...El accidente...

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— ¡Y este es el observatorio principal! 

Exclamó la princesa con orgullo mientras abría las dos puertas que daban acceso a la enorme sala llena de telescopios de todos los tamaños imaginables, azafeas, planos con constelaciones casi desconocidas y demás, todo adornado con una enorme cúpula de cristal tan transparente como el agua que ofrecía una hermosa vista del cielo. Lo cierto es que el lugar realmente era impresionante y hasta Hizo tuvo que reconocerlo.

Algunas personas que trabajan ahí les dieron la bienvenida y se ofrecieron a enseñarles el lugar y como funcionaba, pero Nuru declinó la oferta con un ademán.

— Yo me encargo de eso, señores, gracias. — Luego de eso le sonrió a los tres chicos detrás de ella —Vengan, les mostraré el telescopio principal.

Yong no necesitó que se lo pudieran dos veces, de inmediato se puso en marcha con su entusiasmo e hiperactividad características; mientras que Varian observaba todo de manera más calmada, pero intrigada, después de todo sus conocimientos de ingeniería lo hacían sentir un interés natural en todos aquellos instrumentos y maquinas; ¿y Hugo? Bueno, él luchaba por no dormirse.

No era porque el lugar le resultara aburrido o porque quisiera molestar a Nuru, sino porque llevaba dos días seguidos sin poder dormir más que un par de horas. Y resultaba increíblemente molesto.

Mientras la princesa explicaba como funcionaba todo y hasta hacía algunas demostraciones, Hugo no lograba captar todo por ese estúpido dolor de cabeza y esa pesadez en sus párpados.

“¿Porque la cama debía ser tan incómodamente blanda?”

Al menos podía presumir de ser excelente disimulando, tomando en cuenta que hasta entonces nadie parecía haber notado lo cansado que estaba.

Claro eso hasta que se tropezó en las escaleras y Varian tuvo que atraparlo para evitar qué se cayera.

— ¡Hey!... ¿Todo bien, Hug-

—¡Todo excelente! — El rubio se apresuró a apartarse del ojizarco con la sonrisa más convincente que podía esbozar. — Hay que seguir, no queremos hacer esperar a Nuru.

Aquello tan solo hizo que todas las alarmas dentro de la mente de Varian se dispararan. Su novio nunca diría algo así estando bien... Y entonces notó su expresión cansada, su bostezo disimulado y como se tambaleaba lentamente.

—¿Porqué no me dijiste que te estás muriendo de sueño?

El ojiverde suspiró al escuchar el murmuro de su pareja cerca suyo mientras seguían avanzando. No le quedaba otra que sacar la carta de la honestidad.

— ¿Y de que me serviría? Solo iba a preocuparte y...

— Si, pero en ese caso pudimos haber inventado cualquier cosa para que pudieras descansar bien. — En un acto casi desesperado, Varian estrechó con firmeza la mano de Hugo — Hugh, me preocupas... En serio tienes que relajarte un poco...

— Es que no puedo, ¿bien?

— ¿No puedes o no quieres?

Lo que al principio eran murmuros habían escalado en intensidad hasta que ambos se encontraban hablando en voz muy alta, no al grado de gritar, pero definitivamente si que llamaban la atención de algunos en el observatorio.

— Eh, chicos ...

Ambos ignoraron el llamado de Nuru, continuando con lo suyo y sin intenciones aparentes de terminar pronto.

— Bien, tu ganas. No quiero, ¿sí?

— ¿Y sí al menos lo intentas? — Varian inhaló profundamente para calmarse un poco — Se que lo que pasó en la biblioteca te tiene muy tenso y todo, pero ya pasó... Nada puede hacernos daño ya ...

Hugo quería decirle que lo entendía, que no sabía exactamente porque se sentía tan paranoico, quería darle la razón a su amorcito y arreglar todo.
Pero ese maldito dolor de cabeza no lo dejaba pensar con claridad.

— Lo hablaremos después...

El ojizarco detestaba con todo su ser esas tres palabras. ¿Estaba haciendo todo lo posible para ayudar a Hugo y él le respondía así?

Lo observó terminar de subir las escaleras con una expresión molesta, antes de tomar una decisión y alcanzarlo rápidamente.

— Te estás comportando como un idiota, ¿sabes?

— Bueno, sorpresa de última hora, cariño. Lo soy. — Hugo se cruzó de brazos, recargandose en una pared cercana. Dios, sentía que podía dormirse ahí mismo si quisiera — Ya deberías saberlo a estás alturas...

Pero Varian no se veía molesto, sino que más bien estaba preocupado.

— Hugo... Ven, por favor...

— No.

— No, Hugh, hablo en serio, es mejor que vengas...

El rubio no se había dado cuenta de la estupidez que estaba cometiendo a causa de la somnolencia. No había notado como estaba tapando la ventilación de una tubería, creando presión en la máquina a la que estaba conectada, haciendo que esta comenzara a vibrar levemente y a calentarse.
Aquella máquina sencillamente no estaba diseñada para funcionar sin esa ventila y rápidamente estaba llegando a su límite.
Pero Hugo ni siquiera era consciente de la situación, no hasta que observó cómo Varian corría hacía él, apartandolo de la pared justo en el momento en que la máquina explotó.

Aquel impacto los habría dejado heridos, si, pero nada grave. El problema fue que la fuerza de la onda expansiva fue suficientemente fuerte para hacer que ambos cayeran hasta el primer piso, unos diez metros de altura.

Todo pasó tan rápido para el rubio que su mente apenas pudo registrarlo.
En un segundo estaba escuchando el grito preocupado de su novio llamándolo mientras corría hacía él, luego las quemaduras de la explosión antes de volar unos momentos por el aire y sentir cómo su cuerpo se impactaba bruscamente contra los fríos azulejos del cuerpo. Intentó levantarse, pero no tenía fuerzas para hacerlo; tan solo soltó un muy débil quejido de dolor mientras hacía un esfuerzo por levantar la cabeza para buscar a Varian, en vano, antes de que sus ojos se cerraran y cayera inconsciente, sin tener la más mínima idea de todo lo qué había provocado.

You're not real...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora