Después de aquella noche, no supe nada mas de Erick. Nos dimos un par de besos más pero no pude evitar sobre pensar lo que me había dicho. No volvió a la casa de playa en la que estábamos y prácticamente dormí toda la semana sola, sin ningún indicio de su presencia.
El viernes por la mañana ya estaba desayunando, aun nadie se despertaba, ya que el día anterior se habían dormido tarde jugando cartas. Yo simplemente estuve en mi habitación esperando a que llegara Erick en mi puerta y me diera alguna explicación de lo que dijo, pero eso nunca sucedió.
Estaba comiendo una última manzana después de desayunar para poder ir a la playa y sentarme un rato sobre la arena. Fui hasta mi habitación (bueno, la que me habían asignado) para buscar mi traje de baño. Y ahí estaba, el rey de roma, parado en el balcón mirando hacia la nada o tal vez pensando en miles de cosas, aunque por su rostro nadie podría averiguarlo pues siempre mantenía con un semblante serio y sin expresión. A pesar de odiarlo con todo lo que podía, lo conocía a la perfección y sabía que en ese momento estaban rondando cientos de pensamientos sobre su cabeza.
Traté de hacer el menor ruido posible a la hora de abrir el armario, pero fue completamente en vano, con el mínimo movimiento ya tenia su mirada puesta sobre mí. La única reacción que tuve fue quedarme quieta en mi lugar, el verdadero "si no me muevo no me ve."
Él sólo se acercó para abrazarme como si eso fuera lo único a lo que había venido, su agarre era fuerte, no quería soltarme y yo ya empezaba a ponerme incomoda con tanto cariño de su parte. Sin embargo le correspondí, pasando mis manos hasta su espalda para dejar leves caricias en ella mientras volvía a separarse.
— ¿Qué te pasó? —. Dije, al notar la cortada en su labio inferior.
— No es nada, olvídalo —. Me respondió él en un tono cortante.
Ahí estaba de nuevo lo idiota de siempre.
— Bien, entonces ¿Qué necesitas? —. No iba a permitir que sus cambios de humor dañaran mi energía de hoy. — Voy a la playa, así que ya puedes irte.
— Termina con Rain —. Está bien, me esperaba de todo menos que dijera eso.
— Dame una razón.
Él asintió con la cabeza y se acercó a mí, para dejar un beso sobre mis labios. Al separarse sentí como si algo me faltara para estar completa.
— Termina con Rain, y nos escapamos juntos a algún lugar, no importa dónde.
Sí sabia que tenia que terminar con él, pero lo que no sabia es como hacerlo. Tal vez sólo tenia que ser directa y decirle que ya no estaba interesada en formar una relación a su lado.
— Está bien, pero hoy no. Hoy déjame disfrutar de mi último día ¿sí?
— Sólo hazlo rápido.
Dijo para después irse, nuevamente dejándome sola como hace unos días.
Durante toda la tarde estuve pensando en lo que me había dicho, Rain continuaba distante conmigo y yo no sabia como reaccionar ante eso, pues nunca me había sentido así con un chico como me estaba sintiendo con Erick. Todo en él decía "peligro" y por alguna razón eso me atraía como un imán.
Me levanté sacudiendo la arena que había quedado en mi cuerpo, y me acerqué a quien era mi novio en ese momento. Él estaba jugando con algunos de sus amigos y haciendo castillos de arena.
— Rain ¿podemos hablar? —. Le dije una vez, para sentarme a su lado.
— Claro, dame un momento—. Le dijo algo a sus amigos, que se fueron después de esto. —. Ahora sí, dime.
No sabia como organizar mis palabras, ¿Qué iba a hacer?
— Creo que debemos terminar —. Lo miraba directamente a los ojos, esperando una respuesta de su parte.
Él asintió con la cabeza.
— Yo pienso lo mismo, ya nada es igual —. Dijo en un murmuro bajo.
— Entonces dejémoslo aquí, ¿esta bien? —. Me levanté en disposición de irme.
— Sólo respóndeme algo ¿es por Erick?
Sí.
— No, sólo ya no me siento cómoda en la relación.
Rain sólo sonrió y se dio la vuelta para continuar haciendo su castillo de arena.
No iba a decirle que era por Erick, tampoco soy tan mala persona y se que los demás tienen sentimientos.
Sentí la mirada de alguien enfrente de mi, y al levantar la vista ahí estaba mi idiota favorito.
— ¿tu idiota? —. Dijo la voz de mi cabeza, ahí íbamos de nuevo.
— Cállate cien años. —. Le respondí de manera brusca, bueno, me respondí.
NOTA DE LA AUTORA
Hoy capítulo cortito porque no tengo mucha motivación.
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LO QUE NUNCA TE DIJE
RomanceErick y Tina se odiaban a muerte, o eso es lo que le mostraban a los demás, en secreto eran el amor más sincero y puro que se podía conocer. ¿Revelaran su secreto o lo mantendrán escondido?