—Tu... Me salvaste la vida... — Hugo observaba incrédulo a Varian. Cómo si la simple idea de que el ojizarco no lo hubiera dejado caer de aquel risco resultara inverosímil.
— Pues claro. — Varian, por su parte, se limitaba a tomar grandes bocanadas de aire para recuperarse del esfuerzo, para luego dirigir su mirada al rubio que se hallaba a su lado. — ¿Por qué no lo haría?
— Bueno... — La voz del ladrón lo traicionó, quebrándose y dejando al descubierto sus emociones. — La gente suele dejarme a mi suerte considerando lo... difícil que soy a veces...
Generalmente, el ladrón no haría esas cosas o se mostraría tan sentimental. Pero en ese día se sentía al límite.
Olivia estaba molesta con él, Nuru y Yong se mantenían distantes por estar hartos de las "bromas" del ojiverde, además de que las cosas con Varian tampoco estaban yendo muy bien.
Hugo tenía la mirada apartada, sintiéndose avergonzado al mostrarse tan vulnerable. Por lo cuál el hecho de sentir como Varian estrechaba suavemente su mano mientras lo miraba con... comprensión.
— Hugo...eso no importa. Ya eres parte del equipo, estamos en esto juntos y... nunca te dejaría a tu suerte...
—...¿Nunca?...
— Nunca...
El momento en el que el ojiverde abrió los ojos y despertó de aquel sueño se sintió como una tortura.
Su cuerpo adolorido, su estado emocional hecho un desastre y el molesto sol entrando por la ventana.
Todo eso sin contar que los recuerdos de todo lo que había pasado lo golpearon sin piedad.
Haciéndolo desear tener alzheimer por primera y única vez en su vida.
— Hmmmg... Buenos días...
Aquel comentario a parte de ser lo más sarcástico del mundo había sido para él mismo, no esperaba ninguna respuesta. Sin embargo...
— Buenos días, gruñoncito. — Aquel ente que pretendía ser Varian estaba justo a su lado, sonriendo justo como él verdadero menor lo haría. — Parece que alguien no descansó bien.
Hugo simplemente no sabía cómo reaccionar. Era perfectamente consciente de que aquel no era Varían, sin embargo...
Dios, se parecía tanto a él...
— Esto debe ser un chiste cruel — Se dijo, obligándose a apartar la mirada para observar cualquier cosa que no fuera a aquel impostor — Solo a mi me pasan estas cosas...
— Si, solo tu eres capaz de tener un accidente tan feo y no morir de forma agonizante. — "Varian" tomó el brazo del rubio con una suavidad y delicadeza desconcertante, para luego alzarlo con la intención de mostrar su punto. — Por suerte, tu enfermero de mayor confianza está aquí.
— ¿Qué? ¡No! — Hugo se apartó como pudo, sacudiendo enérgicamente la cabeza en negación. — Tu no eres...
— Pero podría serlo ... — El tono persuasivo en aquella frase era mucho más que evidente. — Es lo qué quieres después de todo, ¿no? Tener a Varian de vuelta.
Decir que Hugo no quería eso sería mentira. ¡Vamos! Él daría lo que fuera por tener a su novio de vuelta...
— Pero... N-no así ... — Titubeó, con visible duda en su voz — No si en el fondo sabré que será una mentira.
— ¿Y eso importa? — "Varian" sonrió, sabiendo que prácticamente tenía el juego ganado — Puedes hacer que todo sea cómo antes, que sea cómo si nada hubiera pasado... Es más, con el tiempo hasta te olvidarás que no soy él exactamente. ¿Cuál es el problema?
El rubio está vez pareció pensar en la propuesta seriamente, como si estuviera interesado en la idea. Señal de que poco a poco estaba cayendo en la trampa.
Sin embargo, aún no lo hacía completamente.
— Bueno, suponiendo qué eso sea cierto. ¿Qué es lo que esperas conseguir a cambio? No soy tonto...
El menor asintió con una expresión comprensiva, por lo visto tendría que ser un poco más persistente.
— Bueno, es una sorpresa que no quiero arruinar. — Comentó — Pero si te tranquiliza, no hay muertos, dolor o algo por el estilo, nadie saldrá lastimado.
Olivia chilló, tratando de advertirle a Hugo que aquella era una terrible idea y siendo por completo consciente del peligro.
Sin embargo Hugo solo la tomó entre sus manos, sonriendo ligeramente mientras acariciaba su cabeza de hierro.
— Lo sé, amiga, lo sé... Pero ... Sin él no puedo seguir...
Olivia negó con la cabeza, tratando de hacerle ver el peligro.
Pero Hugo ya había tomado su decisión, por lo que solo la desactivó temporalmente, antes de guardarla con suavidad en su bolsa y observar a aquella cosa que pretendía ser Varian.
— Entonces... ¿Me prometes que nadie saldrá herido ni muerto? ¿Nada grave?
— Tienes mi palabra.
— Bien... — El ladrón suspiró, cerrando los ojos antes de estirar la mano — Es un trato entonces...
— Chico listo ... — Varian sonrió triunfante, estrechando la mano de Hugo con mucha gentileza, dándole de nuevo la sensación de sentir el recuerdo de la mano de su novio tocando la suya. — Ya verás, tomaste la decisión correcta.
— Si... Eso espero... — Tras bajar la mirada y obligarse a si mismo a callar cualquier duda o rastro de arrepentimiento en su mente, miró a su "novio" directo a los ojos, sin notar ninguna diferencia — Entonces...¿Ahora qué? Quiero decir, ¿me borrarás la memoria o algo?
— No, solo es cuestión de que acostumbres, descuida. — El ojizarco dirigió su atención a los vendajes en el cuerpo del rubio — Por ahora, dame un momento, iré por vendas nuevas.
Hugo no pudo hacer más que asentir torpemente, mientras veía al chico salir del cuarto rápidamente.
Muy rápidamente, de hecho. Demasiado para una persona normal.
Maldición. Iba a ser muy difícil acostumbrarse.
Sin embargo Varian llegó minutos después con vendas nuevas y un cuento con agua. Se sentó al lado de Hugo mientras retiraba el vendaje de su cuerpo con bastante cuidado para luego lavar y desinfectar las heridas; lo hacía de la misma forma delicada y suave que el verdadero Var emplearía.
Y lo mismo sucedió cuando le colocó el vendaje nuevo.
Era como si realmente nada hubiera pasado y, por un segundo, Hugo realmente se lo creyó por completo.
— Ehh, Hugo, ¿estás despierto? Vinimos a traerte el desayuno, si estás de ánimo, claro.
Hasta que regresó a la realidad de su situación, claro.
