Capitulo 2

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Tyler me había dicho que el gobernador quería cenar con Tara y conmigo, así que ahora me tenía que preparar y maquillar y todo eso

Tyler me estaba llevando a una sala hecho un par de vistazos hacía atrás para revisar si todavía estaba detrás suya siguiéndole, si me escapara se metería en un problema, aunque era prácticamente imposible escaparme, había dos guardias más detrás mía y aunque consiguiera escabullirme me perdería fácilmente y ellos me encontrarían

Por fin llegamos a esa sala, había bastante luz, aunque era de noche

- Siéntate ahí - me dijo

Me senté, él cogió un algodón y me terminó de limpiar la nariz, que me había terminado de sangrar hace una hora, luego cogió un papel que humedeció con un poco de agua y me lo pasó por la cara

- Ahora vuelvo – me dijo – no te vayas, eh

No dije nada, él tardo unos segundos en irse

Recorrí con la vista la habitación, me fijé especialmente en un tocador con espejo, me acerqué al espejo y vi mi reflejo por primera vez en... Mucho tiempo

Mi pelo era castaño con tonos rubios y corto, me llegaba un poco más del hombro, tenía flequillo de cortina, mis ojos eran azules verdosos, mi piel era bastante pálida y bastante luminosa, mis labios eran gruesos y rosáceos, tenía brackets, me los pusieron hace bastante pero no he vuelto a ir al dentista desde hace mucho y tenía una herida en la ceja que no recuerdo cómo me hice

Me quedé varios minutos mirándome al espejo antes de que Tyler volviera a entrar en la habitación con una chica joven

La chica era bastante bajita, tenía el pelo negro y muy largo, sus ojos eran marrones, su piel era morena y era bastante delgada sus labios eran gruesos y rojizos

- Esta es - murmuró Tyler

La chica me miro de arriba a abajo

- No me va a ser difícil trabajar con ella – murmuro para sí misma, luego miró a Tyler – ahora vete – Tyler permaneció inmóvil, luego la chica suspiró - ¿no me has oído o qué? Vete

- Soy su guardia personal – explico él - no puedo separarme de ella. Son ordenes

- Pues ha podido estar diez minutos sola y no la ha pasado nada – replico - además tu nunca sigues las ordenes, que te ha dado ahora por seguirlas

- Siempre sigo las normas – replico

- Claro, y mi padre es el gobernador

- No puedes darme ordenes – dijo molesto – no eres ni mi mentora ni el gobernador ni nada que este por encima de la ley

- Tyler – murmuro la chica poniéndole la mano en el hombro – vete de aquí antes de que me ponga nerviosa y decida patearte el culo

Tyler suspiró molesto y salió de la habitación la chica, con una sonrisita triunfal, espero unos segundos antes de hablar

Unos segundos que me resultaron muy incomodos

Incomodísimos

- Soy Amely – dijo

No dije nada, ella se empezó a acercar

Sentía como me estaba examinando de arriba a abajo

- Pareces joven – dijo una vez que ya estaba a mi altura - ¿cuántos años tienes?

Estaba debatiendo entre si responder o no, a ella no le importaba, solo me iba a maquillar para tener buen aspecto enfrente del gobernador

- Dieciséis - me limité a responder

- Joder - murmuró - hay que tener agallas para desafiar al gobernador con esa edad

- Ya

Nos quedamos las dos en silencio, Amely saco algo de maquillaje y productos para el pelo

- ¿Te preocupa ir a la tierra de los monstruos? - pregunto tras un minuto de silencio mientras me peinaba

- ¿Que? - me sobresalté por su pregunta

- ¿Te da miedo ir a la tierra de los monstruos? - repitió

- Haber, bueno, miedo como tal no, pero... - balbucee – no sé, preferiría no ir

- El gobernador es un psicópata - dijo en voz baja, probablemente porque estaba ocupada dividiéndome el pelo – llevar a una chica de dieciséis años a la tierra de los monstruos es... Excesivo

Nos quedamos en un silencio algo incomodo, juguetee con mis dedos algo nerviosa mientras ella trenzaba una parte de mi pelo

- ¿Has estado ahí? - se me ocurrió preguntar

¿En serio? ¿Eso fue lo único que se me ocurrió preguntar? ¿No podría haber dicho otra cosa? Cualquier otra cosa

- ¿Perdona? - esta vez la sobresalte yo a ella con mi pregunta

- Lo siento yo no...

¿Por qué he tenido que abrir mi bocaza?

- No te preocupes – dijo suavemente para tranquilizarme – y si, si he estado. Me convocaron cuando tenía veintidós años

Me mordí el labio para evitar preguntar otra cosa estúpida

Algo como ¿de qué distrito eras? A los elegidos no les gustaba que les recordaran eso

O ¿por qué no has perdido la cabeza? Suena bastante grosero

Otra pregunta que se me había ocurrido era ¿qué paso con el resto de los elegidos? Probablemente ni siquiera quiera recordarlo

- Era de la sección B – dijo como si me hubiera leído la mente-. Se que a lo mejor piensas por qué no he perdido la cabeza – me dijo su sonrisa flaqueo – pero tienes que permanecer fuerte, la mayoría de mis compañeros, mis amigos y... mi hermano, murieron.

- Yo... Lo siento

- Da igual, ni siquiera fue tu culpa

Me retorcí los dedos nerviosa, sentí que, aunque no lo quisiera mostrar, aun se sentía dolorida 

- Perfecta - murmuró con una nueva sonrisa - mírate en el espejo

Subí la cabeza hacia el pequeño espejo unido al tocador

Me había recorrido el pelo en un moño, también había hecho dos trenzas que estaban puestas al rededor del moño, me había dejado dos mechones sueltos que quedaban perfectos con el flequillo de cortina.

- Haber mírame – me dijo, tenía en la mano una paleta de sombras de ojos, cogió mi barbilla y empezó a inspeccionar mi cara – creo que el dorado te quedara bien  

La tierra de los monstrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora