El grupo había tomado el autobús a Hollywood, llevándose a los otros dos nuevos semidioses, ya que no sabían dónde dejarlos.
Bianca observaba a Artemis, que le habían terminado de explicar todo lo que había ocurrido hasta ese momento: La Profecía, La escapada del campamento, La persecución y el hotel. Ella no lo interrumpió en ningún momento, pero se la veía molesta. Cuando terminó de explicar, ella respiró hondo.
—¿Enserio no pensaste que me interesaría saber de esto? —preguntó Bianca, con voz filosa.
Artemis se encogió de hombros. Amadeus intervino.
—Bianca, él no quería ponerte en peligro —dijo con voz firme.
Bianca le dedicó una mirada tan severa que hizo que Jackson se encogiera de hombros también.
—Pero intentó hacer esto solo, esa es la cosa más estúpida que ha he oído —regañó.
Artemis hizo una mueca.
—Bianca, mis amigos ya me dieron el sermón. Ahórratelo, por favor —expresó con voz golpeada.
Ella abrió grande los ojos. Artemis sintió un poco de vergüenza, era la primera vez que le gritaba a su hermana, pero se mantuvo firme.
—Oye, estoy en todo mi derecho a sermonearte por emprender una misión así de peligrosa —señaló ella.
—De algo tengo que morirme ¿no? —se cruzó de brazos— .Además, quería hacer esto para rescatar a nuestros padres...
—A pesar de que te dijeron que no lo hicieras. El inframundo no es cualquier cosa, ese lugar excava en tu mente y la destroza —explicó Bianca.
—Dime algo que no sepa —respondió sarcástico—. Yo no soy el único que estará en líos, tú también viniste ¿no? ¿Y las chocobolitas, Bianca?
Ella hizo una mueca.
—Con Leo —susurró, sonrojándose.
—¿Disculpa?
—Las dejé con Leo —gruñó.
—¿Dejaste a las chocobolitas con Leo? —Preguntó Amadeus, aguantando la risa—. Pagaría una fortuna por ver eso.
—No es momento de chistes, Aliento a pescado—le dijo Bianca, volviéndose hacia él.
—Y yo creo que hay cosas más importantes que regañar a tu hermano ¿no?, Aliento a Cadáver —Amadeus sonrió sínico, acercándose a Bianca.
—Depende de las perspectivas, Pescadillo —respondió ella, sonriendo con arrogancia, inclinándose sobre Amadeus.
—Tal vez si, Calaverita— Amadeus estaba demasiado cerca de Bianca, demasiado para el gusto de Artemis, quien carraspeó.
—¿Ustedes se traen algo o qué? —comentó, frunciendo el ceño.
Amadeus carraspeó y se alejó de Bianca, que se rascó la nuca antes de seguir regañando a Artemis. Él no la interrumpió durante las casi dos horas que estuvo recalcando los riegos de una misión clandestina y sobre la enorme cantidad de monstruos que podían estar al asecho. Amadeus intentó ponerse de lado de su amigo, pero Bianca lo mandaba a callar. Luego de eso, el resto de la noche, solo se limitaron a ver por la ventana: cruzando los pueblos, bosques, un enorme desierto, pero nada fuera de lo común.
Los dos semidioses que habían sacado del hotel se veían consternados y confundidos, no habían pronunciado una palabra. Incluso el chico parecía a punto de llorar. La chica llamó la atención de todos, agitando un brazo.
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Artemis: Deseo de Vida (2) [En Edición]
FanfictionHa pasado un año desde la batalla del Campamento Mestizo. Un año desde que Artemis descubrió de donde viene. Ahora intenta adaptarse a su nueva vida lejos de la isla; junto a sus padres y su hermana mayor, pero, la tranquilidad será interrumpida por...