¿𝐷𝑒𝑠𝑡𝑖𝑛𝑜...? | 𝐻𝑦𝑢𝑛𝐿𝑖𝑥

17

Era un nuevo día, felix entraba al salón, con la mirada desviada se sienta al lado de hyunjin, el ambiente era algo incómodo.

Las clases pasaron rápidamente, ya era hora de la salida.

-oye lix!, vamos con los chicos a tomar un helado?- dijo jisung acercándose a su asiento

-claro, pero el que lo propuso lo paga- dijo felix tomando su mochila

-que tal si dividimos?- dijo jisung cok una sonrisa mientras pasaba su brazo por el rededor de felix

-felix- dijo hyunjin

Felix se tenso, con algo de miedo se dio vuelta.

-si..?- dijo felix

-podemos hablar?, es sobre el trabajo- dijo hyunjin levantándose de su asiento

-ustedes hablen, es importante si es sobre el trabajo, yo y los chicos te estaremos esperando en la heladería de la vuelta- dijo jisung con una sonrisa

-esta bien- dijo felix

Jisung dejó a felix y se fue.

-que pasa con el trabajo?- preguntó felix

-no es sobre el trabajo- dijo hyunjin

-debí verlo venir, adiós- dijo felix dandose la vuelta mientras tomaba su mochila

-espera!, felix, solo, espera- dijo hyunjin tomando su mano

-hyunjin entiendelo, no podemos estar juntos, no somos compatibles- dijo felix sin querer mirarlo

-felix, por favor, solo, dame una oportunidad, llevemonos bien, deja que te conquiste- dijo hyunjin

-hyunjin..- dijo felix dandose la vuelta para mirarlo

-dame 2 semanas, si no lo logro, me desechas, me ignoras, ya no somos nada, no volveré a molestarte- dijo hyunjin

Felix suspiró, le daba pena ver la carita de perrito que ponía hyunjin, no le quedaba mas remedio.

-2 semanas, ni mas ni menos, ven a mi casa hoy, hay que hacer el trabajo, nada de besos- dijo felix

-claro!, si!, nada de besos, lo prometo!- dijo hyunjin con una sonrisa en su rostro

Felix soltó el agarre de hyunjin, fue hacia la puerta de el salón y se fue.

4:40 de la tarde

Hyunjin y felix hacían el trabajo, estaba en total silencio, el ambiente no era incomodo, era comodo para los dos, hasta que escucharon la puerta abrirse.

-cariño, les dejé galletas en la mesa, yo iré a la casa de una amiga, volveré como a las 7, si no llego a esa hora, cenen sin mi, okay?- dijo la madre de felix

-claro mamá, ten cuidado- dijo felix sonriendo

-cuídense, no me extrañen mucho- dijo la madre de felix y cerró la puerta

-iré a buscar las galletas- dijo felix levantadose de la cama directo a la puerta

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Felix llegaba de la cocina.

-traje soda y las galletas, será mejor que comamos en el piso, asi no ensuciamos  la cama- dijo felix dejando las cosas en el piso de la habitación

-claro- dijo hyunjin bajando de la cama y sentándose junto a felix

Ambos comían y saboreaban las galletas, la madre de felix era una gran cocinera, hyunjin le tenía mucha admiración.

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Felix y hyunjin ya casi terminaban de comer las galletas, hasta que sus manos se tocaron al darse cuenta que quedaba solo una.

-uh..- dijo felix mirando a hyunjin

-esta bien, puedes comerla- dijo hyunjin con una sonrisa

-no no, son muchas calorías, comela tu- dijo felix

-calorías?, come la galleta, tu madre las hizo para comerlas- dijo hyunjin confuso

Felix estaba dudoso, debia cuidar su cuerpo, pero a la vez quería comer esa galleta, no sabía si hyunjin lo estaba haciendo por amabilidad o ya estaba empezando su plan de conquista.

-esta bien la comeré- dijo felix tomando la galleta llevandola directo a su boca

Hyunjin miraba a felix, observaba lo larga que son sus pestañas, sus labios pequeños pero carnosos, sus ojitos pequeñitos, su nariz respingada y pequeña y sus pecas era lo que mas le gustaba.

-te han dicho que tus pecas son muy lindas?- dijo hyunjin

-que?, no, no me lo han dicho, yo las odio- dijo felix mirando sorprendido a hyunjin

-las pecas son muy lindas y mas si estan en ti- dijo hyunjin con una sonrisa

-con piropos no me vas a conquistar, hyunjin- dijo felix

-no lo estoy tratando de hacer, es encanto natural, pecas- dijo hyunjin con una sonrisa

-dime por favor, que no me llamarás así- dijo felix desagradado

-pecas, pequitas, se oye lindo en ti, sin duda, es tu nuevo apodo, pequitas- dijo hyunjin

Felix suspiró, hyunjin se había obsesionado con sus pecas, las cuales eran horribles, desde su perspectiva, aun que era un gesto lindo, no era lo suficiente como para seducirlo.