CAPÍTULO I

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-¿Me repites por qué estoy aquí?

-Vamos, Merlin, ya te dije que estamos celebrando la próxima inauguración de mi nuevo bar-respondió el joven de cabellos oscuros y alborotados que le caían ligeros por debajo del mentón mientras miraba con ojos brillantes y divertidos a la delgada chica de cabello azabache.

-¿Y qué parte de celebrar incluye atragantarse con un plato de aterosclerosis¹?-inquirió la pelinegra sarcástica.

-En todas partes, bombón-contestó burlesco-Bueno, yo voy a celebrar con una súper hamburguesa, tú puedas seguir siendo una amargada.

-¡¿Cómo se te ocurre invitarme a un McDonald's?! No hay nada aquí que no me haga engordar veinte kilos-se quejó indignada.

-No te vendrían nada mal unas cuantas libritas-señaló mirándola de arriba a abajo mientras se sentaban en una mesa cerca de la ventana que daba vista a la calle.

-¿Qué estás insinuando, Gawain?-preguntó escandalizada.

-Te recomiendo una Batty-comentó evadiendo su interrogante.

-¡Ni hablar! No voy a romper mi dieta, debo mantener la línea para mi próxima sesión de fotos.

-Entonces podemos recomendarle una ensalada-una voz masculina con un timbre bastante grave interrumpió su conversación.

Acto seguido Merlin volteó a ver al joven rubio que se encontraba frente a su mesa luciendo un uniforme de empleado en cuyo gafete se leía: ARTHUR. Instintivamente su mirada se clavó en sus ojos de un azul casi imposible e invadida por una sensación de calidez desconocida u olvidada sonrió sin darse cuenta.

Para Arthur quien no había tenido el mejor día de su vida el encuentro representó una oleada de emociones extrañas y un sentimiento de nostalgia le embargó, como si hubiese ansiado encontrase con aquellos orbes azul pálido por demasiado tiempo. Estaba simplemente hechizado con aquella sonrisa infantil que se dibujó en el rostro de la desconocida que lo miraba igual de absorta dejando caer el menú que sujetaba.

Gawain por su lado carraspeó para llamar la atención al sentirse excluido de la burbuja que envolvía al par de individuos frente a él, pero fue ignorado nuevamente.

-Flacucha, deja de babear por el rubio guapo y préstame atención, ya no hay respeto-se quejó falsamente sacándolos de su ensoñación.

-¡¿Qué tonterías estás diciendo?!- exclamó Merlin exaltada.

-Oh, perdone, señor-se disculpó Arthur muy apenado-¿Qué van a ordenar?

-¡¿Señor?!-Gawain se llevó una mano al pecho de forma dramática-No hay perdón para tal ofensa pero como yo soy muy noble te disculparé si me traes una hamburguesa doble con cuatro raciones de papas fritas, dos huevos con tocino, un taco de carne y una cerveza-añadió sonriente.

-Y de paso también puedes encargarle un ataúd-Merlin disparó mordaz mientras recogía el menú del suelo.

Arthur se sintió un poco incómodo al dirigirse a la chica por lo que se aclaró la garganta antes de preguntarle.

-¿Qué pedirá usted, señorita?

Merlin esquivó su mirada ocultándose tras el menú.

-Creo que pediré una ensalada y un agua sin gas-respondió insegura.

-Muy bien, enseguida traigo sus órdenes-Arthur comentó amable pero antes de que se alejara tres pasos...

-¡No, espera! Tráeme una hamburguesa pequeña y una ración de papas-Merlin negó con la cabeza para sí misma-No, no, no, tráeme la ensalada pero con un jugo.

Cuando nos volvamos a encontrar [Arthur/Fem Merlin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora