... Revelaciones...

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— Hugo... Comprendo que esto es difícil para tí, de verdad. — Nuru bajo la mirada con una expresión de tristeza. Le costaba creer que realmente todo esto estuviera sucediendo. — Pero  tres médicos revisaron a Varian... el impacto lo mató...

Nuru esperó que aquello provocara un nuevo ataque por parte de el rubio o que sencillamente el chico comenzara a llorar; pero en su lugar Hugo mostró una expresión de confusión por unos segundos, antes de llevar su mano de nuevo a su cabeza y soltar un quejido de dolor.

— ¡Wow, chico!... ¿Estás bien?...

El ojiverde negó, sintiendo como si su sangre hirviera y cómo si su cabeza fuera a estallar. El sonido de su propio corazón latiendo resonaba en su cabeza aumentando su dolor. Hasta que repentinamente todo paró, dejándolo con una sensación de  debilidad y cansancio.

— ...¿Hugo?

— ... Creo que quien debió morir en esa caída soy yo... Varian no... él no... 

Hugo fue incapaz de seguir hablando, tan solo bajó la mirada obligándose a controlarse y a parar de llorar.

"Las  lágrimas jamás han logrado solucionar nada, chico..." 

Cómo sea... De verdad agradezco todo lo que estas haciendo por mí, en serio... Pero  en serio, no se cuanto más pueda aguantar aquí... Además Quirin debe estar preocupado por Varian y... alguien tiene que avisarle qué...

— Eso ya lo harás cuando te recuperes. — Cortó la princesa, señalando uno de los brazos del rubio con una expresión que oscilaba entre la severidad y la comprensión, si eso  era posible. — Hugo, mira como estás, incluso si te dejara salir en esas condiciones no llegarías ni a un kilometro.

— ¿Quieres apostar? —La sonrisa  bromista del ojiverde se desvaneció tan pronto vio a Nuru entrecerrar los ojos — Bien, bien, tu ganas... Hasta que me recupere, entonces.

La chica entonces sonrió, satisfecha por la respuesta, antes de suspirar. Odiaba admitirlo, pero entendía completamente como se sentía, o al menos se hacía una idea de eso. Es decir, por mucho que Hugo fuera un ladrón y no terminaran de agradarse del todo, entendía que Varian era todo lo qué él tenía, y acababa de perderlo por... un descuido.

— Se qué lo más probable es que te niegues, pero... después de darle la noticia al padre de Varian podría conseguirte un puesto aquí en el castillo. —Nuru se frotó el brazo nerviosamente ante lo que iba a decir, consciente de que podría resultar un poco incómodo.  — Ya sabes, considerando que después de lo de Donella ya no tienes a dónde ir. ¡Pero no lo digo con mala intención, en serio! 

Hugo por su parte deseó estar molesto por aquel comentario, en serio que sí, pero sencillamente no tenía los ánimos para sentirse enojado. Por lo que tan solo sonrió muy sutilmente mientras asentía.

— Lo voy a pensar...

Nuru se esperaba alguna respuesta un poco más entusiasta o al menos una burla, pero nada. Aunque la respuesta había sido positiva, eso era un avance, ¿cierto? 

No, aquel pensamiento optimista no ayudaba mucho, era obvio que aquél chico estaba muy lejos de encontrarse bien; pero por el momento no quiso insistir con el tema a sabiendas de que aquello podría ponerlo peor.

— Je, está bien entonces. Oye, por cierto ¿has visto a Ruddiger? Pensé que estaba contigo.

Aquel comentario pareció captar la atención y regresarle algo de la vitalidad qué lo distinguía; haciéndolo arquear una ceja mientras se enderezaba un poco en la cama, con un atisbo de preocupación en su mirada.

 — ¿Cómo? ¿No está con Yong? 

Ambos chicos se quedaron en silencio un par de segundos. Qué aquel mapache desapareciera no era una mala señal en si misma, es decir, era un mapache, ellos van a dónde sea; pero tampoco era un buen presagio que no estuviera con ninguno de los tres.

— Iré a buscarlo. No pudo haber ido muy lejos.

Hugo apenas fue capaz de asentir antes de que la princesa abandonara la habitación. Él no escuchó, pero la chica le pidió a uno de los guardias que patrullaba cerca del cuarto vigilarlo de cerca. En el estado en el que estaba Hugo era capaz de hacer alguna locura si aquellos episodios de depresión volvían y no quería arriesgarse a perderlo a él también. 

Mientras todo esto pasaba, una sonrisa radiante y amplia se veía en el rostro de aquella entidad con la forma de Varian. 

Luego de disfrutar la vista frente a él un por algunos segundos más, aquel ente se desapareció del escondite de sombras dónde estaba, reapareciendo en una habitación muy alejada del lugar y de hecho visiblemente abandonada a juzgar por el polvo y las telarañas del sitio.

Ruddiger estaba ahí, atrapado en una jaula y arrinconado en una de las esquinas mientras veía con miedo a todos lados. Se agazapó aún más, presa del pánico, en cuándo vio como aquél espíritu volvía a materializarse, esta vez con la forma que más le gustaba tomar y revelando su verdadera identidad: Zhan Tiri.

— Bien, todo marcha sobre ruedas. En poco tiempo ese chico llegará a su limite y ¿eso en que se traduce? ¡Mas poder para mí, por supuesto! — Se mofó, soltando lo que podría describirse como la clásica risa malvada de cualquier villano mientras retiraba los lentes de Varian de su frente y los arrojaba sin cuidado a una mesa cercana, antes de acercarse al pequeño mamífero  — En cuanto a tí...  Luces como un animal inteligente, asi que te lo diré así: Tú solo actúa cómo si fuera ese chico hasta que termine con el rubiecito ese, luego de eso te dejaré libre para que hagas...no sé, lo que sea que los mapaches hagan.

Ruddiger por su parte había entendido lo suficiente para saber lo que le convenía, por lo que simplemente bajó la cabeza en señal de aprobación, antes de ver cómo Zhan Tiri sonreía satisfecha mientras abría la compuerta.

— Buena elección...

You're not real...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora