Capítulo 31

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Zenitsu arrugo la ceja mientras intentaba ignorar aquellas risas y gritos que escuchaba (por parte de Inosuke) esos ruidos que no lo dejaban dormir en paz. Los dos habían completado otra misión en una ciudad algo lejos de la casa de glicinas donde estaban, por lo que, entre el viaje hacia su misión, rastrear y matar al demonio, e ir hacia la casa de glicinas cercana, estaba muy cansado.

Y los ruidos de su compañero no lo dejaban dormir, por lo que empezaba a enojarse.

—¡Nitsu! ¡Levántate Tonitsu! —Exclamo Inosuke, poniéndose alado de el y moviéndolo bruscamente —¡Levántate! ¡Monjiro esta aquí! ¡Vamos, levanta- — 

—¿¡Que te cuesta dejarme dormir, animal!? —Exploto el portador de la respiración del rayo —¿¡Acaso no entiendes lo que significa la palabra 'descanso'!? —

Y como de costumbre, los dos volvieron a hacer sus típicas discusiones, sin saber que estaban siendo observados por alguien. Aquel espectador miraba divertido como los dos se gritaban, sintiéndose un poco raro al mismo tiempo, como si no hubiera visto eso de ambos durante mucho tiempo.

 —Es algo raro que me sienta así, como si no hubiera pasado tanto tiempo —Pensó para si mismo, viendo ahora como los dos amigos se agarraban a golpes y rodaban por el piso —Pero..... Tengo que aceptar la realidad 

Sin saberlo, dejo escapar una pequeña risita, que se convirtió en carcajadas. 

Para Zenitsu, estando ocupado lidiando con Inosuke, no escucho ni sintió la presencia de aquella figura que los observaba. Fueron solo aquellas carcajadas que llamo la atención del peli amarillo. Cuando su vista se fijo en donde provenían esa risa, todo su cuerpo se congelo. 

Ahi, sentado con las piernas cruzadas, estaba un joven como de su edad, cabello negro largo con toques rojos. Usa un kimono gris sin mangas desgastado, pantalones hakama negros con una prenda blanca amarrada en su cadera. Pero, lo más resaltador y curioso, eran aquellos aretes que colgaban en sus orejas, y la cicatriz con forma de llama ubicado en el lado izquierdo de su frente.

Y lo más curioso, es que solo conocía a una persona que portaba esa características.

—T-Ta...Tan....¿Tanjiro? —

—Hola, Zenitsu —Le saludo Tanjiro.

El mencionado se desmayo.

—Se murió —Dijo Inosuke con desinterés.

—¡Inosuke! —Le reprendió Tanjiro.


[.....]


—¡Tanjiro! —

Una vez despierto, Zenitsu se abalanzo hacia Tanjiro para envolverlo en un abrazo fuerte. 

—¡Estas de vuelta! ¡Estas de vuelta! ¡Volviste! ¿¡En verdad eres tú!? ¡Que bueno que estés de nuevo con nosotros!  —Exclamaba un feliz Zenitsu, teniendo lagrimas en sus ojos.

Tanjiro correspondió aquel abrazo de su amigo, después de que ellos no lo hayan visto por mucho tiempo. Luego de que las cosas se calmaran, los tres hombres pidieron algo de comer, se sentaron y pusieron al corriente al Kamado de todo lo que paso en su ausencia. El de aretes hanafuda llego a entristecerse al oír como la mayoría lo dieron por muerto, a excepción de sus amigos y otros que tenían sus dudas con lo que paso esa noche, lo que lo hizo sonreír.

Le contaron sobre su entrenamiento con el pilar de la Llama, las investigaciones de Kagaya, quien hasta busco su paradero como demonio, lo que hizo que el respeto por el hombre creciera en Tanjiro. La visita a Tamayo, su misión en su montaña donde creció, y su rescate en la antigua sede de cazadores. 

Sol DesviadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora