7.

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Matías Recalt:

Entramos al hotel y nos encontramos con los chicos, que todavía no habían empezado a comer. Bayona nos había dejado comer lo que queramos solo por ésta vez, ya que teníamos dos días de descanso y después nos iríamos a España para empezar a grabar en las montañas.

En lo único que pensaba era en Enzo, recorría por mi mente, absolutamente todo el tiempo.
¿Realmente lo amaba? sí.
Lo amo, lo amo encerio. El me hace feliz, me da vida, me da aliento. Perdí el conocimiento por el. Solo quiero que sepa que me interesa y no hay un día que no pare de pensar en su belleza.
Pero mi pregunta es... ¿El sentirá lo mismo que yo?

— Mati, ¿en qué pensas tanto? —Preguntó Esteban.

— No, en nada. — Respondí.

Obviamente, Esteban no se comió esa mentira, pero no dijo nada.

— ¿Jugamos un juego? — Propuso Juani.

— ¿No estamos medios grandes para los jueguitos?— Preguntó Agus en forma de burla.

— Habla por vos, yo todavía soy un nene con 22 añitos. — Respondí.

Todos se empezaron a reír y terminamos aceptando la propuesta de Juani.

— Bueno, ésto es así. Cada uno tiene que decir la o las cosas que más le gustan del que tienen a la izquierda. Empiezo yo. — Fran, amo tus ojos, tu pelo y tu personalidad.

Fran se puso rojo y todos nos empezamos a reír.

— Epaaa, Juaniii, ¿Y ese chamuyo? — Dijo Valen.

Después de estar descansando a Juani por 5 minutos, continuamos con el juego. Le tocaba a Fran.

— Bueno, Blas. Me encantan tus rulos.

— Viste, hermosos. — Respondió Polidori y todos comenzamos a reírnos.

— Kuku, amo tu personalidad, te hace único y especial. —Dijo Blas.

Esteban se puso rojo, y con Juani nos miramos con cara de «Entre éstos dos pasa algo»
Me estaba empezando a dar cuenta de que yo no era el único que sentía algo por alguno del cast.

— Matu. — Dijo Esteban, mirándome. — Me encanta tu sonrisa, siempre que te veo sonreír me das ternura.

No me esperaba eso. Note dos miradas pesadas sobre mí. La de Enzo y la de Blas. ¿Estaban celosos? Esteban, al darse cuenta de la acción de Polidori, le agarró la mano, tranquilizando a éste. Pero Enzo tenía su mirada fijada en Kuku.

— Bueno, me toca. Enzo, me encanta tu voz pacífica, tus ojos, tu pelo y tu sonrisa.

Al escuchar todo eso, Enzo dejo de mirar a Esteban para poder mirarme a mí. Todos los demás nos empezaron a joder pero no le dimos importancia. Un rato después, ya habíamos terminado de comer y de jugar, dónde así decidimos ir a dormir.

Estaba por meterme a mi habitación y alguien tomó mi mano apoyándome contra su pecho. Era Enzo.

— ¿Dormís conmigo? —Preguntó.

— ¿Eh?

Estaba totalmente sorprendido, no me lo esperaba en absoluto.

— Te estoy preguntando si querés dormir conmigo.

Asentí con la cabeza. Enzo me llevó hasta su pieza.

— Che igual, cómo que acá no tengo ropa. —Dije.

Enzo sonrió, y se acercó a su ropero, para así sacar una remera y un short.

— Toma.

Me acerqué al baño para poder cambiarme e ir a dormir, estaba cansado. Pero también estaba nervioso, ¿Enzo quería dormir conmigo?
Cuándo salí del baño, este estaba sentado en la cama. Me hizo señas para que me vaya a sentar a su lado. Obviamente le hice caso y me senté.

— ¿Que pasó? — Pregunté.

— Nada, me gusta mirarte. — Admitió.

Mi corazón iba a mil.

— ¿Te gusta mirarme?

— Me encanta. —  Sonrió.— Me encantas vos.

¿Estaba escuchando lo que creía estar escuchando?

— Vos también me encantas, Enzo.

Me dedicó una cálida y hermosa sonrisa, acercándose poco a poco a mí cara. Nuestros ojos estaban perdidos entre sí, y nuestras bocas se acercaban cada vez más. Enzo me atrajó de la cintura y yo tomé su cara, dándole un beso. El correspondió a éste. Al separarnos no dijimos nada, mutuamente nos dedicamos una pequeña sonrisa y terminamos por acostarnos.

Yo quería algo más que eso, pero era muy adelantado todavía, prefería esperar a el momento indicado.

Sentí cómo Enzo me rodeaba con sus brazos, dejando un cálido beso en mi frente. Era un sueño hecho realidad.

— Buenas noches, chiquito.

Sonreí cómo un boludo, uno que estaba totalmente enamorado.

— Buenas noches, Enzu.

Al día siguiente me desperté y noté que Enzo no estaba, parecía estar bañándose. Me levanté y sin querer ví que a Vogrincic se le prendía el celu por una notificación, la cuál tenía el nombre "Amor💘" 
Mi mundo se cayó a pedazos. Mis ojos se empezaron a cristalizar. Rápidamente me cambié de ropa y antes de que pudiera irme, Enzo salió del baño.

— ¿Qué pasó, Chiqui? ¿Por qué te vas? —Preguntó el moreno.

— Déjate de joder Enzo, no me hables más, te odio. — No pude evitar largarme a llorar.

Así salí de la habitación de éste dirigiendome hacia la mía, para poder lavarme la cara y poder ir a desayunar.

Fuí directo al Buffet, sin decir nada. Se notaba en mi cara que definitivamente no estaba bien, pero no iba a demostrarlo. Me senté al lado de Blas, que al estar hablando con Fran, por suerte, no se percató de mi presencia.
Enzo estaba ahí, y se había dado cuenta de mi presencia, pues no dejaba de mirarme.
Estaba devastado, tenía los ojos cristalizados, obviamente tenía ganas de llorar, pero no iba a hacerlo ahí, adelante de todos.
Todo eso hasta que Juani llegó.

— MATÍAS. — Gritó abriendo la puerta del buffet.

Todos se quedaron mirando a Juani, que se iba acercando poco a poco hacia donde yo estaba.

— ¿Qué pasó Juani? — Pregunté, bajoneado, y más ahora que teníamos a todos mirandonos.

— ¿Cómo es eso que terminaste de ver Rebelde Way sin mí? Te odio.

Todos se empezaron a reír, y más cuando Juani empezó a cantar, de la nada.

Yo seguía pensando en Enzo, no podía dejar de pensar en el. Después de todo, ¿había sido un pequeño pasatiempo para el?

— ¿Podemos hablar, Mati?

Me dí vuelta, obviamente sabía quién era esa persona, podía reconocer su voz en todos lados.

— Bueno. —Respondí.

— ¿Que pasó, por qué te fuiste así?

— Ya sé todo, Enzo. Ya se que soy solo tu pasatiempo.

Enzo me miró, confundido.

— ¿Que decís, Matías? Te amo, te amo más que a nada No sería capaz de lastimarte, nunca.

— Hoy me levanté y sin querer ví una notificación de tu teléfono, que decía "Amor" —Suspiré.

Éste se quedó helado, sorprendido.

— Eh, yo te lo puedo explicar.

— No hay nada que explicar.

— Si, hay algo que explicar. Déjame decírtelo y. —No lo dejé terminar.

— No deja, Enzo, déjame en paz. ¿No ves que me estás matando?

Mi corazón está sangrando.

🥏🥏🥏🥏🥏🥏
HOLAA, volví. No actualicé más temprano pq no tuve tiempo, disculpenme.

Una luna para cada noche de París |•Matías x Enzo•| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora