Capítulo IX

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La escena al atravesar la puerta de la habitación llamó poderosamente la atención del rubio aquella mañana; Merlín tendida aún sobre la cama. El extraño suceso lo preocupó, siempre hallaba a su jefa en pie y preparándose para comenzar el día. Curioso se acercó a la cama sorprendiéndose al chocar miradas con otros orbes azules abiertos de par en par. Arthur un poco sobresaltado retrocedió torpemente y carraspeó antes de hablar.

-Pensé que estabas dormida.

-Buenos días para ti también, Arthur- saludó sarcástica.

-Buen día, ¿qué haces aún en la cama?

-Trabajo en mi discurso.

-¿Qué discurso?

-El de mi evento, Arthur-Merlín enfatizó con obviedad sus palabras y suspiró profundamente-Digamos que sigues siendo mi asistente por dos motivos, uno es Gwen susurrando en mi oído: No lo eches, no lo eches, por favor y el otro es que sería una molestia tener que encontrar uno nuevo yo misma.

-Ok, ok, admito que no podría escribir un gran discurso pero tu falta de confianza me ofende, creí que estaba haciendo un buen trabajo.

-Y lo estas haciendo, Gwen tenía razón, aprendes rápido y te adaptas con facilidad, además tienes carisma pero un evento como este podrían estropearse por el error más mínimo y no quieres esa presión, créeme.

-Merlín, estoy seguro de que puedo hacerlo pero vas a tener que confiar en mí, te prometo llamar a Gwen si necesito ayuda, ella quedó en apoyarme de ser necesario.

-Está bien, vas a encargarte pero no molestes a Gwen, si necesitas algo dile a Héctor-cedió la chica.

El rubio se iluminó de la emoción y ella sonrío al verlo, era como un niño, adorable y hermoso.

-Voy a ser letalmente exigente en los próximos días así que prepárate, no quiero quejas-advirtió rotunda y Arthur asintió con la cabeza-Pues empecemos, saca tus notas hebreas y apunta lo que harás hoy: número 1: Confirmación de la reserva del local, Gwen la hizo hace un mes pero hay que confirmarla periódicamente porque es un lugar muy solicitado; número 2: La agencia organizadora y a los del catering, son cosas que deben hacerse con mucha antelación; número 3: Debes ir personalmente a la sede de la APS y número 4: Llevar los documentos del primer cajón del escritorio al ayuntamiento y lo que te pidan habrá que entregárselo al abogado, él se encargará de la solicitud oficial. Mañana en la noche nos encargaremos de la lista de invitados. Eso es lo más urgente, poco a poco nos iremos encargando de todo, tenemos el tiempo justo.

Arthur anotaba todo en su nueva agenda. Había aprendido a escribir realmente rápido pero según Merlín lo escrito en la libreta solo podía entenderlo su dueño.

-¿Con el evento quedará aprobado el proyecto de la fundación?

-No, lo que queremos con él es eliminar obstáculos, nuestro objetivo es convencer a ciertas figuras que asistirán al evento y que pudieran verse afectados por el proyecto de que lo mejor es apoyarnos ya sea por verdadero interés o por quedar bien públicamente, ambos nos sirven. También necesitamos que ellos mismos apoyen la solicitud ya que eso la convertiría en casi un hecho.

-Es algo que realmente te importa ¿cierto?

-Ya te dije que es para llamar la atención.

-Si lo fuera no te molestarías en hacer el discurso tu misma.

-El problema con mi discurso, Arthur, es que mi asistente es demasiado inútil y no puedo quedar mal por su culpa, acaba de irte que tienes mucho trabajo.

-A la orden, jefa -Arthur se despidió con el saludo militar, tomó los papeles del escritorio y salió de la habitación.

El rubio bajó las escaleras donde se encontró con la llegada del señor Gerald.

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⏰ Última actualización: Feb 03 ⏰

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