CAPÍTULO 7: MELENA RUBIA

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Habían pasado algunas semanas desde que terminé con Rain. Ni yo lo busqué a él ni él a mí, y eso estaba bien, tampoco es como si me hubiera afectado tanto el haber roto nuestra relación, pues estábamos juntos por costumbre y no por amor. Era jueves por la noche y estaba en la universidad en clases de estadística. Yo que elegí psicología porque se supone que no tendría mucho número, pero estaba bien, era lo que me gustaba y tenia que aceptar las dificultades que conllevaba. Después de darme una semana completa de descanso con la ida a la playa (porque según yo, lo necesitaba)

Eso fue una excusa tonta para evitar a Erick, pero el plan te salió diferente. —. Ahí íbamos de nuevo con la voz molesta. Si continuaba así iba a tener que arrancarme la cabeza.

Presta atención, es lo que deberías de hacer. —. Me reprochó.

Por primera vez le hice caso, tenía que prestarle atención al profesor o iba a estar más perdida de lo que ya estaba, por culpa de mis ganas de descansar no entendía nada de lo que estaba hablando ni escribiendo en el pizarrón.

El cierre de la clase me hizo suspirar aliviada, si veía más números iba a matar a alguien. Al parecer la mayoría estaba cansado de su clase, porque apenas salió del aula todos se recostaron sobre sus asientos queriendo dormir para siempre.

Mi celular vibró en mi bolsillo, seguramente era de aquel grupo de amigos que había hecho Isabella. Mi sorpresa fue.

Hablando del rey de roma—. Dijo la vocecita de mi cabeza.

El pendejo que se asoma —. Le respondí con sarcasmo.

Al leer ese ultimo mensaje lo único que hice fue rodar los ojos, estaba cansada de sus repentinos cambios de humor y en algún momento me iban a causar dolor de cabeza ¿por qué seguía soportándolo? No sé que mierda pasaba con él, pero había algo qu...

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Al leer ese ultimo mensaje lo único que hice fue rodar los ojos, estaba cansada de sus repentinos cambios de humor y en algún momento me iban a causar dolor de cabeza ¿por qué seguía soportándolo? No sé que mierda pasaba con él, pero había algo que no me dejaba alejarme de su lado, y era extraño porque nunca tuve problema para irme de la vida de los demás.

Al ver que ya todos se habían ido, tomé mis cosas y bajé las escaleras que habían para separar los lugares, hasta llegar a la salida. Y ahí estaba Erick cruzado de brazos, mirándome como si estuviera enojado.

— Llevo horas hablándote al maldito celular ¿no te suena o qué? —. Dijo él, casi gritándome.

— ¿para que contestarte? Ni que fueras mi papá. —. Le respondí, pasando por su lado.

— Ni que tuvieras uno —. Auch, eso sí había dolido.

— Seguro se fue con tu mamá —. Le respondí de la misma manera, no me iba a dejar y mucho menos de él.

Vi como se había quedado callado, y una pequeña sonrisa se escapo de m is labios al salir victoriosa de esa pequeña discusión.

— Owww, su primera discusión —. Sonó a lo lejos, esa voz se me hacia conocida.

Era Isabella, había quedado con ella para ir a almorzar a algún lado después de las clases. Era mi salvación para escaparme de aquel pelinegro que me fastidiaba la existencia.

— Beli ¿vamos a comer? Esta vez invito yo, en eso quedamos la ultima vez. —. Le sonreía emocionada, quería irme ya de ese lugar. Pero mi sonrisa se desvaneció al escuchar su respuesta.

— Sí, por supuesto. Erick puede acompañarnos —. ¿ahora que estaba planeando esta loca?

— Seguramente él tiene muchas cosas que hacer.

— No es así, puedo acompañarlas. —. Respondió el chico ante mi afirmación, cerré los ojos por un momento aguantándome las ganas de golpearlo.

— Si no lo conociera diría que es un muchacho amable que quiere acompañar a dos jovencitas desprotegidas. Pero no, era un idiota que amaba fastidiar a los demás.

Isabella aceptó su compañía, al fin y al cabo ella era quien lo había invitado desde un comienzo. Fuimos hasta uno de los restaurantes que nos gustaba, desde hace días estaba antojada de una hamburguesa de ese lugar y hoy me daría el gusto de por fin tenerla. Al llegar, tomamos asiento cerca de uno de los ventanales, mi hermana al lado mío y Erick se sentó en frente de nosotras dos.

Cuando llegó el mesero a tomarnos la orden, pedí mi hamburguesa con papas. Beli pidió un vaso grande de helado y Erick también había pedido una hamburguesa, era casi el mismo pedido exceptuando las aceitunas. En ese momento noté que tenia paladar de niño pequeño. Lo bueno es que, si le traían con aceitunas podía quitarle parte de su comida.

Estuvimos un rato esperando, sólo hablaban ellos dos y yo me limitaba a observarlos. Cuando a lo lejos, una chica con una hermosa melena rubio se nos acercó, mas bien, se le acercó a Erick, y posó sus labios sobre los de él de manera inesperada.

Sentí una pequeña punzada en el corazón al ver la escena, por lo que tuve que bajar la mirada para evitarlos. Me duró poco, pues escuché un quejido de la rubia, al parecer el pelinegro la había empujado para que no lo besara más.

— Hola, soy Hailey. —. Dijo ella, con una voz chillona pero dulce.

— Hola Hailey. —. Saludamos al mismo tiempo mi hermana y yo, ella con una sonrisa que se notaba de lejos que era fingida y yo simplemente mantenía mi expresión neutra.

— ¿puedo sentarme con ustedes? —. Preguntó la pequeña rubia.

— Claro que sí, de hecho, yo ya me iba así que puedes comerte lo que pedí. —. Le dije, mientras me levantaba de mi asiento.

Beli me miraba con cara de "¿Qué te pasa?" y yo solo me despedí de ella con un beso en la mejilla y tomé mis cosas para salir del lugar apresurada.

No sabía porque estaba reaccionando de esa manera, ni porque me había dolido tanto el haber visto como esa chica le comía la boca a Erick.

Porque estas celosa, admítelo —. ¿enserio? Este no era el momento para que me estuviera molestando.

No me presté atención a lo que pensaba, seguí mi camino. No fue mucho porque inmediatamente sentí un jalón en mi brazo y en unos segundos ya estaba contra una de las paredes del estacionamiento.

— ¿Qué mierda quieres, Erick? ¿restregarme en la cara a tu noviecita?

— Ella no es nada mío, solo fue una noche y nada más, escúchame Tina.

— ¿Por qué debería de escucharte? Habla en este momento, antes de que me arrepienta.

Estuvo a punto de abrir la bocota, pero ahí estaba de nuevo esa voz chillona.

— ¿amorcito? ¿qué haces con esa? —. Dijo la chica cruzándose de brazos.

— No me llames así, y "esa" tiene nombre, es Tina y es mi novia—. Le respondió él.

Al escucharlo mis mejillas se sonrojaron por completo, no me esperaba eso de Erick y era muy extraño que dijera que YO era su novia.

LO QUE NUNCA TE DIJEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora