- ¿Qué pasa? - pregunté, no recibí respuesta así que decidí seguir insistiendo – Tyler, ¿qué pasa? ¿por qué quieres hablar conmigo? - esperé unos segundos antes de volver a habar -. ¿Me vas a responder?
- ¿Y tú te vas a callar? - respondió irritado – esto es un tema serio
- Ay espera, que no me acordaba que era telepata y puedo leer la mente de cualquier persona que me arrastra hasta... Ni siquiera sé dónde, para no preocuparme de porque esta tan nerviosa – dije con una mano en el pecho – me debería de haber acordado, ay, que tonta soy
El resopló entres de girarse hacía mi
- Vale, sabes cual es la religión de los thálassamianos ¿verdad? - me preguntó
- Ni he ido al colegio, ni tengo padres - respondí encogiéndome de hombros, Tyler ario bastante los ojos - así que no
- Eh bueno... Da igual – dijo rápidamente recobrándose de mi respuesta – básicamente ellos creen que hay tres dioses, dos de ellos estaban en guerra, y el tercero se escapó y le pasó sus dones a un humano o humana y luego murió, los dones se iban pasando de humano a humano, los thálassamianos quieren recuperar a su tercer dios o diosa, por eso hacen estos encuentros con humanos anualmente
- Ah vale – dije encogiéndome de hombros con cara indiferente - ¿y?
- El rey es uno de esos tres dioses... - empezó a decir
- ¿No sé supone que tienen que ser divinos y hermosos? - pregunté - más bien da miedo
- ¡Lía! - me gritó
- Vale, vale, perdón, ya me callo
- Bueno, como estaba diciendo, están buscando a su tercer dios o diosa, y las cabañas son solo para descartar a los que ni de lejos pueden ser – me explico, de repente me empezó a interesar todo esto más que antes – hay cinco cabañas, pero a ellos solo les interesa una, la de la valentía, la roja, en la que tú estás, y es la primera vez que contiene gente
Tragué saliva
- Crees... - no sabía ni como decirlo – crees que yo soy la tercera diosa
- Y ellos también - me dijo mirándome fijamente – he escuchado que le contestaste al rey, al primer dios, sin ni siquiera tartamudear
- Si, bueno – dije algo estresada – porque tenía miedo. Cuando tengo miedo hago esas cosas, no porque sea valiente. Que esa cabaña me haya llamado no significa nada, también llamo a Jack... Quiero decir Jacob. Él también puede ser el tercer dios, a él también le llamo la dichosa cabaña, ¿por qué piensan que soy yo? ¡No tiene sentido!
- Lía, tranquilízate - dijo poniéndome sus manos frías sobre los hombros
- No, no me tranquilizo – dije hiperventilando – a saber que me hacer por ser la maldita diosa y ser humana. Quien sabe, a lo mejor me sacan el corazón para dárselo a el tercer dios original y así revivirlo a algo así de macabro
- No te harán nada mientras esté contigo – me dijo con voz tranquilizadora
Si, claro, me siento mucho más segura cuando un guardia semi entrenado me quiere proteger de dos dioses de no sé cuántos siglos y tan poderosos que a toda la población humana les tiene miedo
Me intenté calmar un poco pero todavía estaba algo estresada, aunque me puse bastante seria para que no se me notara
- Vale, vale, ya estoy tranquila - mentí -. ¿Cómo te has enterado?
- A los guardias se les permite entrar en palacio - explicó - así que cuando el rey barra primer dios estaba teniendo una reunión con sus consejeros, puede que escuchara un par de cosas aparte de lo despreciables que somos los humanos
Casi me reí con la imagen de Tyler pasando por ahí y poniendo mala cara cada vez que decían algo malo de nosotros, pero me puede contener
- ¿Y el segundo dios? - pregunté mirándole fijamente - ¿dónde se supone que está?
- Segunda diosa – me corrigió - y está en el palacio, pero no se deja ver por nadie, excepto por el primer dios, hasta que encuentren al tercer dios o diosa
- Ah – es lo único que dije asintiendo con la cabeza – pero sigo sin entender porque creen que soy yo
- Lía, te han visto en los entrenamientos – me dijo – y esa fuerza que has usado es casi inhumano
- Eh... Aun así, estoy llena de magulladuras, eso me parece muy humano - repliqué intentando disimular los nervios de que fuera de verdad la tercera diosa
- Con los golpes que te ha dado esa chica... - empezó a decir más para sí mismo que para mí – me sorprende que tengas tan pocas magulladuras
Puse los ojos en blanco
- Es que estoy acostumbrada a que me den golpes - repliqué quitándole importancia, aunque sabía que la tenía - por eso mi cuerpo no reacciona tan mal
- Aun así, hay golpes que te deberían de haber dejado marca, y no lo han hecho
- Bueno vale – dije – me vuelvo a comer, si descubres algo más dímelo, si quieres, claro
Y le deje ahí en medio del campo de cultivos, se quedó inmóvil como si no supiera que hacer
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La tierra de los monstros
Science FictionHace algunos años unas extrañas criaturas aparecieron, ahora el gobierno tiene que entregar a dieciocho personas al año para evitar que les destruyan.