Capítulo 9

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La montaña era exactamente casi igual a como la montaña Natagumo, solo que sin telarañas por ahí y allá. El Demon Slayer Corps no tenia ni idea de como era el campo de la montaña, ya que no han tenido una misión en aquel lugar. Zenitsu e Inosuke miraban aquella montaña, ambos conteniendo sus emociones en lo más profundo de ellos.

El camino que debía ser la entrada a la montaña misma estaba directamente frente a ellos, tal como sus antiguas misiones, había una siniestra niebla que fluía a través del espeso bosque de árboles que los cubría, haciéndoles señas para que entraran. En algún lugar de esa montaña estaba Tanjirō, y eso fue suficiente para que avanzaran más allá de la línea de árboles sin miedo.

—Este lugar es extenso —Zenitsu murmuró mientras los arboles a su alrededor —Inosuke, haz lo tuyo —

Sin quejarse, el cazador de cabeza de jabalí tomo sus espadas y las clavo en sus dos lados, para después arrodillarse en una rodilla. Extendía sus manos hacia la izquierda y hacia la derecha de su cuerpo. Debajo de su máscara, cerró los ojos y desaceleró su respiración para dirigir toda su atención hacia su piel expuesta y los nervios conectados a ella.

Sin depender de ningún otro sentido excepto el tacto, respiró hondo por última vez antes de volver a bajar ligeramente la cabeza y abrir las manos para mirar con las palmas hacia afuera y los dedos hacia arriba.

Respiración de la Bestia: Séptimo Colmillo: Percepción Espacial

Como lo había hecho la ultima vez en la montaña Natagumo, los latidos del corazón de Inosuke disminuyeron, y con un último suspiro de sus pulmones, dejó de respirar por completo mientras el mundo que lo rodeaba se volvió totalmente silencioso para sus sentidos.

No chirrió ni un solo insecto ni ningún pájaro. No se podía escuchar la respiración de nadie, ni la de Zenitsu, era solo él y todo el mundo a su alrededor por una fracción de segundo, cada movimiento que hacía cualquier cosa a su alrededor era sentido por el asesino. Cualquier movimiento realizado por las criaturas más grandes o más pequeñas era sentido por sus sentidos avanzados.

Nada le parecía fuera de lo común, nada notable o de valor. Continuó concentrándose, esperando pacientemente durante lo que pareció una eternidad.

—Nada. No puedo sentir ningún movimiento de alguien —Dijo Inosuke después de un rato.

—Según los cuervos que vigilaban, Tanjiro no ocultaba su presencia, siempre estaba en un lugar visible —Dijo Zenitsu, usando su oído para ver si escuchaba algo —Tampoco puedo escuchar un sonido de pisada o latidos. ¿Sera que el sabe que estamos aquí?

—Debemos buscar en toda la montaña —Dijo Inosuke, no como un pregunta, sino como un hecho.

—Si, pero antes —Zenitsu levanto su brazo, donde un cuervo apareció en el cielo oscuro y posiciono en el brazo extendido —¿Qué nos tienes? —

—La ayuda viene en camino —Anuncio el cuervo, recibiendo un asentimiento del peli amarillo.

—Gracias —

Con eso dicho, el cuervo extendió sus alas y se fue.

—Vamos por nuestro nakama, Zenitsu —

El mencionado asintió, teniendo un rostro serio y una gran determinación en sus ojos. Antes de que los abriera tanto como podía y lo mirara con sorpresa.

—¡Espera! ¿¡Acabas de decir bien mi nombre!? —


[.....]


A uno kilómetros de la montaña donde estaban los dos cazadores, cuatro figuras se movían rápidamente por un camino que los lleva hacia su destino.

Sol DesviadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora