Gran comedor
Cloé Monet
Entré agitada al comedor, me había perdido por haber tomado un pasadizo secreto para acortar el camino a este. O eso al menos fue lo que escuché salir de los labios de Theodore Nott está mañana en nuestra sala común... ¿Pero cómo se me ocurre la brillante idea de prestarle atención a un matón y obedecer sus palabras?
Me molesté conmigo misma por hacerle caso, aunque en mi defensa, tengo pocas semanas estudiando en Hogwarts, y no conozco muy bien el castillo, todo aquí me es confuso.
—Ese patán me las pagará, esta y todas las que me ha hecho.— Susurré acomodando mi uniforme.
—De nuevo tarde, señorita Monet.— Mis amigas, Angelina Johnson y Cho Chang me esperaban en la mesa de Griffindor.
—M-me perdí.— Tomé asiento retomando el aliento.
Ambas rieron y Angelina me dio un plato que había guardado para mí.
—Gracias.— Era cereal sabor miel sin leche.
—Te habría guardado más, pero los Griffindor vienen de entrenar y comen como bestias.— Alzó la voz para que escucharan, pero fue inútil, los jugadores gritaban sobre como derrotarían a Ravenclaw este fin de semana. —Apenas nos dejaron unas gotas de leche.
—No importa, veré si puedo conseguir algo para nosotras en mi mesa. —Me levanté y al acercarme al comedor de Slytherin, una mueca de disgusto apareció al ver migajas esparcidas por la madera, al parecer a los estudiantes de Hogwarts no se les enseñó etiqueta en la mesa.
Noté que había una manzana verde a mitad del comedor. No apartaré mis ojos de esa deliciosa manzana hasta tenerla en mis manos. Estiré mi extremidad entre unos estudiantes disculpándome por invadir su espacio, cuando estaba a punto de tomarla una mano masculina se apoderó de ella.
—Buongiorno principessa.— Nott tomó la última manzana y jugó con ella lanzándola un par de veces al aire.
—¿Quieres esto?Asentí tensando mi mandíbula, reservando unos cuantos insultos que eran solo para él.
—Tendrás que ser más rápida.— Mordió la manzana, guiñando un ojo.
Clase de pociones
Theodore entró a la clase para dirigirse a su lugar habitual, junto a sus amigos.
Al sentarse, sacó un cigarrillo y lo encendió, antes de darle una calada, miró alrededor de la habitación, buscando a Cloé para molestarla antes de que el profesor Snape hiciera acto de presencia.
Sus ojos examinaron el aula en busca de la chica que molestó recientemente esa mañana.
—Señorita Monet.— Dice, caminando hacia ella con menosprecio en su rostro. —¿Por qué no te unes a nosotros? Es mucho mejor que estar sola.— Le tiende una mano, esperando que ella se le una voluntariamente.