Capítulo 5 - No pudo dormir

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Caminaron por los pasillos de la prisión a paso acelerado. Los sentenciados vomitaban en sus celdas y los Anbus, que eran guardianes, intentaban ayudarlos. Era inhumano dejarlos morir así. El Sexto reconoció muchos de los rostros, varios de ellos estaban allí gracias a sus propias manos pero no hizo intento alguno por continuar mirándolos. Uno de ellos lo reconoció de inmediato.

--Ahora te puedo ver bien bastardo. Cuánto has crecido maldito.-- vomitó una vez más y gritó con una gran sonrisa en su rostro --¡Hatake Kakashi, el bastardo que me puso aquí. Juro que cuando salga de aquí acabaré contigo maldito así como acabaste con la vida de mi esposa y el resto de mi clan, tus días están contados!-- exclamó uno de los presos y los demás al escuchar ese maldito nombre voltearon a verlo, incluyendo a Kahyō, no comprendía como podía ser tan odiado.

Kahyō después de todo también había hecho cosas de las que no estaba orgullosa. Peor el odio que ellos hacían relamente evidente era impactante. El ninja que copia estaba ahí. El sexto continuó caminando apresuradamente junto a Kahyō e ignoró todas las amenazas y comentarios hasta llegar a una gran puerta metálica en lo profundo de la oscuridad. Kakashi sabía quién estaba ahí, atrás de esa puerta se encontraba quién había acabado con la vida de su madre hace ya varios años. Quién había destruido el corazón de su padre y a quién después de varios años pasó persiguiendo para que pagara por sus crímenes.

--Es aquí Lord Hokage.-- Kahyō materializó un poco de su chackra en su pulgar de la mano derecha y lo colocó sobre la puerta. Después hizo unos sellos y puso su mano en el medio de la entrada de aquella celda y la puerta se abrió creando un agudo sonido. El lugar estaba congelado y en medio de la sala se encontraba un hombre de cabellera rubia oscura y corta sentado y atado. De tez blanca, estaba sólo con un pantalón negro y el pecho muy corpulento lleno de cicatrices y desnudo. No traía calzado y tiritaba de frío. Parecía estar sumergido en un profundo sueño. Su rostro se encontraba mirando al piso, sus rasgos eran finos y sus labios no muy carnosos. Entonces abrió los ojos cafés y alzó la mirada con una sonrisa.

--Oh, veo que tengo visitas. De haber sabido les habría preparado una bienvenida y me habría arreglado para la ocasión-- bufó el criminal --Me gustaría saber a qué se debe el honor de que mi s... quien me capturó hace muchos años me venga a visitar.-- El rostro de Kahyō se congeló al escuchar estas últimas palabras.

¿Kakashi siempre fue tan fuerte?

--No es de tu incumbencia-- dijo el peliplata con odio en su mirada.

--Ya veo, has venido a visitar a tu noviecita-- y Kahyō se sonrojó mientras bajaba su rostro por la vergüenza.

--Por favor, déjanos un segundo Kahyō, debo hablar con este demonio-- con voz seria dijo el de ojos oscuros.

--¿tienes la osadía de llamarme a mi demonio? JAJAJA-- se rió --Para ser el hijo del colmillo blanco no cumpliste muy bien su voluntad en Anbu-- sostuvo el hombre.

-- Te pedí que te retiraras Kahyō, pero creo que no hay motivos para desperdiciar palabras con escoria como él-- ella asintió pero el rubio interrumpió

--¿a cuántos habrás ya matado?¿800?¿1000? tal vez más, sin contar a todas las vidas inocentes que sacrificaste innecesariamente por tus misiones.-- no habló unos segundos y el ex Anbu bajó la mirada --¿y cómo olvidar a tus compañeros de equipo? Permitiste que Obito muriera y mataste a Rin-- concluyó y el rostro de Kahyō se llenó de temor.

¿mató a sus amigos?

Después dio un corto suspiro y se tranquilizó y ambos salieron del lugar, primero la ojos color miel y después él. Kahyō ya había avanzado un poco, pero antes de que se cerrara la puerta Kakashi miró una vez más dentro y sus miradas se cruzaron.

--Sabes, es muy hermosa. Ya es hora de tener descendencia, ella sería la indicada para mí, sin contar que parece que ya tiene experiencia, debe ser muy buena en esas cosas y además extraño los placeres carnales de la vida, pero falta poco Kakashi. Saldré de aquí y acabaré con tu miserable vida Rokudaime Hokage-- dijo acariciando estas dos últimas palabras con su voz.

kakashi se sorprendió, no comprendía como estaba tan informado, entonces se dirigió a él con una mirada desafiante y cerró la puerta.

Ambos caminaban con sus rostros y mentes llenos de preocupación fuera del área donde se encontraban los prisioneros. Kahyō se preguntaba si aquello que había escuchado abajo era cierto y Kakashi no dejaba de pensar en los malos recuerdos que le traía aquel hombre.

Fuera del lugar con la intención de pedir perdón por aquel encuentro tan desagradable para su Rokudaime Hokage, Kahyō volteó y su rostro quedó enterrado en el pecho de Kakashi. Habíabn estado caminando muy cerca. La mujer había extrañado sentir aquello, su aroma, su fuerza, su seguridad. Ella se sonrojó y de inmediato se apartó pidiendo disculpas por todo muy nerviosa. No comprendía por qué se sentía así, como una torpe muchacha de 18 años, entonces agachó su cabeza.

Unas manos grandes se encontraron en sus mejillas, eran frías pero se acomodaban a su rostro. Ella sintió un calor inmenso pasar por todo su cuerpo.

--Estás con fiebre, deberías tener cuidado de no enfermarte-- dijo esa voz que últimamente le placía demasiado escuchar. Con cuidado Kakashi retiró su bufanda, la colocó con en el cuello de Kahyō y tomó una vez más su rostro haciendo que lo mirara.

--No debes acercarte a él, te hará daño y no quiero que algo malo te pase-- El corazón de Kahyō latía con rapidez y el de Kakashi también. Ella no sabía si aquello que había escuchado era cierto, Hatake parecía un buen hombre después de todo, pero no le asombraba la idea de que tenga un pasado sangriento.

Él se reprochaba en su mente por decir aquellas palabras sin pensar y dejarse llevar por sus instintos, no sabía cómo corregir aquello que ya había hecho. Sonaban a palabras que aparecerían en una escena romántica de su libro preferido, entonces agregó:

--Que la señora de la Prisión de Sangre actual dejara de ejercer, sería un gran problema para todas las naciones.-- ella agachó una vez más la cabeza, mordió su labio y continuo caminando hacia las habitaciones.

--es demasiado tarde Hokage-sama, por favor descanse y no se preocupe por mí, recuerde que prometí que cumpliría con sus expectativas y lo haré con todas mis fuerzas.-- concluyó apartándose ella del lugar y regañándose en su mente por sus pensamientos. Pero él estaba ahí, no comprendía que pasaba por su mente en aquel momento, su cuerpo al tocarla se había estremecido por completo, sentir su piel le había gustado y su rostro tan inocente había despertado algo en él.

El ninja que copia. Sensei del legendario equipo 7. Alumno del cuarto Hokage y destello amarillo de Konoha. Hijo del colmillo blanco de Konoha. De los mejores y más temidos Anbus. Capitán del equipo Ro. Uno de los importantes personajes durante la cuarta guerra Shinobi. Usuario del chidori y anteriormente del sharingan. Soltero más cotizado. Mano derecha de Tsunade-sama. Amante de los libros escritos por Jiraya-Sama, quien fue uno de los tres sannins. Esa noche, Kakashi Hatake, no pudo dormir.

Es cierto. En poco tiempo llegará la primavera. (Kakashi) (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora