tantos mensajes.

La extrañaba, demasiado. Pero al contrario de los primeros meses desde que había despertado y parecían inseparables, haciendo actividades y pasando cada momento que les era posible juntas, tal y como había sido antes todos esos años, este último tiempo ella la evitaba tanto como le era posible, cancelando sus planes o simplemente diciendo que lo lamentaba y que "algo había surgido de repente".

Era como si los papeles se hubieran invertido, antes era Lisa quien no atendía las llamadas y quien se disculpaba.

Dolía ser consciente y ver cómo la rubia lentamente había comenzado a alejarse más y más, cambiando su trato con ella. No es que no lo mereciera, pero mientras Rosé decía que todo estaba bien, sus acciones y la forma en que la miraba decían lo contrario. Y Lisa, ella, no era estúpida. No podía decir que Rosé se estaba vengando de ella, haciéndole probar de su propia medicina, porque Rosé no hacía ese tipo de cosas. Ella no se vengaba, todo lo que hacía era genuino. Y quizás Lisa hubiera preferido una venganza en lo que todo terminara en cuanto ella aceptase que había aprendido la lección, antes que la inminente posibilidad de que Rosé hubiera decidido que ya no valía la pena tenerla en su vida y alejarse para siempre.

Y nada llenaba más su pecho de dolor y miedo que el solo pensamiento de una vida lejos de Roseanne.

Lo sabía bien.

Lisa pasó la yema de sus dedos por su muñeca, acariciando de lado a lado aquella cicatriz, la única que aún era algo visible. El corte había sido el más profundo de todos, pero había cicatrizado bastante bien, dejando solo una pequeña línea rosa sobre la piel de ese lugar.

Y recordó todas las veces en las que Rosé acariciaba sus brazos cuando su piel se erizaba, ya fuera por sorpresa, miedo o frío. Era su forma de tranquilizarla, de calentarla, un hábito que tenía, una forma de hacerle saber que estaba ahí. Y recordó lo jodidamente bien que se sentía ser capaz de amar a Rosé y a las pequeñas cosas que ella hacía. Lo bien que se sentía mirarla y sentir que estaba donde se suponía que debía estar, junto a ella. Lo jodidamente bien que se sentía ser capaz de enamorarse un poco más de ella cada dia, antes ser consciente y que las personas a su alrededor le recordaran los peligrosos que podían ser sus sentimientos.

Antes de todo este desastre, porque amar a Roseanne hoy solo le traía culpa. De haberse dejado llevar y haberla arrastrado con ella, de no haber sido lo suficientemente fuerte para luchar por su amor a pesar de lo que dijesen, de no haberselo hecho saber antes y de lo egoísta que es amarla ahora cuando ella claramente intentaba dejar el pasado atrás y seguir adelante.

El hecho de que Love no había vuelto con la pelota está vez llamó su atención, cuando fue conciente de que este se encontraba ladrandole a la puerta de en frente.

La tailandesa se levantó a ver qué era lo que estaba alterando a su cachorro, se asomó por la mirilla y se sorprendió al ver a la última persona que esperaría encontrar parada justo afuera de su casa.