novia de alquiler ଓ chaelisa

𐙚 capítulo O4

advertencias: humor absurdo, chaelisa y otras parejas. capítulos cortos.

Rosé no sabía por qué, pero cuando salió de su primera clase del día, lo único que podía pensar era en la bonita carita de Lisa.

Sacudió su cabeza, fastidiada, mientras saludaba a Jennie con los labios fruncidos.

Su amiga pareció notar enseguida que algo no iba bien porque la miró con una ceja enarcada, pero Rosé no tenía ganas de decirle algo, no ahora.

¿Cómo le iba a contar que su mamá le estaba pagando a una chica para que fuera su novia? Eso no sólo sonaba irreal, sino también estúpido y desquiciado. En pocas palabras, lo que su madre había hecho era una tontería del porte de un buque, y no sólo eso, porque también se sentía algo humillante. Es decir, ¿Su mamá consiguiéndole novia al verla incapaz de que lo hiciera por sí misma? Qué vergüenza más grande.

MiYeon apareció de pronto de la mano de su novia, Minnie, y al notar lo irritada que se veía ella la miraron con curiosidad, queriendo saber qué ocurría. Sin embargo, Jennie se encogió de hombros diciéndoles de esa forma que tampoco tenía idea de algo.

Y, por supuesto, ahora que Rosé conocía a Lisa y sabía qué estudiaban en la misma universidad, encontrársela resultaba inevitable.

Más inevitable aún gracias a que Lisa tenía una risa tan escandalosa, una presencia tan brillante, que hacía que todo el mundo la mirara. Se había dado cuenta de eso desde el primer momento en que le sonrió.

Así que, al salir al exterior a tomar un poco de aire, se la encontró abrazada a una castaña con cara de conejo (no, de rata, mejor dicho, pensó con odio), ambas debajo de un árbol, como si estuvieran en un momento íntimo entre las dos.

Como si fueran novias.

La sangre de Rosé hirvió por completo, pero no tenía claro por qué.

Lisa soltó una risa por algo que había dicho la cara de rata, y acto seguido se recostaron sobre el césped, sin dejar de abrazarse la una a la otra.

—Rosé, ¿A quién quieres matar ahora? —preguntó Jennie irrumpiendo sus pensamientos que incluía un cuchillo y veneno para ratas.

—Si les dijera que tengo novia, ¿Cómo reaccionarían? —murmuró sin dejar de mirar a la pareja, que hablaban en voz baja y observándose en todo momento.

MiYeon escupió el agua que estaba tomando sobre la pobre de Minnie, que chilló por el asco mientras Jennie se ahogaba con su saliva.

—¡Lo siento, lo siento, princesa! —dijo MiYeon buscando un pañuelo en su bolsillo mientras su novia la miraba con odio mal disimulado—. ¿De qué mierda estás hablando, emo?

Rosé fulminó con la mirada a MiYeon, que se encogió en su lugar debido a que estaba rodeada por una novia que quería matarla y una amiga que parecía una psicópata.

—Eres asquerosa, Miy —dijo Minnie, quitándole el pañuelo—. Bueno, si Rosé quiere una novia, bien por ella, a ver si le quita esa cara de amargada que tiene.

Ahora los ojos de Rosé se movieron hacia la más joven, que la miró con desafío.

La de cabello rubio soltó un resoplido para luego ponerse de pie, alejándose.

Las tres amigas observaron el momento en el que Rosé se acercaba a paso furioso a dos chicas que estaban abrazadas bajo un árbol, y una de ellas la miró con sorpresa antes de sonreír y exclamar "¡Ardillita!". Sin embargo, su sonrisa se transformó en un grito cuando Rosé agarró a la otra muchacha y la lanzó lejos. Atónitas, siguieron viendo a su amiga tomar a la muchacha con cara de patito por el cuello de la sudadera, arrastrándola hacia ellas, y sentarla a su lado a pesar de sus protestas.

—Ella es Lisa —dijo rechinando sus dientes—, y es mi novia.

MiYeon volvió a escupir sobre Minnie.

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