Mire a Muzi dormido en mí hombro con ternura, enserio que casi siempre se veía cansado ya no me sorprendía se quedará dormido de la nada.
Observé la hora, ya casi eran las once y tenía cosas que hacer si iba a ir con Muzi.
Lo dejé de abrazar para levantarme de la cama cuidadosamente, no planeaba despertarlo por ahora pero apenas hice eso abrió los ojos.
El me miró y se sentó bostezando para luego acomodar mi remera incómodo ya que se le había subido por la posición.
- ¿Qué hora es?- Preguntó y acaricie su cabello.
- Ya van a ser las once - al parecer mí respuesta no le agrado porqué hizo un puchero-¿Sucede algo?- interrogué.
- El autobús sale a las siete - Me informó y se levantó arreglando disimuladamente su cabello desordenado todavía- Pasa por mí casa a las cinco o seis si sigues de aferrado - me dijo y note su tono distante, muy diferente a su tono dulce de la noche anterior y muchísimo más diferente al amoroso y meloso de esta mañana.
-¿Te sientes bien?- le pregunté mirando sus ojos.
- Sí, no es nada simplemente todavía tengo sueño - me respondió y amarró su suéter a su cintura para luego colocarse sus zapatos.
- Apenas tocaste el desayuno - le dije y el soltó una risa y me miró, nuevamente estaba esa mirada de amor.
- Silvio - insistió, amaba la terminación de mi nombre y como lo pronunciaba.
Amaba todo de el, amaba hasta la más pequeña cosa.
Amaba su cabello ondulado y largo, cuando el sol golpeaba con el dejaba de ser color chocolate a parecer caramelo.
Su rostro muy expresivo aunque al comienzo fuera todo lo contrario, sus largas pestañas rizadas, sus labios rosados naturales y esos hermosos ojos zafiros que tan solo con una mirada me hacían olvidar cualquier cosa.
Su cuerpo...lejos de lo pervertido, su pecho plano y confortable, su cintura tan suave que encajaba perfecto en mis manos, su piel tan suave, sus caderas redondas que le daban ese aire femenino que sabía el odiaba y realmente a mi no me importaba, quería a mí chico rayado y ya, sus piernas que las primeras vez que las ví me hicieron darme cuenta que realmente había perdido la heterosexualidad (nunca la tuve).
Su personalidad sería, tranquila y curiosa, sabía que Muzi sabía muchas cosas por el simple hecho de que le encantaba saber, supongo por eso era tan inteligente.
Era pacífico, su presencia me hacía sentir tranquilo y sabía que el no me abandonaría.
Su voz, su voz era de las cosas que más amaba la manera en la que pronunciaba mí nombre, su elocuencia al hablar o como cuando se le escapaba su acento chileno cuando comenzaba a sentir emociones fuertes que no podía controlar y comenzaba a expresarse sin pensarlo tanto, su voz tranquila mientras leía, su voz en llamada y alguien como yo que habla muy seguido por llamada con sus amigos sabe reconocer cuál es la voz más hermosa. Cuando cantaba distraído y ni siquiera con intentarlo le salía natural, debería de ser cantante.
Y más que eso había leído en su libreta de notas algunas letras de canciones que investigue, eran suyas propias, al igual que la poesía también tenía un talento para las letras y su voz que tan solo escucharla sentía los pelos de punta, era una sensación inexplicable pero el era perfecto a mi parecer.
Entendía por completo porque Flex seguía enamorado de el, si Muzi no me hubiera correspondido creo que igual hubiera seguido enamorado de el por mucho tiempo más.
- Okey, discúlpame - le dije y el soltó una risa, se acercó y solamente levantó su rostro para besar mí nariz.
Eso también, era alto, casi éramos de la misma altura y no había mucha diferencia pero no me importaba, mis novias anteriores habían estado entre los 1.58 y 1.67 por lo tanto creo era raro que el primer chico que llegaba a besar fuera casi de mi altura.
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¿¡Ser tú novia?! / Silkato
Hayran KurguMuzi y Silvio siempre han ignorado la presencia del otro, no es porque se odien o algo más simplemente ambos desconocen a la persona que han tenido de frente hasta que esto cambia cuando Silvio le pide a Muzi que finja ser su novia para no decepcion...