• DESESPERACIÓN

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Cuando saliste del departamento tomaste un taxi

que te alejó considerablemente de la presencia de Köning, recordaste la pequeña casa que poseías en ese lugar apartado.

Sin titubear, decidiste dirigirte hacia allí en busca de un refugio seguro para ti y tu futuro bebé.

En medio del trayecto en el taxi, tu teléfono sonó, era Carmen llamando para saber cómo iba todo.

¡Hola, T/N! ¿Cómo te encuentras?

Hola, Carmen. Estoy en camino a la casa. Gracias por tu apoyo.

Mientras hablaban, un escalofrío recorrió tu espalda al escuchar la voz de Köning al otro lado de la línea.

Köning: (en segundo plano) ¿Con quién estás hablando, Carmen?

Carmen, sintiendo el nerviosismo en el ambiente, decidió actuar rápidamente para protegerte.

Es solo un paciente, Köning. Hablamos luego.

Sin dar tiempo a más preguntas, Carmen cortó la llamada, dejándote con el corazón acelerado y la certeza de que su escape debía mantenerse en secreto a toda costa.

Mientras el taxi avanzaba por las calles, tu anhelabas llegar a la seguridad de aquel refugio y dejar atrás el peligro que representaba Köning en su vida.

Al llegar a la casa, sentiste un alivio momentáneo al verla en medio de la tranquilidad del entorno.

abriste la puerta de la casa y entraste, respirando profundo para calmar tus nervios.

Mientras observaba a tu alrededor, recordaste los momentos felices que había vivido en ese lugar antes de que todo se complicara con Köning.

-Es hora de empezar de nuevo, aquí estaré a salvo.- pensaste en voz alta.

Decidiste entonces llamar a Carmen para informarle sobre su nueva ubicación y asegurarse de que todo estaba en orden.

llegué a la casa. Estoy a salvo por ahora.


¡Qué alivio, T/N! ¿Cómo te sientes?

Me siento un poco más tranquila ahora. Gracias por estar siempre ahí para mí.


Cuenta conmigo para lo que necesites. ¿Hay algo más en lo que pueda ayudarte?

Por ahora estoy bien, Carmen. Necesito tiempo para asimilar todo esto, por cierto köning ya no te pregunto nada más?


No solo quería una vendas y se fue

A okey muchas gracias


No hay de cualquier cosa me hablas cuídate preciosa

Después de colgar, te sentaste en el sofá de la pequeña casa, reflexionando sobre los desafíos que enfrentaría en el futuro.

A pesar de la incertidumbre, una sensación de esperanza comenzaba a florecer en tu corazón mientras visualizaba un nuevo comienzo lejos del peligro y la violencia que la habían atormentado.

-Tengo que limpiar y desempolvar.

Con determinación, tomaste una escoba y un trapo, decidida a transformar aquel espacio en un refugio acogedor y seguro.

Al finalizar la limpieza, Te detuviste un momento para admirar el resultado de tu esfuerzo.

La casa relucía con un brillo renovado, y te sentías más fuerte y lista para enfrentar los desafíos que vendrían.

Köning- 𝙳𝙴𝚂𝚃𝙸𝙽𝙾 𝙴𝙽𝚃𝚁𝙴𝙻𝙰𝚉𝙰𝙳𝙾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora