Divergente al canon.
Si alguien tuviera algo bueno que decir de Naoya sería que tenía bonitos ojos, realmente no era una persona muy querida dentro de la hechicería, debido a su personalidad petulante, gran ego y en especial su odio a todo aquel que no fuera poderoso, Naoya era atractivo por fuera pero basura por dentro.
Uno de los rasgos marcados del rubio era su inexplicable posesividad cuando algo le gustaba, desde niño tenía a mantener hiperfocos por objetos o personas, Toji siendo la principal durante su infancia, después en la escuela de hechicería esa atención se volteó a su compañero Geto, y ahora está a sobre la maldición Choso. La mayoría no tomaron interés en ello, Maki le comentó que cuando se aburriría lo dejaría pasar, parecía que Naoya tenía interés por el cabello negro, puede que esto era porque su propio pelo era negro y lo teñia, al grado que pensaban que el peróxido había transmitido hasta su cerebro, pero por lo general perdía el interés en un mes. Ante las palabras Choso simplemente acepto la extraña cercanía del joven, mientras no lastimara a su hermano Yuuji.
Ese día era normal, Yuuji asistía a sus clases de hechicería, cansado por no dormir debido a escuchar las quejas de Sukuna toda la noche, debido a que había visto esa película mala sobre una lombriz, el mayor le había otorgado su desayuno y despidiéndose del niño permaneció en la habitación, recluido, al ser productivo de un vientre maldito no confiaban en él.
La mañana transcurrió sin problemas, la temperatura comenzó a subir, por ello Choso decidió abrir la pequeña ventana de la habitación y colocándose en ella se mantuvo inmóvil observando el horizonte, no había mucho que hacer en ese sitio y menos sin su hermanito.
— Choso, mi amor.— La voz cantarina de Naoya interrumpió el descanso de la maldición, este por lo general mantenía un reposo mientras Yuuji permanecía en clases, entrando sin permiso al recinto, su gran sonrisa se ensanchó aún mal al ver el cuerpo inerte en la ventana. — Oh, ¿qué bienvenida es esta? ¿Acaso me estás invitando a tomarte?— miraba con interés a su acompañante.
— Deja de bromear.— Su tono de voz cansado reprendió al Zenin y con lentitud cambió su cuerpo para poder mirarlo frente a frente. — ¿Qué necesitas? — Cuestionó con simpleza.
— ¿No puedo venir a ver a mi novio?— Bufó molesto por el trato recibido, por lo general Choso era amable y educado con él, su interés real por su bienestar, esa protección que la maldición brindaba fue el atractivo que había llamado la atención del joven, como procuraba a todos, algo que él quería tener para él mismo, al principio los mimos del pelinegro habían sido solo para él, ya que había fingido estar herido, inclusive se dejó tocar por la asquerosidad de sus sobrinas para demostrás que necesitaba ayuda, la cual fue brindada por el bobo de Choso, pero Fushiguro había roto ese carismático personaje, al decirle que Naoya era un infeliz que lastimarían Yuuji, se prometió que asesinaría al mocoso, pero por el momento tenía que mantenerse con un perfil bajo, ganando la confianza el recipiente de Sukuna y con ella la de su hermano.
— No somos novios.— Replicó molesto.
— Me hiere profundamente tus palabras, mi amor. — Alargó la última sílaba de la palabra para parecer un poco más infantil, lo cual funcionó ya que este solo desvío su mirada y mostrando un poco de rubor en sus mejillas por las palabras dichas, eso era sin lugar a dudas un punto a favor. — Realmente vine a hablar de negocios.— Aclaró su garganta y sin vacilar colocó una pila de papales sobre la mesita de noche que estaba en medio de la habitación, era pequeña ideal para una persona que solo la usaría para comer un ramen instantáneo, quizás hacer una tarea mediocre, conociendo a Yuuji sería suficiente para él y si poca necesidad de espacio, pero conflictivo para el plan de Naoya. — Bueno hablé con mi inútil familia, nada grave, pero hablé sobre tu niichan, ya ves, somos ejecutores de la vasija de Sukuna. —Su mirada felina observaba como el cuerpo de Choso se tensaba ante las palabras, el mayor sabía que había algo mal, Naoya usaba eso cuando quería algo, la primera vez que lo había besado le comentó que cambio de ello no lastimarían a su hermano durante una semana, su cita fue un acuerdo dónde el rubio ocultaría a su familia el itinerario de Yuuji para que esté pudiera salir a jugar con sus amigos, inclusive su primer encuentro sexual fue a cambio de evitar que el clan hiciera una redada, la cual ya estaba planeada, para asesinar a Yuuji durante una salida con Todo, aunque admitía que eso le había gustado, el Zenin era realmente atractivo y activo en ese aspecto. — llegamos al acuerdo del cual tu vendrás a casa conmigo y cambio nosotros no mataremos a tu hermanito, es fácil, sólo debes de firmar el documento, es un contrato en el cual te comprometes a ser como un seguro, mientras estés a mi lado sirviéndome no lastimaremos a Itadori. — estiró una pluma azul y el tintero para el sello de Choso, aunque no estaba muy seguro si este estaba algún sello oficial, debió preguntar, aún así después de eso ya no lo necesitaría porque él sería el responsable de Choso y este no necesitaría ningún sello que no fuera de su clan.Choso lo miraba con desconfianza, servidumbre a cambio del bienestar de Itadori era un buen negocio pero algo no le cuadraba, Naoya no era una persona que daría un trato tan atractivo sin tener algo planeado, cogió un par de hojas, intentando leer, realmente Choso no era un analfabeta, pero el japonés actual había cambiado a los de hace 100 años, cuando él era una maldición libre, la lengua y la escritura había cambiado mucho, aprendió más rápido la lengua por sus pláticas con Mahito pero el escrito era algo complicado. — Sabes que no sé leer con claridad. — Reprendió al menor ante el actuar, aún así se sentía apenado por no lograr aún leer.
— Oh lo había olvidado.— Mentira. — Sólo dice que no mataremos a Yuuji, vamos firmar.— Sonrió con más confianza, necesidad. Realmente todo era una mentira, el rico jamás trato a su familia, está no era ni lo suficientemente fuerte para merecerse su presencia, Naoya había usado su poder y dinero para comenzar el trámite de matrimonio, sólo un par de cientos de yenes era suficiente, le habían otorgado los papeles, sólo se necesitaba la forma del marido para que fuese oficial y esto estaba tan cerca al ver qué no podría leer y por ende defenderse del plan.
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son solo retazos de historia inconclusa de JJk
Fanficmuchas historias pausadas, realmente tengo mucho Sukuita y Satosugu suelto en mis notas. puedes venir y leerlo, intentaré escribir algunas conclusiones.