—Así es señor, la prostituta que le intentó robar en el bar era una agente
—¿De qué departamento?
—No estamos seguros señor, es una organización secreta que...
—¿Qué no están seguros? —gruñó agarrándolo del cuello sin dejar que terminara la frase y ahorcando al muchacho contra la pared le advirtió enojado —Más te vale que estén seguros para la próxima ¿me oíste?
—Si... mí... se... señor... —dijo el muchacho con el poco aire que le quedaba
Vicente soltando al chico que cayó al piso mientras tosía, dio media vuelta y comenzó a maldecir, hace un año habían atrapado a su amigo Luciano, lo habían dado por muerto, pero mandó a su gente a investigar y averiguaron que estaba vivo y que lo había atrapado una organización secreta de la que apenas sabían que existía, luego su amigo fue entregado a la interpol por investigaciones y no volvió a saber de él
Ahora la maldita organización iba tras él, seguramente el hombre que habían matado, que era quien había intentado escapar con su billetera también era un agente, debía averiguar quiénes eran esos dos, así quizás podría llegar a su organización, los mataría a todos por pensar siquiera en dar con él y también en venganza por lo que le habían hecho a su querido amigo Luciano
—Lleva a la chica al salón, la interrogaremos en unos minutos
—Sí señor —como un rayo salió corriendo de la sala en la que se encontraba Vicente para avisarle a sus compañeros de la orden
Diez minutos después Vicente se encaminó hacia la sala que solían usar para interrogar, entró en ella y sin mirar nada fue directo hacia el sofá y tomó su copa de vino
—Señor... —escuchó que decía una voz temblorosa
La chica estaba colgada, con una soga que sujetaba sus manos, otra en su cuello y otra que le tenía los pies amarrados, tenía sangre en la mayor parte del cuerpo, sus hombres se estaban encargando de hacerle pagar el robo hacia su señor, cuando uno revisando las cosas de ella encontró un teléfono donde había información confidencial sobre su jefe y le avisaron rápidamente a Vicente de la rata
—¿Cómo te llamas? —preguntó Vicente mientras recibía el teléfono donde encontraron información sobre aquella
—Miranda señor... —decía con una voz espantada y cansada
—¿Para quién trabajas? —preguntó mientras leía el contenido del teléfono y los WhatsApp que intercambiaba con un tal "Agente Valdez"
—Trabajo para Jesús Tapia en el burdel de Mina
Vicente sonrió agriamente y haciéndole una seña a uno de sus hombres, este quitando uno de los fierros que estaban en el fuego, lo puso contra la espalda descubierta de la joven, que pegando un grito desgarrador se estremeció del dolor que le causaba, pero no dispuesta a hablar calló, aquella típica marca la solían tener todas las víctimas de Vicente, la que indicaba que era una advertencia para los demás, para que supieran que él había hecho eso y también podía llegar a ellos
Estuvo unos segundos leyendo el contenido del teléfono cuando otro de sus hombres se acercó
—Señor, conseguimos esta información de la mujer —comentó mientras le pasaba otro teléfono
Con una maldita sonrisa comenzó a leer en voz alta para que la mujer escuchara lo que sabía que la haría hablar
—Antonia Silvana Montoya Pérez, cinco años —mientras leía vio de reojo que la mujer asustada levantaba la cabeza para mirarlo y continuó con la mejor de sus sonrisas —tipo de sangre O positivo, su padre se llama Bernardo Montoya, aunque ahora está con la abuela mientras la madre trabaja, están viviendo en la comuna de Cerro Navia, también me informaron que tienen dos guardias en la entrada, que interesante... ¿no te parece? sería una pena que algo le pasara, es tan pequeña...
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Una mirada tuya
RandomMadeline es la hija de un agente, Miguel es un mafioso que acaba de retirarse, Angela es una chica normal que se desvive trabajando en su minimarket y Luis un hombre del que no se sabe nada de su pasado, pero que volvió después de un año Madeline es...