Capítulo 11: Lo Que Pudo Ser. [Editado]

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El grupo estaba de pie frente a un local, mirando el enorme letrero con letras doradas, grabadas en mármol negro: Estudios De Grabación. DOA. Justo debajo, en las puertas de vidrio, estaban grabadas, en mayúscula, las palabras: NO SE PERMITEN ABOGADOS. NO SE PERMITEN MORTALES.

— Que buen augurio que diga eso... —dijo Nylla, con mucho sarcasmo.

— Solo debemos ser optimistas — comentó Giselle.

— Nos vamos a meter al maldito inframundo, ¿Y tú quieres que seamos optimistas?

— ¡Trato de no entrar en pánico!

Nylla rodó los ojos.

Artemis respiró hondo, después dijo:

— Bien, hagamos esto.

Y entraron a los estudios DOA.

Muzak tocaba suavemente en los altavoces ocultos. La alfombra y paredes eran gris acero. Los muebles eran de cuero negro, todos los asientos estaban ocupados. Había gente sentada en sofás, gente parada, gente mirando hacia afuera por las ventanas o esperando por el ascensor. Nadie se movía, nadie hablaba, o hacia mucho de nada. Por el rabillo del ojo, Artemis pudo verlos a todos perfectamente, pero algo le parecía extraño, se concentró un poco y ellos empezaban a verse...transparentes. Podía ver directo a través de sus cuerpos.

Protégeme señor con tu espíritu... —cantaba Nylla.

— ¡Nylla! —chilló Harley— ¿estas rezando?

— ¿Quieres que me detenga? —ella lo miró.

— No, te iba a decir que rezaras más fuerte, cualquier tipo de ayuda es bienvenida.

Amadeus estaba sudando de tal forma que podría parecer una fuente andante, Giselle repetía la misma frase: «No entres en pánico», Mary y Charles parecían indecisos sobre si estar fascinados o asustados.

Llegaron frente a la mesa del guardia de seguridad, que era más bien un podio. Él era alto y elegante, con piel chocolate-coloreada y cabello rubio-blanqueado rapado al estilo militar. Vestía un traje de seda italiana que combinaba con su cabello. Una rosa negra estaba colgada a su solapa debajo de una etiqueta plateada con su nombre: CARONTE.

Vaya, este tipo se viste igual que Papá Nico cuando tiene que ir a algún evento importante – pensó Artemis.

El hombre se inclinó sobre el podio y los observó con interés.

— ¿Cómo puedo ayudarlos, jóvenes muertos? —preguntó, con un acento inglés muy marcado.

Harley se rascó la nuca.

— Creo que hay una pequeña confusión, no estamos... –empezó Harley, pero Nylla le tapó la boca tan deprisa que casi lo tira al suelo.

— Queremos ir al inframundo —habló ella.

Caronte los observó detenidamente durante unos segundos, sobre todo Amadeus, a quien señaló al cabo de un rato.

— Tú, te pareces mucho a alguien que ha pasado por aquí —le dijo, con un tono de sospecha.

Amadeus tartamudeó un poco hasta que logró formar una oración coherente.

— Probablemente alguno de mis familiares muertos... —Hizo la sonrisa más forzada que nadie había visto.

Caronte entrecerró los ojos, luego los abrió de golpe.

— ¡Eres el mocoso de Jackson y esa hija de Atenea! —acusó. Amadeus se puso pálido. Bianca se paró delante él—. Tú eres hija de Di Angelo y tú también —se volvió hacia Artemis—. Diosecillos, les recomiendo que se vayan mientras puedan.

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⏰ Última actualización: Nov 04 ⏰

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Artemis: Deseo de Vida (2) [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora