...Soy Varian...

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—...¿En..en serio eres tú?... ¿Pero cómo?...

Hugo tan solo podía cuestionarse si lo que tenía frente a él era cierto o tan solo se trataba de su mente jugándole una mala broma.
Varian estaba frente a él, observándolo con una gran sonrisa.
O, bueno, parecía él. La misma voz la misma apariencia, era como si estuviera ahí.

El menor entonces avanzó hacía él, sentándose a un lado del rubio en la cama y tocando su frente con una expresión de preocupación.

— Tienes un poco de fiebre. — Mencionó, casi como si estuviera ignorando la pregunta de Hugo — La caída fue dura, ¿eh?

El ojiverde por su parte se estremeció ante el tacto de la mano enguantada de Varian en su frente. Se sentía extraño, irreal, casi como si su cuerpo reprodujera el recuerdo de la sensación que sentía cuándo Varian lo tocaba.
Solo eso, un recuerdo ...

Estaba tan enfocado en eso que ni siquiera notó cuándo Olivia se escondió detrás de su almohada, intuyendo que algo andaba mal — Pero ... Ellos me dijeron que tú... Qué tú habías ...

— ¿Muerto? — Varian río un poco mientras remojaba una toalla con el tazón de agua fría que estaba en la mesita de noche al lado de la cama, antes de colocarla sobre la frente de Hugo — Fue una pequeña confusión, es todo. Además tienes fiebre, las cosas pueden parecer un poco confusas en tu estado.

El mayor no entendía nada. ¿Una confusión? ¿Sobre algo tan serio? Sencillamente no parecía lógico.
Pero Varian estaba ahí, frente a él. Eso es lo que quería después de todo...

Con algo de dificultad, logró alzar su mano para tocar la de el alquimista, cómo si quisiera comprobar que estaba ahí físicamente.
Y lo tocó, sí. Pero sencillamente no se sentía bien, era como si algo fallara o estuviera fuera de lugar.

Fue entonces cuándo Hugo notó que, a pesar de que los rayos del sol del atardecer estuvieran dándo directamente contra Varian a través de la ventana, su cuerpo no proyectaba ninguna sombra.

— Tu no eres Varian...

El rubio se esperaba que, lo que fuera que estuviera frente a él, reaccionara de forma hostil y lo atacara. Pero en su lugar, Varian -o lo que parecía ser Varian- sonrió, cómo si le complaciera escuchar eso.

— Eres listo — Respondió, con un poco de arrogancia y prepotencia en su voz — Me impresionas, los demás tardaron mucho más tiempo en darse cuenta.

— ¿Los demás? ¿A qué te refieres? ¿Quién eres? — Él rubio analizó a aquella entidad suplantaformas de arriba a abajo, antes de reformular su última pregunta. — ¿Qué eres?...

La sonrisa del ojizarco se amplió, mientras se acercaba al oído del rubio, susurrando de forma suave y relajada.

— Para tí soy Varian... Descuida, no pasará mucho tiempo para que te convenzas de eso...

Hugo entonces sintió cómo sí todo el mundo diera vueltas. Estaba mareado, su visión se volvió borrosa un par de segundos y sintió cómo si su mente se dividiera en dos. Sabía que quién estaba frente a él no era Varian, esa cosa se lo acababa de confirmar hace unos segundos, pero por otro lado lucía identico a él, la forma en la que lo miraba era tan intensa... Cómo si consciente o inconscientemente se obligara a olvidar qué aquel no era Varian, cómo si parte de su mente se convenciera de aquella mentira.

Aquella sensación resultó ser demasiado abrumadora al final, provocando que soltara un quejido mientras llevaba una mano hacía su cabeza.

— Ahhg... Varian ....

Los labios del menor se curvaron en una sonrisa de satisfacción al oír eso mientras asentía un par de veces.

— Por ahora debes descansar, lo necesitas... — Su voz sonaba tan natural y sincera, tanto que era imposible recordar qué se trataba de alguna clase de impostor extraño — Oh, y me llevo estos. Gracias.

Dicho esto, Varian tomó los lentes que estaban en la cama, colocándolos sobre su cabeza y terminando de completar su imagen.
Luego de eso pareció darse por bien servido, dedicándole una última sonrisa a Hugo mientras veía como él caía inconsciente ante la fiebre.

Horas después, el rubio volvió a abrir los ojos lentamente, tardando un par de segundos en procesar lo que ocurría.

— ¿Nuru?...

— Tranquilo, chico, no te fuerces... — La princesa lo miraba con preocupación mientras servía algo de té en una taza —Estabas ardiendo en fiebre cuando entré a ver cómo estabas. Por suerte no es por alguna infección de tus heridas, pero en serio, tienes que descansar...

Fiebre...

Eso podía explicar todo lo que había pasado hace unos momentos. Puede que no fuera más que una alucinación...

— ¿Esto es real?... ¿Realmente estás aquí?...

La chica respondió poniendo los ojos en blanco, antes de dejar caer un poco de aquel líquido caliente sobre las piernas de Hugo, sonriendo ligeramente al escuchar las quejas del rubio.

— ¿Eso se sintió real?

— Demasiado, gracias...

Nuru espero a que el rubio rematara con algún chiste o un insulto barato, pero no lo hizo, lo que la hizo sentir remordimiento y suspirar.
Estaba ahí para tratar de arreglar las cosas con él, después de todo.

— Escucha Hugo... Lamento mucho todo lo que pasó... Y... Puede que en el pasado haya sido muy pesada contigo, aunque a veces si que te lo merecías.

— Vaya, eso es nuevo. Pero sí, yo tampoco he sido precisamente la mejor compañía del mundo. Igual lo siento... Entonces... ¿Amigos?

— Amigos — Nuri sonrió en respuesta, entregándole la taza de té al chico — ¿Cómo te sientes?

— Como si una carreta me hubiera pasado encima — Respondió el rubio, tomando unos cuantos sorbos mientras parecía titubear antes de decir algo más. — Creo que aluciné je...

— Si, a veces suele pasar... — La princesa asintió con una expresión de comprensión mientras dejaba la tetera en la mesita de noche. — ...¿Y sobre qué fue?

La respuesta del exconvicto tardó varios segundos, antes de decidirse finalmente a hablar.

— ...¿Crees que Varian pueda seguir con vida?...

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