𐙚 capítulo O5

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advertencias: humor absurdo, chaelisa y otras parejas. capítulos cortos.

—Entonces —dijo MiYeon lentamente—, ¿Dónde se conocieron?

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—Entonces —dijo MiYeon lentamente—, ¿Dónde se conocieron?

—En la plaza.

—En un sitio web.

Todas en la mesa miraron a Rosé y a Lisa: la primera frunció el ceño tratando de no lucir enfadada, en tanto la segunda se encogía de hombros, sin dejar de sonreír.

—En un café.

—Se acercó mientras vendía mis pastelitos.

Rosé se giró hacia Lisa con los ojos entrecerrados.

—¿Haces pastelitos?

—Si te dedicaras a algo más que tocarme el trasero, te fijarías que te hago pastelitos. —mintió Lisa con una expresión indignada.

MiYeon se atoró con su saliva, pero antes de que pudiera hacer algo más, Minnie se movió para evitar un desastre. Sin embargo, de poco le sirvió ya que Jennie le escupió el agua que había estado bebiendo.

Con un chillido de indignación, Minnie le dio un golpe a Jennie.

Rosé hizo rechinar sus dientes.

—Nos conocimos en un café que queda en la plaza luego de haber hablado por un sitio web. —soltó Rosé dándole un pellizco a Lisa en la pierna para que no dijera nada.

Minnie, limpiando su rostro con una servilleta, las miró con los labios arrugados.

—¿Segura, Roseanne? —le dijo con sospecha—. Nunca antes nos habías hablado de esta chica —la sonrisa de Lisa se tambaleó un momento—. ¿No nos estás mintiendo?

Rosé observó a la más joven con frialdad y una expresión imperturbable, sin dejar traslucir un poco parte de la mentira. Sin embargo, estaba tardando mucho en responder, y Lisa decidió que lo mejor sería intervenir.

¿Y qué mejor manera de intervenir que humillando a Rosé?

—¡Ardillita, ¿No le has contado de mí a tus amigas?! —dijo tomándola del brazo, llamando su atención.

La rubia soltó un resoplido, pero antes de poder decir algo, Jennie comenzó a reírse como desquiciada.

—¡¿Ardillita?! —soltó entre risas—. ¡Rosé, eres su linda ardillita! —MiYeon bajó la vista, ocultando su sonrisa—. ¿En la cama chillas, Rosé? —incluso Minnie tuvo que tapar su boca para no reírse como si estuvieran limpiando un vidrio, mientras Jen se sostenía de la mesa para no caerse debido a la risa.

Oh, voy a matarte. —Rosé se puso de pie mientras Lisa comenzaba a reírse también.

—No si yo lo hago primero, oxigenada.

Antes de lanzarse sobre su amiga, alguien tomó del hombro a Rosé y tiró de ella, volteándola. Todas se giraron a ver el momento exacto en el que la castaña de antes, que había estado abrazando a Lisa, golpeaba a Rosé en la mejilla con su puño, con el ceño ligeramente fruncido.

Rosé cayó al suelo mientras Lisa soltaba un grito bajo.

—¡Soonie, ¿Qué demonios estás haciendo?! —chilló Lisa poniéndose de pie.

Rosé debía admitirlo: por un breve momento, quería saber cómo se vería Lisa diciendo maldiciones y cosas sucias en la cama.

Borró la imagen mental que se hizo antes de lanzarse sobre la castaña, ambas cayendo al suelo.

—¡Rosé! —chilló Lisa.

—¡Oigan, deténganse! —gritó Minnie—. ¡Miy, haz algo!

—¿Qué quieres que haga?

—¡PELEA, PELEA! —alentó Jennie—. ¡Le apuesto a la cara de rata!

—¡Yo le apuesto a mi ardillita! —gritó Lisa, y todas la miraron—. ¿No?

Todas rodaron los ojos.

Todas rodaron los ojos

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novia de alquiler ଓ chaelisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora