• ESTO NO ES UN ADIÓS

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Se empezaba a hacer de noche y , el sonido de las gotas de lluvia golpeando el cristal creaba una melodía triste y melancólica.

En medio de la de la sala seguían ustedes dos, tu estabas abrazada de köning mientras las lágrimas caían incontrolablemente por tus mejillas.

La vida había sido especialmente dura contigo, en ese momento, no pudiste contener más tu dolor. Sabias que köning era un gran amigo de confianza, a pesar de apenas conocerlo quien permanecía a tu lado, listo para ofrecerte un poco de consuelo.

Köning simplemente se sentó a tu lado y te abrazó con dulzura, permitiéndole que lloraras todo lo necesario mientras ofrecía su presencia reconfortante.

Sabía que a veces, lo único que podía ofrecer era su apoyo silencioso y la promesa de que estaría allí para ti.

Te aferraste a Köning en busca de sosiego, cerrando los ojos mientras dejaba caer la cabeza en su hombro.

Los brazos fuertes de Köning te envolvieron, creando un abrazo protector que te hizo sentir segura y acogida.

Cada suspiro y sollozo que escapaba de tu ser se mezclaba con la paz que emanaba de la tranquilidad del hogar.

Köning, sin decir una palabra, acunó te suavemente, balanceándote como si fuera un pequeño barco en medio de un océano tormentoso.

Los trazos de sus dedos recorrían sin prisas tu espalda, transmitiendo algo más que confort físico, un mensaje silente de que no estabas sola en su dolor.

Poco a poco, la tormenta de lágrimas comenzó a ceder.

La calma se apoderó de tu ser mientras la fatiga de la tristeza te envolvía en una dulce sensación.

Tus ojos, que habían llorado durante tanto tiempo, comenzaron a cerrarse lentamente, dejando que el sueño se apoderara de ti.

Köning continuó sosteniendote en sus brazos, sabiendo que necesitabas ese descanso reparador para sanar tu alma.

La sala se llenó de un silencio reconfortante, solo interrumpido por el suave arrullo de la lluvia que seguía cayendo afuera.

Con el paso del tiempo, te sumergiste completamente en un sueño profundo. Tu cuerpo se relajó mientras Koning te acomodaba delicadamente en el sillón, asegurándose de que estuvieras cómoda.

Köning te observó dormir, maravillado por la calma que ahora se reflejaba en tu rostro. Sabía que no podía borrar el dolor que habías experimentado, pero confiaba en que su presencia había brindado un respiro temporal a su alma herida.

Con una sonrisa delicada en sus labios, Köning se acomodo mucho mejor para haci permanecer a tu lado por el resto de la noche.

La noche avanzaba, dejando atrás la tristeza y permitiendo que los rayos de esperanza se adentren en tú corazón.

Mientras sus sueños continuaba, Köning permaneció en el sofa abrazado junto a ti, siempre dispuesto a ofrecer su apoyo hasta el amanecer, cuando ambos podrían enfrentar juntos un nuevo día lleno de oportunidades para sanar y seguir adelante.

Al día siguiente

Los rayos del sol empezaban a iluminar el departamento, abriste lentamente tus ojos y viste como köning estaba profundamente dormido a lado tuyo.

Te levantaste lentamente y observaste a köning, estabas ya más tranquila esa descarga emocional te hizo sentir mucho mejor.

Köning empezó a abrir lentamente sus ojos y te vio sentada, -Buenos días preciosa - dijo con una voz un poco ronca, -Buenos días köning como dormiste?-

Köning- 𝙳𝙴𝚂𝚃𝙸𝙽𝙾 𝙴𝙽𝚃𝚁𝙴𝙻𝙰𝚉𝙰𝙳𝙾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora