Reivindicando al Monstruo

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Jennie subió al automóvil de su compañera — ¿Adónde vamos? — preguntó, Jisoo le había enviado un mensaje de texto diciéndole que iba a recogerla ya que iban directamente a continuar con su trabajo en los antecedentes de Lalisa que habían comenzado ayer.

— Bueno, ¿recuerdas al administrador de la escuela con el que hablamos? — preguntó Jisoo. La castaña asintió — Resulta que tenía un archivo antiguo de Lalisa donde hay una dirección de su casa que no me resulta familiar.

— ¿Enserio? — Cuestionó Jennie retóricamente mientras sus ojos se iluminaban ante este nuevo descubrimiento — ¡Bueno, vamos, averigüemos de quién se trata!

Jisoo se rió y comenzó a conducir — Deberíamos llegar allí pronto, está aquí en la ciudad, en "Seongsu-Dong" — Jennie asintió, un poco sorprendida por el hecho de que su destino fuera un lugar de clase alta. Ella salió de su pensamiento sobre lo que hay detrás de este destino cuando su compañera añadió — Por cierto, el área de tecnología está revisando la computadora de Lalisa y dijeron que tenía una vida en línea muy activa.

Jennie frunció el ceño, confundida — Acaso, ¿No todos tienen una vida activa en las redes en estos días?

— No — respondió Jisoo mientras sacudía la cabeza — Ella tenía muchos perfiles de citas, quiero decir, que estaba metida en muchos sitios de citas, pero el especialista en tecnología dijo que eran más como perfiles para conectar con las personas.

¿Perfiles de citas? Pensó Jennie, sin saber qué tenía que ver eso con todo, pero no pudo evitar sentir una especie de extraño interés en ello — Oh — fue todo lo que pudo decir como respuesta, sin saber realmente cómo sentirse.

— Sí, solo lo menciono por lo que me dijiste ayer, ¿recuerdas? Que era inusual que todos en el campus dijeran que Lalisa era una persona reservada y que su única amiga era Somi. Tal vez Lalisa usaba esos sitios para establecer relaciones con la gente en lugar de reunirse e interactuar con ellos físicamente — explicó Jisoo encogiéndose de hombros.

Jennie estaba un poco impresionada, la conclusión que hizo su compañera parecía bastante precisa. En su análisis de Lalisa, una de las cosas más obvias era lo genial y encantadora que podía ser, por lo que no tenía sentido que no pudiera lograr que la gente gravitara hacia ella de forma natural, aún más en la universidad.

La castaña asintió con la cabeza en acuerdo con la declaración de su compañera, pero no tenía nada más que responder porque se encontraba queriendo saber más sobre los perfiles de citas de Lalisa y no por razones relacionadas con su análisis de ella, solo quería saber más porque tenía

"curiosidad". Tenía curiosidad por ver a las chicas con las que Lalisa hablaba, curiosidad por saber si había conocido a alguna de ellas, curiosidad por saber cuántas eran, cómo les hablaba, si era similar a cómo le hablaba a ella.

"Basta", Jennie se reprendió así misma, porque sabía que estas pequeñas curiosidades venían acompañadas de celos.

***

Las detectives entraron a un apartamento de lujo, siendo guiadas por una criada a una sala de estar con sofás, decorados en un color rosa salón, que descansaban sobre un piso de mármol. Jennie tomó asiento junto a Jisoo en el sofá que estaba justo en frente del televisor de pantalla plana grande.

Jisoo miró hacia arriba y vio un gran candelabro colgado justo en el medio de este juego de sofás — Maldita sea — murmuró — Creo que ese candelabro cuesta más que el salario de toda mi vida.

Jennie, que también estaba observando la glamorosa habitación, asintió antes de agregar — Así es como vive la otra mitad...

No esperaron mucho cuando una mujer con cabello rubio platino, vestida con un vestido negro brillante, entró pavoneándose por las grandes puertas color burdeos con sus tacones Prada haciendo clic en el suelo — ¡Bienvenidas, detectives! — dijo con una sonrisa mientras se sentaba en la silla de descanso que estaba junto a ellas — Soy Julianne Manoban, es un placer conocerlas.