Comienzo de la verdad

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Los exámenes de fin de curso estaban llegando. Los gemelos preparaban los TIMOS, por lo cual Lia no los veía mucho. A veces se sentaba junto a George cuando el chico estudiaba y la chica pasaba el rato leyendo algún libro.

-Mi cerebro no da más. -Se quejó el chico un día. -¿Por qué necesitamos estos estúpidos títulos?

-Para algún día poder ser profesionales. -Le respondió la chica sin quitar la vista del libro. -O para que Molly no los asesine.

-No necesitamos ser profesionales. -Dijo Fred. -Vamos a abrir nuestra tienda de bromas.

-¿En verdad planean eso? -La chica se sorprendió. Una cosa era hacer bromas en la escuela y otra era abrir su propia tienda.

-Sí. Ya comenzamos a inventar bromas.

-Wow, que genial. Si necesitan ayuda con algo no duden en pedirme lo que sea.

-Que te cases con mi hermano. -Dijo muy serio Fred.

-¡Fred! -Rieron los dos chicos.


Ron había dejado tranquila a Hermione con respecto a su horario hasta que les entregaron los horarios de los exámenes.

-¿Hermione? -dijo Ron -. Eeeh... ¿estás segura de que has copiado bien el calendario de exámenes?

-¿Qué? -dijo Hermione bruscamente, cogiendo el calendario y observándolo-. Claro que lo he copiado bien.

-¿Serviría de algo preguntarte cómo vas a hacer dos exámenes a la vez? -le dijo Harry.

-No -respondió Hermione lacónicamente.


La apelación del caso de Buckbeak había sido citada para el día 6.

-¡No pueden traer un verdugo! -Se había quejado Lia. -¡Es como si dijeran que ya no hay caso!

-Yo no estudié todo lo que estudié sobre casos de Hipogrifos para nada. -Se quejó también Ron.


El último examen de los chicos era adivinación. Lia fue la penúltima. Al terminar su examen, donde se inventó puras cosas malas, la chica fue a la sala común, donde se encontraría con Ron y una muy mala noticia.

-Buckbeak ha perdido -dijo Ron con voz débil-. Hagrid acaba de enviar esto. La nota de Hagrid estaba seca esta vez: no había lágrimas en ella. Pero su mano parecía haber temblado tanto al escribirla que apenas resultaba legible.

Apelación perdida. La ejecución será a la puesta del sol. No se puede hacer nada. No vengáis. No quiero que lo veáis.

Hagrid

Cuando Harry llegó le mostraron la nota.

-Tenemos que ir. -Había dicho el chico.

-Pero es a la puesta de sol. -Había respondido Ron. -No hay forma que nos dejen salir a esa hora.

-Si tan solo tuviéramos mi capa...

-¿Qué le pasó a la capa? -Se alteró Lia.

El chico les explicó como la había dejado abandonada en la última salida a Hogsmeade. Para sorpresa de todos, Hermione la fue a recuperar.

-No creo que sigamos entrando todos. -Dijo Harry. -Uno se va a tener que quedar.

-Claro que no. -Dijo Lia y se transformó en lobo. Hermione le explicó a los chicos lo que Lia había hecho el año anterior.

Lia corrió en dirección a la cabaña de Hagrid. Como lobo era mucho más veloz que los chicos.

Lia rasqueteó la puerta y Hagrid, que ya la conocía como lobo la dejó entrar.

-No deberías haber venido. -Le dijo a la chica.

-No me importa tu opinión. -Le respondió Lia volviendo a ser un humano. -No te voy a dejar solo. Y los chicos tampoco. -Y tras decir eso alguien tocó en la puerta. Lia se transformó en lobo por si las moscas.

Momentos después, aparecieron los chicos.

Hermione estaba sirviendo té cuando dijo algo que dejó los pelos de Lia de punta.

-¡Ron! No... no puedo creerlo. ¡Es Scabbers! -Ron la miró boquiabierto.

-¿Qué dices?

Hermione acercó la jarra a la mesa y la volcó. Con un gritito asustado y desesperado por volver a meterse en el recipiente, Scabbers apareció correteando por la mesa.

-¡Scabbers! -exclamó Ron desconcertado-. Scabbers, ¿qué haces aquí?

Cogió a la rata, que forcejeaba por escapar; y la levantó para verla a la luz. Tenía un aspecto horrible. Se retorcía en las manos de Ron, desesperada por escapar.

-No te preocupes, Scabbers -dijo Ron-. No hay gatos. No hay nada que temer.

De pronto, Hagrid se puso en pie, mirando la ventana fijamente. Su cara, habitualmente rubicunda, se había puesto del color del pergamino.

-Ya vienen...

Los chicos salieron a toda prisa. Lia se volvió a transformar en lobo y siguió a sus amigos. En un momento los chicos se detuvieron.

-Por favor; Ron -comenzó Hermione.

-Se trata de Scabbers..., quiere salir.

Ron se inclinaba intentando impedir que Scabbers se escapara, pero la rata estaba fuera de sí; chillando como loca, se debatía y trataba de morder a Ron en la mano. -Scabbers, tonta, soy yo -susurró Ron.

-No se queda quieta. -Se quejó Ron. Lia quería acercarse y verificar su teoría.

Llegó el gato de Hermione y Scabbers salió corriendo. Lia no lo pensó dos veces y la siguió.

Ron había logrado atrapar a Scabbers cuando Padfoot apareció de la oscuridad y se llevó al chico. Lia volvía a correr, esta vez detrás del perro gigante y segura de que esa rata era Peter.

-¡No puedo creer que no me lo hayas dicho! -Se quejó Lia cuando llegaron a la casa de los gritos. -¡Años conviviendo con él!

-¿Lia? -Preguntó asustado Ron. -¿Por qué hablas con un perro?

-No es un... ¿Puedes transformarte por favor? -Le pidió a Padfoot. -No es un perro Ron.

-Pensé que era mejor que no lo supieras. -Dijo Sirius ya transformado en humano.

-¿Qué está pasando? -Preguntó el chico.

-Ronald Weasley, te presento a Sirius Black. -Dijo la chica con una sonrisa.

-Tu padre.

Lia Potter y el prisionero de Azkaban.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora