Capítulo 3: Un Niño Hizo Volar A Un Hijo De Ares. [Editado]

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Déjame ver si entendí —dijo Will, frotándose en entrecejo—, escuchaste el rugido, de un monstruo, ¿y lo primero que se te ocurrió fue ir hacia él?

Artemis se encogió de hombros. Se encontraba frente a la fuente de agua salada de la cabaña de Poseidón. Amadeus estaba a su lado derecho, aguantando las ganas de reír. Quirón estaba a la izquierda, luciendo un poco incómodo. Harley estaba tumbado en una de las literas, recuperándose de la persecución.

Eso fue muy imprudente —esta vez habló Nico, que estaba detrás de Will—. ¡Pudiste haber muerto. Aun no tienes tus poderes!

Artemis bajó la mirada.

Están decepcionados de mí – Pensó.

Pero, también salvaste a un semidiós y lo llevaste a salvo al campamento. Eso demuestra que eres un gran héroe, con o sin poderes —siguió Nico.

Artemis frunció el ceño y subió la mirada.

—¿No están furiosos? —Preguntó confundido—. Yo...

Estamos algo molestos por la imprudencia, sí, pero no estamos furiosos; estamos felices por que todo saliera bien —dijo Will. Su ceño se había relajado un poco, y sonrió ligeramente.

—¿No van a seguir regañándome? ¿No me van a castigar? —insistió Artemis, desconcertado.

Cuando mi madre me decía que me podía ir, yo solo lo aceptaba y sin cuestionar —bromeó Will, arqueando una ceja.

No vamos a castigarte, pero esta conversación definitivamente va a continuar, y esperemos que Bianca no se entere o se va a burlar de ti el resto del año — siguió Nico.

Artemis sonrió un poco.

Will y yo iremos en un momento, por viaje de sombras, estábamos de compras —explicó Nico—. No vuelvas a hacer ninguna estupidez, jovencito.

Artemis asintió.

Nico, te dije que no habrían viajes por las sombras, a menos que sea una emergencia... —Will regañó a Nico, frunciendo el ceño.

Bien, llamaré Jules-Albert —Nico salió de la vista, se podía oír como abría una puerta y salía del lugar donde estaban él y Will.

Nico...

¡No! No vamos a tomar un taxi normal... —Interrumpió.

La llamada se cortó en ese momento. Amadeus se echó a reír sonoramente.

—Adoro a esos dos —dijo.

Artemis volteó a verlo. Amadeus lo abrazó por los hombros.

—Vaya, es genial que hayas venido. Después de lo del verano pasado creí que no querrías volver a pisar el campamento.

Artemis hizo una mueca. Es cierto que no tenía la intención de volver ese verano, pero no lo iba a admitir en voz alta.

—Las circunstancias cambiaron —respondió, tratando de sonar lo más casual posible. Pero decidió cambiar el tema—. ¿Y tus tíos? Supongo que no es normal que la cabaña esté vacía.

—La mayoría no vendrán hasta el verano, pero, Mary está en el muro de escalada y Charlie está en el mar — se encogió de hombros, luego señaló hacia atrás—. Por cierto, tu amigo....

Artemis se golpeó mentalmente, casi se olvidaba de Harley. Ambos se acercaron a una de las literas, que estaba al lado de la fuente. Harley estaba con una almohada sobre su cabeza.

Artemis: Deseo de Vida (2) [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora