Valparaíso, 2020
—Es una niña aún, no podemos mandarla a una misión
—Es lo suficientemente grande ya para tomar sus decisiones
—Eso no es lo que hubiera querido su padre —protestó Antonio para que no integrarán a la hija de su ex compañero a una misión
—Pero Rojas ya está muerto, ya no puede decidir por ella
—Pero...
—Nada de pero —lo interrumpió Gerardo —ella quiere ir, estará infiltrada y nos dará información, pero tendrá una vida normal como siempre ha querido
—¿Y si la atrapan? —preguntó asustado al pensar lo que le podía pasar —¿o le pasa algo?
—Esperemos que no sea así
—Madeline es inexperta aún, solo mira cómo se comporta, es mamona y parece una niña de ocho años, ¡es infantil!
—Pero tendrá una vida que acá no podemos darle —Antonio asintió y este continuo — no podemos encerrarla para siempre, ya tiene dieciocho años y la quiero tanto como tú, por eso quiero que pueda vivir y conocer a alguien, hacer amigos y disfrutar, ir a fiestas...
—De acuerdo —lo interrumpió —pero quiero que vaya alguien con ella
—Está bien, podemos hacer que alguien la acompañe...
—No —lo cortó Antonio —ella no dejará que la sigan, habrá que infiltrar a alguien con ella, que pueda integrarse en su vida y la proteja
—De acuerdo, enviaremos a alguno de los egresados
Cuando estuvieron de acuerdo, ambos fueron hacia el ascensor para ir a la planta baja, donde estaba la chica esperando
Mientras tanto Madeline, que estaba echada encima de uno de los vehículos ahí estacionados, no hacía más que pensar en lo que le había propuesto a Gerardo, uno de los agentes que operaba con su padre antes de su muerte, quien también había tenido un papel importante en su crianza
Amaba a la gente que la rodeaba, aunque poco a poco iban desapareciendo por distintas misiones, de las que ella no podía tener ni la más mínima información y de las que a veces tampoco volvían, pero durante el tiempo que pasaba cada vez se sentía más y más sola, quería una vida como en las películas, una vida común, como decía ella, una vida donde la dejaran salir a la calle sin gente que la siguiera, donde tuviera amigos, un novio, dos perritos y un gato, una casa, poder estudiar algo y sinfín de cosas más
Al escuchar el ruido del ascensor desvió su mirada a la puerta donde este estaba y cuando logró distinguir a Antonio y Gerardo entre la oscuridad rápidamente se encaminó hacia ellos
—¿Y? —preguntó Madeline al llegar frente a ellos —¿Qué decidieron?
—Apenas si se ve acá niña — la regañó Antonio mientras intentaba distinguir las cosas que había a lo lejos en la oscuridad
—Ahhh... perdón, ya la prendo —dijo mientras sacaba un aparato de su bolsillo y apretando un botón, hacía que todas las luces de aquel lugar se encendieran
Posteriormente los dos hombres cruzaron una mirada y Gerardo, mirando serio a la chica a quien había cuidado durante años le dijo —irás a Santiago, nos iras dando la información que necesitamos y podrás vivir tu vida, te conseguiremos las cosas que necesitas para que todo te salga bien
Al oír las palabras de quien era como su segundo padre pegó un grito de alegría y se tiró a los brazos de este —Dios mío gracias... gracias —murmuraba encantada, luego cuando lo soltó se encaminó a los brazos de Antonio, que también había cuidado de ella en varias ocasiones —gracias por aceptarlo, sabía que no me decepcionarías
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Una mirada tuya
RandomMadeline es la hija de un agente, Miguel es un mafioso que acaba de retirarse, Angela es una chica normal que se desvive trabajando en su minimarket y Luis un hombre del que no se sabe nada de su pasado, pero que volvió después de un año Madeline es...