Capítulo 9

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Al día siguiente Madeline comprobó que su amiga no recordaba nada, aunque reclamaba un dolor de cabeza infernal, se quejó durante casi diez minutos cuando por fin había reaccionado, se despertaron a medio día, sin duda habían pasado de largo.

Ambas estaban sentadas en la cama hablando cuando golpearon y Angela les fue a abrir al escuchar aquellas voces conocidas

Los dos chicos entraron hacia la habitación y cerraron la puerta, cuando Miguel habló

—Traje estas cositas —dijo estirando unas bolsas blancas —Te ayudarán para la resaca, debes tomarte una ahora y más tarde si sigue doliendo otra —indico mirando Angela, quien con una sonrisa asintió y las recibió

Madeline segura de lo que haría, se paró de la cama y acercándose a Miguel le dio vuelta la cara de una bofetada, que sonó más fuerte de lo que pensaba, Ángela al ver lo ocurrido pegó un grito y llevándose las manos a la boca miró confundida a su amiga

—Pero Madeline, dios mío... ¿estás bien? —preguntó la última asustada por lo que había hecho su amiga y mirando el cachete rojo de aquel que la miraba

Boquiabierto Luis no dijo ni una palabra, estaba claro que sabía lo que había pasado y no la iba a liar en ese momento, mientras que Miguel estaba callado mirando a Angela, sabía que se lo merecía, pasados unos segundos incomodos en que todos simplemente se dedicaban a mirarse, Madeline comenzó a regañarlo

—¡Eres un imbécil! — le gritó —¿Cómo se te ocurre aprovecharte de ella en ese estado?

—Madeline dios mío... pero qué dices... ¿por qué hiciste eso?

—Este idiota anoche se tiró contigo a la cama y se aprovechó de ti

Angela que no recordaba nada miró al piso y hacia los lados intentando hacer memoria, pero nada volvió a su cabeza, entendió que no mentía cuando al mirar a Miguel este la miraba apenado y bajaba la cabeza

—No puedo creer que hicieras eso, confíe en ti para que...

—¿Nos acostamos? —cortó Angela a su amiga mientras miraba seria a Miguel, asustada por la posible respuesta

—No, nos besamos no más, luego yo me largué

Angela asintió y sintió que un gran peso que tenía encima desaparecía, por como lo había dicho su amiga pensó que se habían acostado y se asustó, volvió a respirar con normalidad y tocando el hombro de su amiga que parecía que iba a explotar, intentó calmarla

—relájate... fue solo un beso

—¿Es enserio?

—sí, no te preocupes... dudo que me haya obligado a eso —dijo con una sonrisa

—lo siento mucho Angela, de verdad nunca fue mi intención que...

—no te preocupes, pasado pisado... aparte... —dijo riendo mientras se acercaba y le tocaba la cara —Creo que con esa cachetada basta y sobra... te quedo rojísimo —se terminó burlando

Miguel relajado por la reacción que había tomado la chica se alivió como nunca, estaba asustado, tanto que durante la mañana había molestado a su amigo hasta agobiarlo con tantas preguntas de qué pasaría si...

El cachete le ardía, pero sabía que lo tenía bien merecido, viendo que la tensión se había calmado a miles las invito a desayunar... Angela aceptó encantada, mientras que Madeline seguía mirando seria a su amigo, él notaba que con ella no iba a ser nada fácil, sabía que pensaba distinto respecto a esos temas

Cuando llegaron al estacionamiento Miguel queriendo estar a solas con Angela sugirió

—Yo llevaré a Angela, con el dolor de cabeza que tiene no podrá manejar ¿puedes ir con Luis? —propuso Miguel para poder hablar a solas con ella

Una mirada tuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora