𝐓𝐨𝐱𝐢𝐜𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐨𝐬𝐜𝐮𝐫𝐚 𝟐 [+18 Tom Riddle & Mattheo Riddle]

• Capítulo 9

[ Encapricho equivocado ]

Continuación:

Finalmente, Mattheo y yo caminamos juntos hacia Hogsmade, ya que estaba bastante cerca de Hogwarts y nos venía bien danos un paseo.

Llegamos hasta la tienda de varitas del hijo de Ollivanders, llamada "Garrick's wands".

(Sí, la tienda y su nombre fue inventada por mí).

Entramos en la tienda y pudimos observar una larga cola hasta el mostrador.

Observé detenidamente las personas que estaban haciendo cola y me di cuenta de que estaba la dichosa Delphini en varios puestos más adelante de nosotros.

-Mierda...- susurré a mi misma.

Mattheo escuchó lo que dije y me miró frunciendo el ceño.

-¿Qué te que pasa?.- preguntó.

-Nada, que está la maldita pesada de Delphini delante de nosotros. ¿Por qué siempre tiene que estar en todas partes?.- dije mosqueada.

-Tranquila, la ignoramos y ya está.- me dijo tranquilizándome.

Rodé mis ojos y me mantuve callada.

Le tocó el turno a Delphini y al parecer su varita se le había roto, y vino aquí para arreglarla.

Cuando terminó su turno, caminó hacia la salida y nos vió a Mattheo y a mí, pero siguió su camino hacia delante.

Finalmente, nos tocó el turno y Mattheo le explicó a Garrick qué tipo de varita quería.

El vendedor de varitas le preguntó de qué estaba compuesta su anterior varita. Mattheo se lo contó y Garrick quedó sorprendido al ver que aquella varita era bastante poderosa.

Buscó una varita parecida en sus cajones y se la entregó a Mattheo.

Probó su varita para ver si funcionaba y efectivamente, le funcionó perfectamente.

Le ofrecí algunas de mis monedas para que pudiese pagar su varita y así hizo.

Cuando la consiguió, salimos de la tienda bastante contentos.

A salir, pude ver que Delphini estaba apoyada contra la pared de esta.

Traté de ignorarla, pero se dispuso a hablar.

-Hola María, ¿te puedo hacer una una pregunta?.- Preguntó

Yo rodé mis ojos, pero decidí escucharla.

-¿Qué?.- pregunté seriamente.

-¿Por qué eres así de arrogante conmigo si yo no te he hecho nada?.- me preguntó.

Tomé un suspiro para calmarme.

-Porque eres muy pesada.- dije.

Intenté caminar para seguir con mi camino, pero siguió hablándome.

-¿Pesada contigo?.- rió.
-Si apenas hablamos tú y yo.- añadió.