Capítulo 15

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Eran las dos de la mañana cuando Luis bajó a ver a Miguel, que durante un rato no se había presentado en la habitación, bajó las escaleras y logró verlo sentado en el sillón, con las manos en la cabeza mientras apoyaba los codos en las piernas

—¿Estás bien? —preguntó preocupado Luis

—Siéntate

Obediente, Luis se sentó en silencio al lado de este, durante unos segundos ninguno habló, hasta que Miguel queriendo una segunda opinión le preguntó a su amigo

—¿Crees que sea una agente?

—No, es muy tonta para serlo

—O quizás muy inteligente para engañarnos

Ambos intercambiaron miradas, la actuación que habían visto ese día les había abierto los ojos, definitivamente ella era buena mintiendo

—No sé qué decirte la verdad

—Conocía a esa agente, la organización de la que Vicente habló... ¿Será la misma que atrapó a Luciano hace un año?

—Posiblemente

—Es una agente, se acercó a Vicente a propósito y actuó de esa manera para completar su misión, primero fue con Luciano y ahora con él, eso tendría sentido ¿no?

—Miguel...

—Si es así, también pueden cogernos a nosotros

—Miguel...

—¡Carajo Luis! dijo que sabía que habíamos hecho, como nos miró y el que probablemente sea una agente de esa maldita organización de la que nadie sabe nada, nos podría joder todos los planes que tenemos

—Mató a una agente de esa organización ¿en serio crees que si fuera agente mataría a uno de los suyos?

—Piensa un poco, no le dio oportunidad de hablar y cuando la mujer la miró comenzó a gritar, quería decir algo ¿no es lógico?

—Quizás estás sobre pensando las cosas

—La mató para callarla, porque la podía delatar

—¿Qué quieres hacer entonces?

—No lo sé... por lo menos sé que nosotros no somos el objetivo principal o.... por lo menos eso creo —viendo que Luis miraba el piso y no decía nada agregó —La mataríamos, pero...

—¡Miguel! —lo reprendió Luis

—Pero no puedo ¡carajo! le agarré cariño a esa mocosa, no parece mala, pero... ¿Cómo fui tan tonto como para creerle?

—Dijiste que tú te habías acercado a ella, así que tú probablemente no estabas en sus planes

—Tienes razón... pero entonces ¿por qué aceptó nuestra compañía?

—¿Fachada?

—A la mierda con su maldita fachada, Luis no sé qué hacer... no le quiero hacer daño, apenas la conozco, pero le tengo cariño, aparte si algo le pasara, Angela...

—Esperemos a que despierte ¿de acuerdo?

—De verdad pensé que me consideraba su amigo

—Oye sensible, créeme que, si ella no te hubiera agarrado cariño a ti o a mí o tenido confianza, no hubiera hecho lo que hizo, no hubiera demostrado lo que sentía, ni dicho lo que dijo con nosotros presentes ¿no crees?

—Quizás, pero aun así no puedo confiar en ella

—Está bien, lo entiendo, pero primero creo que deberíamos hablar con ella —Miguel asintió, quería hablar con ella, quería que le dijera que era un malentendido o le explicara algo, que le dijera que, si eran amigos, por más tonto que sonara en su cabeza, había hablado tanto con ella como con pocos lo solía hacer y le había agarrado cariño, incluso la había considerado su amiga

Una mirada tuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora