¿¡Ser tú novia?! / Silkato

10) ¿Entonces por qué sigo soltero?

¡¿Tiene un hijo?!

Creo que mí rostro de sorpresa fue demasiado, eso no lo esperaba para nada.

Flex jamás lo había comentado y yo jamás lo había pensado, hasta hace una semana no tenía ni idea que tenía novia.

— ¿Cómo quieres que te ayude?— Pregunté intentando no sonar sorprendido.

— Llevaría a Flex pero el siempre hace mal tercio, así que quiero estés unas mesas más alejado que nosotros y me ayudes por llamada — Silvio dijo y alce la ceja sin creer.

¿Estábamos en una estúpida série de romance adolescente o que?

— Está bien, pero si arruinó tu vida no es mi culpa — advertí y el sonrió mostrando el hoyuelo en su mejilla y sus dientes perfectos.

¿A qué edad se supone que debía de ponerme guapo? Es que creo se me atraso la pubertad.

— Gracias, necesito recompensarte todo esto, Muzi— dijo emocionado y negué rápidamente.

Realmente me avergonzaba creyera tenía una deuda, no quería me viera interesado o algo por el estilo.

— No es necesario — dije y Silvio ladeó la cabeza.

— ¿Bromeas? Has hecho mucho por mí, eres un buen amigo — dijo palmeando mí hombro.

¿Amigo?¿Cuando nos hicimos amigos?¿El me consideraba su amigo?

Diablos volvió a pasar, otro extrovertido me adoptó.

¡Ni que fuera un fuckin Pokémon para que me adopten!

— No es necesario — repetí.

El rodó los ojos y chasqueo la lengua.

— Lo dije, no es ningún problema y quiero agradecerte — me repitió.

— Que no es-

Me interrumpió cargandome sobre su hombro.

—¡Silvio!— me queje cansado.

— Te bajó cuando aceptes mis agradecimientos — negocio.

Enserio este weon me vuelve loco y no en el buen sentido, no sé como le sigo hablando.

— No— dije y escuché su risa.

Podría haber aceptado pero a él le encantaba llevarme la contraria y yo no dejaría hiciera conmigo lo que quisiera.

— Oye pareces un costal de huesos¿No comes o que?— Preguntó al bajarme.

Me quedé callado, el llevo su mano a mis costillas y me aleje con disimulo.

— ¿A qué hora?— pregunté cambiando el tema.

El ladeó la cabeza.

— Muzi...¿Porqué pesas tan poco?— cuestionó y reí.

— No lo sé — mentí.

— Muzi— insistió y ya me estaba comenzando a molestar.

Creo es bastante obvio cuando una persona no te quiere contar un problema¿Porqué la necesidad de insistir?

El acaricio mi mejilla con su mano cuidadosamente.

— No me toques — dije molesto, el bajo su mano.

Un cosquilleo se produjo en la zona donde había estado su mano.

— Está bien— dijo — A las siete, sí quieres puedes quedarte aquí con mini, ya es algo tarde para que vuelvas a casa y regreses — me dijo y mire la hora en mi celular, efectivamente ya faltaba muy poco.