Problemas

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Para el último fin de semana del trimestre estaba programada otra salida a Hogsmeade.

Ese sábado, Hermione, Ron y Lia, habían decidido ir a hacer sus compras navideñas al pueblo. Lamentablemente tendrían que dejar a Harry solo de nuevo. O eso pensaba Lia.

Estaban en Honeydukes buscando dulces para Harry cuando el chico apareció.

—¡Harry! —gritó Hermione—. ¿Qué haces aquí? ¿Cómo... como lo has hecho...? 

—¡Ahí va! —dijo Ron muy impresionado—. ¡Has aprendido a materializarte! 

—Por supuesto que no —dijo Harry. Bajó la voz para que ninguno de los de sexto pudiera oírle y les contó sobre el mapa del merodeador, que al parecer los gemelos se lo habían dado.

-¿Qué hicieron esas zanahorias? -Preguntó preocupada Lia.

-¿Conocías del mapa?

-No hay nada en la escuela que yo no sepa... Me tengo que ir.

Lia salió corriendo de la tienda en busca de los gemelos.

-¡Ustedes dos! -Dijo Lia cuando los encontró por la calle.

-Hola Lia. -Le saludó Fred con una sonrisa. -¿Cómo estas?

-¿Cómo creen que estoy? -Preguntó alterada la chica. -Le dieron eso a Harry.

-Sí ¿y? -Se extrañó Fred.

-¿Les recuerdo con que nombre aparezco? -Susurró la chica a lo que los gemelos rieron. -¿Qué les da tanta gracia? Harry no se puede enterar.

-Lia, tranquilízate. -Le dijo Fred.

-Tu padrino arregló ese problema hace dos veranos.

-¿Y por qué no me lo dijeron? -Se quejó la chica. -Casi me da algo al enterarme.

-Jamás haríamos algo que pueda perjudicarte, enana. -Le dijo Red pasándole el brazo por los hombros.

-Te queremos mucho como para hacerlo. -Dijo George imitando a su hermano.

-¿Me acompañan a tomar algo? -Les preguntó Lia con una sonrisa. -Quiero una cerveza de mantequilla.

-George justo me comentaba que quería una. -Dijo Fred quitándose. -Yo tengo que ir a ver algunas cosas para las bromas. Al final, este año no nos has ayudado con ninguna.

-La verdad es que se me olvidó. -Rió Lia.

-Bueno, vayan por sus cervezas. -Dijo Fred alejándose. George rodó los ojos.

-¿Aún tiene la esperanza de que estemos juntos? -Le preguntó Lia.

-Si. -Contestó George. A Lia no se le había ido esa idea. Estaba segura de que si Draco no estuviera, ellos dos estarían juntos. -Pero por lo menos ahora no es tan desesperado.

-¿Y no te molesta? Supongo que ya me superaste y te debe gustar alguna otra chica.

-Supones mal. -Sonrió el chico y comenzó a caminar hacia las tres escobas.

-¿Qué quieres decir con eso? -Preguntó Lia intentando atraparlo.

-Ya perdí las esperanzas de estar contigo. -Dijo con simpleza el chico. -Pero eso no quiere decir que me hayas dejado de gustar.  Pero no te preocupes, es platónico.

Lia no sabía que hacer con esa confesión. No iba a confesar que ella también sentía cosas... Si Draco no estuviera...

-Oh... -Dijo. -Me alegro por ti.

-Este año no quiero que nos peleemos, así que es lo mejor.

-Sí... ¿Vamos por esas cervezas?


Lia Potter y el prisionero de Azkaban.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora