novia de alquiler ଓ chaelisa

𐙚 capítulo 21

advertencias: humor absurdo, chaelisa y otras parejas. capítulos cortos.

A Rosé nunca le habían gustado los hospitales, porque su padre había muerto en uno años atrás, cuando tenía sólo diez años, luego de ser atropellado por un maldito borracho.

Sin embargo, ver a Lisa entrar con su labio temblando, con la mirada perdida, le hizo ahogar el impulso de salir corriendo de allí, y le dio un apretón en la mano en señal de apoyo. No iba a dejar a su novia sola en ese momento, cuando más la necesitaba.

Lisa la miró con una sonrisa débil, comenzando a caminar por los pasillos atiborrados de gente, doctores y enfermeras. La dirigió hasta el piso tres, tocando la puerta de una habitación. Un débil pase les indicó que podían entrar, y Lisa le dijo que se esperara un momento.

Rosé, por supuesto, asintió de forma impaciente, aunque se aguantó las ganas de entrar a conocer al hermano mayor de su chica.

Su chica. Eso sonaba demasiado bien para su propio gusto.

—Oppppppppaa —dijo Lisa al entrar con suavidad—, ¿Cómo estás? Te ves muy guapo hoy.

Una pequeña mentira. La descompensación de su hermano dos días atrás le estaba pasando la cuenta más de lo que quería, poniendo su piel más pálida de lo que realmente era mientras unas ojeras enormes enmarcaban su rostro. Notó, cuando se sentó a su lado y le tomó la mano, la bandeja llena de comida sobre el pequeño velador.

Tragó saliva.

—¿Tú crees? —Ten la miró, sonriendo forzadamente—. Mi pelo está como paja.

—¿Estás loco? —Lisa negó con la cabeza—. Sigues siendo más hermoso que yo, Oppa.

—No digas eso —su hermano se rió—, siempre has sido más linda que yo, Lalisa. Tienes una sonrisa demasiado bonita.

Lisa quería llorar, quería hacerse pequeñita al lado de su hermano, pero sabía que ese no era el momento adecuado para romperse. Así que se limitó a inclinarse, dándole un beso en la mejilla.

—Quiero presentarte a alguien, Oppa —le murmuró Lisa—. ¿Te acuerdas de la chica con la que me molestaste el otro día? —Ten asintió, sus apagados ojos iluminándose levemente—. Bueno, ¿Adivina qué? Somos novias y quiere conocerte.

—¿Queeeeeeé? —Ten quiso enderezarse, pero Lisa se lo impidió—. ¡Limario! —lloriqueó el chico—. ¡No estoy presentable para conocerla!

—¡Tú siempre te verás presentable! —protestó Lisa sonriendo, alejándose y yendo a la puerta—. Te presento a Roseanne Park, Oppa.

El Tailandés se quedó mirando en silencio a la pelo rosa, que entró tratando de lucir decente a pesar de estar usando las ropas del día anterior y a su obvia mirada sin emoción. Ten la examinó de pies a cabeza en tanto Lisa se removía en su lugar, un poco incómoda por el repentino silencio.

—Supongo que están utilizando condón. —dijo Ten de pronto, recostándose en la almohada con una sonrisa picarona.

El rostro de Lisa enrojeció, pero no debido a las intenciones de su hermano, sino a que, efectivamente, la noche anterior habían utilizado condón mientras lo hacían.

Rosé sonrió lentamente, sin embargo, y para su fortuna, no dijo nada respecto a ello, sólo inclinó su cabeza antes de decir:

—Un gusto conocerte, Ten Oppa —de forma elegante, se sentó al lado de su cama—. Eres un chico realmente encantador, aunque lamento decir que Lili es más linda.

Santa cachucha, Lisa iba a morir en ese momento.

Ten se rió, encantado.

—¿A qué sí? —concedió Ten animado—. Lili no sabe el efecto que tiene en las personas.

Los ojos oscuros de Rosé se movieron hacia Lisa, observándola sin pudor alguno.

—Claro que no —Rosé humedeció sus labios—. No es consciente del efecto que tiene sobre mí.

El corazón de Lisa comenzó a latir sin control.

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